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Ferrari 250 GTO

Impresionantes bellezas de las cuatro ruedas

sex-appeal que una serie de vehículos han tenido para los conductores de todo el mundo. Encantos que todavía hoy siguen presentes para aquellas generaciones, y para otras que vinieron después. Coches legendarios por los que no pasan los años. Bugatti Royale Allá por 1927, un industrial llamado Ettore Bugatti decidió crear el automóvil más lujoso de todos los tiempos. Y lo consiguió. Pero casi le cuesta la ruina. No le faltaba ningún detalle, de ahí que lo bautizara con el nombre de Royale (real), palabra que ya denota altivez. Con lo que no contaba Bugatti era que viera la luz en 1929, cuando la Gran Depresión arruinó miles y miles de personas. Medía seis metros de largo, pesaba más de tres toneladas, y tenía una cilindrada de 15 litros. Un enorme ocho cilindros en línea con una potencia exorbitante para la época: entre 200 y 300 CV a solo 1.700 revoluciones por minuto. La caja de cambio disponía de tres velocidades, aunque la primera solo servía para ayudar a mover el coche en cuesta. ¿Su precio? 500.000 francos por aquel entonces, ¡25 veces más que el Peugeot 201!, un clásico de aquellos años. Mercedes SS Pesaba 1.450 kilos y tenía un color níveo. De ahí que se le conociera también con el nombre de ‘elefante blanco’. Diseñado por Ferdinand Porsche, tenía un motor de 7,1 litros y 200 CV (300 CV el SSK). La velocidad máxima que alcanzaba (estamos hablando de 1928) era de ¡235 kilómetros por hora! Sólo se vendieron 11 unidades (32 del SSK), y han llegado a pagarse por él hasta dos millones de euros en una subasta. Quienes quedaron prendaron por sus encantos fue la burguesía centroeuropea y los príncipes árabes que estaban instalados en la Vieja Europa. Conducirlo era sinónimo de símbolo de poder, ya…