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ingenería

Sener rompe barreras

Gemasolar y es la primera planta termosolar del mundo con receptores de sales fundidas, capaces de superar los 500ºC para obtener un mayor rendimiento eléctrico. Una instalación pionera que ha superado fronteras: con sus 20MW instalados puede abastecer de electricidad a una ciudad de 25.000 hogares; ahorra la emisión de 50.000 toneladas de CO2 al año; es capaz de funcionar las 24 horas del día, incluso sin luz del sol, y produce entre una y tres veces más energía que el resto de renovables Pero, ante todo, esta planta es una prueba más del carácter vanguardista de su promotor, Sener, una empresa levantada en 1956 por una familia de ingenieros bilbaínos –los Sendagorta– para los que no existen límites. Una compañía que, literalmente, presume de "atreverse con proyectos de ingeniería no acometidos con anterioridad". Gemasolar es el fruto de una ambiciosa visión: hacer de la termosolar una tecnología eficiente y rentable –hoy no lo es–, que sea la gran apuesta renovable del futuro. Para hacerla realidad, Sener dio la campanada en 2008 anunciando una alianza estratégica con Masdar, la iniciativa en energías renovables del Gobierno de Abu Dabi. Juntos crearon Torresol Energy: Sener, que controla el 60% de la sociedad, aporta la tecnología y los árabes, una fuerte capacidad inversora. No es la primera vez que esta ingeniería hace una incursión en el mundo de la energía, aunque nunca antes lo había hecho con tanto esfuerzo ni con una meta tan clara. No todo el mundo se acuerda de que Sener fue el fabricante del primer molinillo eólico en España, El Mazinger, allá en los albores de los años 80. "Fue un proyecto de investigación porque entonces no existía un mercado renovable como ahora. Luego perdimos ese tren y nos equivocamos", reconoce Jorge Unda, director general de Sener. Pero lo…