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García-Baquero

Miguel Ángel García-Baquero: "Sin competencia no habríamos llegado donde estamos"

¿Cómo lo contaba en casa? Siempre recordaba sus inicios con nostalgia, cariño e ilusión. Tuvo que empezar a trabajar a los 12 años porque en su hogar no contaban con medios económicos suficientes. Comenzó desde cero. Las diez vacas y las siete hectáreas no daban para mucho en nuestra querida región, Castilla-La Mancha. Los recursos humanos, materiales e industriales eran prácticamente inexistentes en aquel momento. A pesar de todo, nunca desistió. Su pasión, su compromiso, su aversión al riesgo y su capacidad de crear e innovar tanto tecnológicamente como comercialmente le llevo a alcanzar el liderazgo en el mercado nacional de queso tradicional en 1978. Invirtió y reinvirtió todos los recursos que la compañía ponía en sus manos y, sobre todo, “disfrutó” de lo que hacían y de lo que estaba creando y desarrollando. Y lo más importante, se sentía realmente orgulloso del maravilloso producto que elaboraba, así como de sus orígenes. En los noventa entró un socio financiero en la compañía: Mercapital. ¿Qué tal fue la experiencia? Muy positiva. Como consecuencia de la desinversión de una parte de la familia, pensamos que el fondo de capital riesgo Mercapital podía ser un buen compañero de viaje durante esta transición, y así fue. Estuvo con nosotros cinco años. Nos ayudó mucho en nuestro planteamiento y desarrollo estratégico. Aprendimos a valorar riesgos asumibles y a potenciar nuestras inversiones. En la época de Mercapital se planteó la salida a Bolsa. ¿Sigue existiendo esa posibilidad? Es un planteamiento que no valoramos. Tenemos un proyecto de crecimiento orgánico, a través de innovación en nuevos desarrollos, conceptos y gamas de productos, e inorgánico, a través de adquisiciones nacionales e internacionales. Estamos valorando oportunidades de inversión en el mundo del queso. Es lo que entendemos y lo que nos apasiona y sabemos hacer. Tenemos vocación de crecimiento…