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“A una caja no se viene a ganar dinero”

Mario Fernández [Bilbao, 1943] va siempre con una Coca-Cola light en la mano. “He vivido a base de Coca-Cola, tabaco y miel y con eso se vive como Dios”, confiesa sin tapujos. Solo le falta el cigarrillo en la boca, pero no es el lugar. Con una declaración como ésta, una sabe que su interlocutor no se va a andar por las ramas ni a esconder en vericuetos de lo políticamente correcto. Al presidente de Kutxabank, el banco fruto de la unión hace ahora poco más de un año de las tres históricas cajas de ahorros vascas, la bilbaína BBK, la guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital, le suele importar poco lo que de él piensen los demás. Abogado especializado en derecho financiero y societario, entre los laureles de su currículo destaca el haber participado en operaciones como la fusión del Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya o la que dio lugar al nacimiento de Iberdrola, haber sido vicelehendakari del Gobierno vasco con el PNV y ser cónsul de su Bilbao natal. Ahora capitanea una entidad que presume de ser una de las más solventes de España –sacó matrícula de honor en el test de estrés de Oliver Wyman, por delante de gigantes como Banco Santander, BBVA o Caixabank–. Ser de los primeros de la clase es el fruto de una política conservadora y austera que siempre ha impregnado la gestión de la entidad vasca, de las pocas que no se ha dejado arrastrar por la burbuja del ladrillo. Pero para ser de los primeros de la clase, Mario Fernández insiste, una y otra vez, que les toca sudar la gota gorda. Con estas credenciales por bandera, no es de extrañar que Fernández se sienta autorizado para levantar la voz contra lo que califica de “trato indiscriminado e injusto”…