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guerra comercial

El liderazgo de China en el comercio internacional

Por Beatriz Pérez Robles, Experta en Comercio Internacional y profesora en CETYS/Universidad Francisco de Vitoria Según datos de la OMC, China es desde hace años la segunda potencia mundial en comercio y la primera en el continente asiático. Y, como siempre en economía, las cosas no suceden por casualidad. La estrategia de China se ha enfocado en lograr ese posicionamiento y se ha desplegado en numerosos frentes. No solo hablamos de un país que quiere ser “la fábrica del mundo”, sino también de ocupar un papel significativo en el transporte de mercancías y en el dominio de las rutas comerciales. Todos estos factores permiten a China controlar la mayor parte del comercio internacional, incluyendo el comercio Asia-Europa. Teniendo en cuenta la relevancia del transporte marítimo de mercancías, que representa más del 80% de todos los productos transportados; es fundamental comprender qué está sucediendo en este ámbito para analizar adecuadamente la posición actual de China y sus objetivos. “Quien domina el mar, domina el mundo” decía el almirante estadounidense Alfred T. Mahan. Y el Estado chino parece estar muy de acuerdo con esta afirmación. Para tener una idea del dominio de China de las rutas asiáticas, solo necesitamos echar un vistazo al ranking de los puertos a nivel mundial. De los 10 puertos más importantes en cuanto al volumen de mercancías que gestionan, seis son chinos: Shanghái, Shenzhen, Ningbo Zhoushan, Guangzhou, Qingdao y Tianjin. Shanghái mueve en la actualidad más de 43.000 millones de TEUS al año, el equivalente a unos 43.000 millones de contenedores de 20 pies. Cada contenedor tiene capacidad para más de 23 toneladas de mercancía. Por tanto, hablamos de cifras colosales. Dados los datos, la posible apertura de una ruta regular por el Ártico no parece una idea descabellada. Es una alternativa que comienza a ser viable…
Huawei continúa creciendo a lo largo y ancho del mundo pero con un paso más corto. Esta afirmación se debe a que el gigante tecnológico chino ha informado este viernes unos resultados que destacan un incremento del 9.9% en los ingresos por ventas en relación con el mismo periodo de 2019, alcanzando así una cifra de negocio de 671.300 millones de yuanes (85.139 millones de euros). Esto supone una reducción en dichos ingresos con respecto al crecimiento del 24,4% que obtuvo el tecnológico chino en el mismo periodo de 2019. Del mismo modo, Huawei ha indicado que su margen de beneficios se ha situado en el 8% entre enero y septiembre, quedándose ocho décimas por debajo del alcanzado en el mismo periodo del año anterior. Según ha indicado la compañía mediante el comunicado, sus resultados “básicamente cumplieron las expectativas”  en un contexto en el que las obligaciones con sus clientes y proveedores ante el impacto de la Covid-19 y la “intensa presión” en la que se encuentra la compañía se han predispuesto como un desafío en el corto plazo. En cualquier caso, la empresa es optimista. Por eso ha avanzado que aprovechará sus fortalezas en tecnologías TIC para aportar nuevas soluciones que se adapten a cada escenario. Para Huawei, “el desarrollo rápido y saludable dentro de la industria de TIC dependerá de la colaboración abierta y la confianza mutua en toda la industria global, por lo que continuará trabajando estrechamente con sus socios globales y utilizando sus tecnologías innovadoras de TIC para crear un mayor valor para los clientes a pesar de la compleja situación” actual.
Javier Díaz Giménez, profesor del IESE, recuerda que el capitalismo tiene que ver con los cambios que se producen en el Reino Unido y Holanda entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Reconocen y recompensan a los innovadores por primera vez en la historia de la Humanidad: “Hasta entonces, los artesanos y los mercaderes, que eran los innovadores del pasado, eran los parias de la sociedad. Lo que importaba era ser Rey o formar parte de la familia real, de la nobleza o del clero. Si eras parte de los demás, mala suerte. La innovación cambió la vida de la Humanidad. Fue el palo de hockey de la historia que multiplicó por nueve la renta per cápita en 200 años, cuando antes se había multiplicado por uno”. Los cambios brutales en precios relativos, salarios y condiciones de vida hicieron que, a partir de 1868, la izquierda progresista europea, liderada por Marx y Engels, empezara a ver la innovación como algo sospechoso que tendría que ser regulado. Así surgieron los ideólogos de los movimientos sindicales en la segunda parte del siglo XIX y principios del siglo XX. Los frenos fueron surgiendo, pero la innovación y el capitalismo siguieron avanzando. En la actualidad, para Javier Díaz Giménez, en el capitalismo “no hay nada que refundar, porque no es nada. Básicamente son derechos de propiedad y límites de regulación que tienen ventajas e inconvenientes”. A este respecto, pone el ejemplo de los atascos monumentales entre JFK y Manhattan, en Nueva York: “Allí tienen una definición escrupulosa de los derechos de propiedad: prohíben expropiar nada a nadie. Como consecuencia, no hay carretera, y hay atasco. No hay una función social de la propiedad”. En el polo contrario está nuestro país: “Aquí parece que todo es expropiable. Los pisos no son de…
El año próximo, el 2019, estará marcado por la creciente preocupación en torno a las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes. La guerra comercial entre EE.UU. y China y el ajuste monetario de la Reserva Federal están provocando un impacto adverso en los mercados emergentes más endeudados, especialmente si está nominada en moneda extranjera y mantienen bajas reservas. "Las economías emergentes cayeron en desgracia a nivel global durante los primeros meses del verano. Esto se reflejó en salidas de capital y depreciaciones de las monedas, especialmente en países con políticas erróneas o incertidumbre política. Fue particularmente cierto en los casos de Argentina y Turquía, donde comenzó la fuga desordenada. Recientemente se han recuperado ligeramente, pero ambos países sufrieron graves crisis monetarias, lo que provocó una depreciación de más del 50% para el peso y más del 40% para la lira", explica el informe. Esta situación arrastró a otros países como Sudáfrica e Indonesia, marcados también por desequilibrios externos o fiscales que incrementan su vulnerabilidad ante los cambios en el sentimiento del mercado. "Estas fuertes depreciaciones monetarias son una advertencia para otros países vulnerables: no hay espacio para el error". Algunos emergentes, sin embargo, han escapado a la agitación de los mercados. Los países de Oriente Medio y el Norte de África continuaron recibiendo fondos sustanciales del exterior. Los países exportadores de petróleo estaban protegidos por el aumento de los precios del petróleo pero en el caso de los importadores las presiones de los tipos de cambio se mantuvieron sorprendentemente limitadas. Las perspectivas en el Asia emergente son muy optimistas. Crédito y Caución prevé que las economías más importantes de la región, como China o India, sigan contribuyendo fuertemente al crecimiento del PIB mundial, impulsadas por la fuerte demanda interna y el espacio que aún tienen para políticas de estímulo.…
  Las medidas que Trump propone se argumentan en el hecho de que según el, China se aprovecha de exportar bienes y servicios a Estados Unidos en un momento en el que la economía norteamericana es incapaz de alcanzar la productividad del gigante asiático. Es cierto que China ha sido el país que más se ha beneficiado del comercio internacional durante las últimas décadas, al menos si atendemos al peso de esta variable dentro del PIB, pero lo cierto es que, al menos en los desarrollados, ningún país se ha aprovechado claramente de otro.   De hecho son precisamente los “socios” comerciales de Estados Unidos, tanto Japón como Australia, los países que más han visto crecer el saldo de su balanza comercial con respecto al PIB en los dos últimos años.   La guerra comercial puede suponer un importante punto de inflexión para los mercados financieros en tres ámbitos: el de las materias primas, en el de la renta variable y en el del mercado de divisas. Dentro de las materias primas, son el petróleo y el aluminio los que más pueden verse afectados ya que, en el primer caso, China es el segundo mayor importador de crudo estadounidense y, por su parte, EEUU importa un tercio del aluminio que necesita al país asiático. Un desabastecimiento de cualquiera de los dos implicaría un alza en los precios y una caída de márgenes para las empresas que dependen de los mismos. Por otra parte, materias agrícolas como la soja, el maíz y el algodón podrían verse afectadas pero en menor medida ya que, a pesar de que ambos países tienen intereses en el comercio de las mismas, hay otros mercados como  Bangladesh, en el caso del algodón o Brasil y Argentina, en el caso de la soja, que podrían aliviar los…