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Comercio internacional: El retorno de los centros productivos desde Asia a Occidente

Por Beatriz Pérez, experta en Comercio Internacional y profesora en CETYS/Universidad Francisco de Vitoria Tras décadas debatiendo sobre la globalización –un proceso aparentemente imparable y que llevó a muchas empresas a trasladar sus centros productivos a mercados asiáticos–, ahora parece que asistimos al fenómeno contrario: la regionalización y la relocalización de las multinacionales, que vuelven a sus mercados de origen. Un análisis superficial de este proceso puede llevar a pensar que se trata de decisiones empresariales basadas únicamente en los costes. Sin embargo, la realidad nos está demostrando que va mucho más allá. A partir de los años 80, el “boom” de Asia como centro productivo hizo que países como China, India, Vietnam o Bangladesh se convirtieran en las sedes productivas de muchas empresas extranjeras. Todo parecían ventajas: entre otras, costes significativamente más bajos, abundante mano de obra o normativa más laxa. A estas ventajas se sumaban unos costes de trasporte de la mercancía razonables y una paulatina reducción de las barreras comerciales, y los costes que conllevan, debido a las políticas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la firma de numerosos acuerdos comerciales. Era, o al menos parecía, el escenario perfecto. Las multinacionales se encontraron en una posición privilegiada para reestructurar sus sistemas productivos, al tiempo que minimizaban sus costes. En cuanto a los resultados, las cifras hablan por sí mismas: según datos de la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), las multinacionales, en su rol como líderes en las cadenas de producción global, coordinan el 80% del total del comercio mundial de forma directa e indirecta; y un tercio de las exportaciones tiene origen en países de Asia Oriental. Sin embargo, desde hace unos años, ese escenario ya no parece “tan perfecto”. Numerosas empresas han iniciado un viaje de retorno, desplazando los centros…
Por Borja Carrascosa, director de Capital. La economía es una imparable sucesión de burbujas. Cuando una se pincha, inmediatamente aparece otra que toma el relevo. Habitualmente, el tipo de activo financiero o material que la soporta es distinto en cada una de ellas. En España, la más común es la inmobiliaria, habitualmente inflada y posteriormente corregida por la ley de la oferta y la demanda. Hasta que llega una crisis como la de 2008 y desmonta en apenas tres años el modelo de crecimiento basado en conceder créditos a quien no los puede pagar. Hay otros muchos ejemplos recientes a nivel global, como el caso de las criptomonedas basadas en la tecnología blockchain. El precio del Bitcoin ha oscilado en una brecha de entre 28.000 y 64.000 dólares desde que comenzó este año, y en verano de 2020 tenía un valor de 10.000 dólares. El sector financiero, que ve competencia en este fenómeno, reclama una regulación. Pero es difícil regular un mercado cuyos hipotéticos reguladores no saben cómo funciona. Las tendencias evolucionan hoy más rápido que nunca, gracias a la tecnología, y se acortan los plazos de los relevos de las burbujas y del sobrecalentamiento de los activos. Pero hay una que resiste impertérrita los ataques del mercado, y es la de la deuda pública en la zona euro. Uno de los principales países beneficiados es España, que sobrevive con un Estado quebrado gracias al “rescate silencioso” del principal aliado de las economías basadas en el gasto público desmesurado: el Banco Central Europeo (BCE). Los tipos de interés de la zona euro llevan más de cinco años en el 0%, desde los tiempos de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE). Concretamente, el organismo otorga liquidez sin coste al sector financiero europeo desde marzo de 2016, aunque le…
La recuperación de la crisis financiera de 2008 fue tan lenta que, en algunos sectores, la digestión de los excesos aún no ha terminado. A diferencia de aquella, cuya espoleta fue el excesivo endeudamiento del sector privado, las pérdidas económicas provocadas por la pandemia las generó el parón brutal del consumo a partir de marzo de 2020. Es de suponer, por tanto, que la velocidad de crucero de la vacunación acelerará el regreso del gasto de las familias, y la reactivación del turismo provocarán un efecto rebote superior al previsto en nuestro país. En estas circunstancias, y quince meses después del estallido de la pandemia, Capital se reencuentra con Antonio Garrigues Walker, portada del número de marzo de 2020. Durante esta etapa, el prestigioso jurista y filántropo, presidente de Honor de Garrigues, ha pasado la Covid-19 y ha escrito el ensayo Sobrevivir para contarla. El mundo ha cambiado mucho desde entonces, incluso la revista que el lector tiene delante se ha transformado por completo… para mejorar. “Vamos hacia una época de mayor actividad económica, de mayor convivencia social y de mayor alegría”, resalta Garrigues Walker, con optimismo.  Modelos de crecimiento post-pandemia “Las pandemias vienen cada seis o siete años y forman parte de la humanidad”, destaca el entrevistado, que considera que “vamos a redescubrir que existe el futuro” en los próximos meses. En especial, en el ámbito del turismo, un sector para el que el presidente de Honor de Garrigues reclama “más proactividad”. Miguel Sanz, director general de Turespaña, apuntó en el número anterior de Capital que “España tiene que inventar el modelo de turismo” que vendrá, y Antonio Garrigues Walker se alinea con esta visión. “Los españoles siempre estamos esperando a ver qué pasa en el mundo, y tenemos que ser más proactivos y no ponernos límites. Todos tenemos…
Por Alfonso Jiménez, Socio de la práctica de Board Services de Exec Avenue y Director del Estudio “El Consejo Asesor: Un instrumento de crecimiento y competitividad” (2021). que, en base a su experiencia, conocimientos y relaciones, asesoran y sirven de apoyo al gobierno y la dirección de las organizaciones. Pueden tener diversos propósitos, todos ellos orientados a acelerar el crecimiento y a mejorar la competitividad, pero el propósito debe estar bien definido y requiere una buena ejecución. Aunque su propósito puede ser diverso, suele estar relacionado con el contraste de ideas con el gobierno y dirección, la presentación de tendencias, el incremento reputacional y la generación de oportunidades. Es importante reflexionar sobre este concepto antes de su puesta en marcha, ya que de éste dependerá la elección de sus miembros y su funcionamiento posterior. En muchos casos no tienen un propósito formalizado en el arranque y se va construyendo evolutivamente con las aportaciones de los miembros. La aportación de valor de los Consejos Asesores tiene que ver con el contrate de ideas con la Alta Dirección, ser puente de tendencias del mercado, ayudar a generar oportunidades y contribuir a la reputación de la organización. Como otras tantas tendencias, se pusieron en práctica en el entorno anglosajón con la denominación de Advisory Boards y se constituyeron para todo tipo de instituciones, muchas sin ánimo de lucro, también en el mundo corporativo. En la década de los 90 tomaron un gran auge, especialmente en Silicon Valley, inicialmente vinculada al asesoramiento y apoyo de nuevos proyectos (Startups). Desde entonces, se han puesto en marcha en todo tipo de empresas, incluyendo grandes organizaciones, por lo que podemos decir que la utilización corporativa masiva ha sido relativamente reciente, siendo su desarrollo en los últimos años exponencial. En Europa continental ha sido más tardía, mientras que…
Por Raúl Castillo. La crisis del coronavirus ha sido, por inesperada, un auténtico “cisne negro” para los bancos europeos. El negocio bancario tradicional, basado en prestar dinero, “yace” moribundo en suelo europeo por el largo periodo de tipos de interés negativos de la zona Euro, que va desde la Gran Crisis Financiera de 2008 (GCF) hasta la crisis de la Covid-19 de 2020. La baja inflación y el bajo consumo de los ciudadanos, por el temor a perder su empleo y los confinamientos, han supuesto “la puntilla” para los bancos que habían transformado su negocio desde 2008 convirtiéndose en prestadores de servicios a sus clientes. Las entidades se han dedicado a ofrecer créditos al conRaúl Castillo sumo, seguros, ofertas de renting, ventas cruzadas de alarmas y un sinfín de servicios, convirtiéndose en auténticos “bazares chinos” con la esperanza de recuperar sus ratios de rentabilidad. Pero los ciudadanos han decido ahorrar y ya saben lo que decía el actor Leonardo di Caprio interpretando al controvertido financiero Jordan Belfort en la película ‘El Lobo de Wall Street’ de Martin Scorsese: “El negocio consiste en pasar el dinero del bolsillo de tu cliente a tu bolsillo”. “El negocio consiste en pasar el dinero del bolsillo de tu cliente a tu bolsillo” Así que las empresas financieras se han visto obligadas, como en 2008, a agarrarse al “clavo ardiendo” de la reducción de plantillas, el desarrollo tecnológico y las tan traídas y llevadas fusiones entre entidades. Sin embargo, no hay garantías de que estos acuerdos entre bancos nacionales soluciones los problemas estructurales de la banca: muchas fusiones locales no logran agregar valor y sus réditos no alcanzan para la inversión de miles de millones de euros que tienen que hacer en tecnología para ir eliminando oficinas y personal. Por ahora, los acuerdos siguen el…
Por Alba Puerro. Que la Bolsa y los mercados financieros son un reflejo de la salud de la economía hace tiempo que dejó de ser así. Aunque debería serlo. Pero la intervención de la Fed (La Reserva Federal de los Estados Unidos) ha conseguido que los mercados financieros, donde cotizan miles de empresas, se distancien de la realidad económica y geopolítica del país, y, por extensión, del mundo. “Los mercados están demostrando una vez más que se han convertido en un videojuego autónomo separado de toda realidad. En cualquier otro momento de la historia, con un evento como el del asalto al capitolio de la Casa Blanca por partidarios de Trump que tuvo lugar el pasado 6 de enero, no habríamos visto a los mercados negociando en verde, y mucho menos en máximos históricos”. Pero empecemos por el principio del desequilibrio. Llegó la Covid-19, un evento exógeno y altamente improbable como es una pandemia, lo que llamamos un “cisne negro” en el mundillo, y las Bolsas cedieron. Pero cedieron de una forma tan rápida y violenta que obligaron a la Fed a intervenir aún más en los mercados. ¿Cayeron de esta forma las Bolsas por el coronavirus? Bueno. La realidad es que la “bomba de relojería” ya estaba armada: Precios de cotizaciones de empresa inflados, presentaciones de resultados que esconden reestructuraciones y otros gastos, ultraconcentración (unas pocas empresas grandes ponderan más que casi 500 empresas del S&P 500) y autocomplacencia (creencia por parte de los inversores de que todo va a subir ad infinitum) fueron algunas piezas de esta bomba. Con un contexto así, cualquier evento puede generar una volatilidad en la que en apenas 3 -4 días se coma beneficios de meses. Y la manera en que la Fed decidió intervenir y lidiar con la crisis actual viene inmediatamente…
Pepsi Max acaba de lanzar su nueva campaña "Mójate y elige lo mejor". Lo ha hecho realizando un webinar en el que dos personas han contado cómo no se sentían dueños de sus propias vidas y dejaron todo por seguir sus sueños. Leo Margets, licenciada en Economía, actualmente es jugadora de póker profesional. Se ha convertido en una referencia internacional en un mercado donde sólo hay un 5% de mujeres. Álvaro Neil, por su parte, es un licenciado en Derecho que con 33 años decidió dejar toda su vida para ir a dar la vuelta al mundo en bicicleta. Natalia Suazo, portavoz de Pepsi Max, antes de empezar ha querido dejar claro lo importante que es la libertad de decidir. Para concienciar al mundo, Netquest, de la mano de Pepsi Max, ha realizado el estudio sociológico "Somos lo que elegimos" sobre el poder de elección en un contexto hiperconectado y lleno de estímulos como el actual. Se trata de una encuesta realizada a más de 2.000 personas de entre 16 y 45 años. El objetivo es que los ciudadanos podamos llegar a entender cuándo tomamos decisiones de forma libre y cuándo no. El primer tema que se ha abordado ha sido cómo tomamos decisiones. En la encuesta se han visto tres respuestas claras: la primera es que el 65% de las personas de entre 16 y 24 años ha dicho que nuestro entorno nos influye para que se tome una decisión. Otra  respuesta clara es que nuestra pareja es la persona más influyente de nuestras vidas. Por último, otra respuesta destacada es que tomamos decisiones desde la comodidad, que es lo que le gusta a nuestro cerebro. Nos cuesta salir de la zona de confort. Sobre que nos influye nuestro entorno, Leo ha querido añadir que, tomando una decisión, teniendo…
En estos tiempos de elecciones, es interesante leer o releer la novela 1984, de George Orwell. Los pasajes de los dos minutos del odio, en los que se vocifera contra el enemigo aparecido en una pantalla, recuerdan algunas escenas de esta campaña. La policía del pensamiento y el temor o la advertencia a ser reprimido por siquiera imaginar algo distinto a lo aprobado globalmente, ha presidido mítines y debates. El Gran Hermano que nos vigila, en definitiva, está cada vez más presente a través de un creciente intervencionismo y conocimiento de todas nuestras actividades. A pesar de todo ello, el conocido sociólogo Amando de Miguel comentaba hace unos meses en estas páginas que estamos en un gran momento para nuestra democracia. En buena medida, lo atribuía a la llegada de Vox, que ha introducido en la opinión pública una serie de mensajes que nadie se atrevía a pronunciar. Los 2,7 millones de personas que les han votado se sienten ahora representadas, y eso es una buena noticia para la defensa de la pluralidad, como lo fue la llegada de Podemos o de Ciudadanos. Los próximos debates en el Congreso prometen ser entretenidos. Las actuaciones de Santiago Abascal u Ortega-Smith y sus enfrentamientos con Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pedro Sánchez o Pablo Casado darán que hablar y llenarán espacio en telediarios, tertulias y otros medios informativos. Pero aparte del entretenimiento, habrá que ver si son constructivos y aportan al país, que es lo que nos interesa. En las semanas previas a la convocatoria de elecciones, entidades como el Círculo de Empresarios o el Instituto de Estudios Económicos criticaban y alertaban del peligro que en su opinión representaban los Presupuestos de Sánchez para la economía española. El resultado de las elecciones ha demostrado que la mayoría de los españoles no lo ve…
Recuerdo cuando fui diputado en el Congreso, durante la transición (1977/1982). Éramos de diferentes orígenes. Algunos habían sido cargos en el franquismo, los menos, pero influyentes y dispuestos al cambio; otros éramos de la oposición democrática, democristianos, liberales, socialistas, socialdemócratas, nacionalistas, regionalistas, comunistas, republicanos, alguno de la extrema izquierda… Todos teníamos algo en común: buscar la libertad, la democracia, la integración en Europa, el desarrollo económico, social... Una ilusión colectiva, contemplada desde distintos puntos de vista; dispuestos a compartirla a costa de buscar soluciones en las que cupieran todos con espíritu constructivo. Cuarenta años después, como dijo Alfonso Guerra, a España “no la conoce ni la madre que la parió”. Creo que para bien. Los números cantan: el PIB, la renta per cápita, el estado del bienestar, las infraestructuras, la entrada en la Unión Europea, la OTAN... Todos son positivos. No fuimos perfectos, pero sí eficaces. Eficaces a fuerza de ser conscientes de que teníamos que construir entre todos algo nuevo y de futuro. La semana en que escribo este artículo en el Congreso ha habido broncas, no como las nuestras que eran de contraponer ideas, incluso pidiendo dimisiones. Las broncas de esa semana han sido aderezadas con insultos personales. Crispación que se huele en todas las noticias. Falta una visión en la que quepan todos porque a todos ilusione. Lo más difícil es la llamada “cuestión territorial”. Pero no es la única. Parte de los nuevos parlamentarios basan su discurso en el despreció a lo que hicimos en la transición, con afán de destruir el edificio construido sin dejar nada. Una crítica excluyente que impide el diálogo razonable. Lo peor de todo es la arrogancia de quienes se creen poseedores de la verdad y de los que solo saben responder con exabruptos. Lo que pasa es de diagnóstico fácil. Falta…
CC.OO. valora positivamente la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que prepara el Gobierno pero discrepa de la discriminación introducida que se hará del colectivo de temporeros y de las empleadas del hogar. Para CC.OO. el aumento del SMI hasta los 900 euros mensuales es "positivo" porque va en la línea de la propuesta del Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa, cuya aplicación viene exigiendo el sindicato desde hace tiempo, informa Servimedia. Sin embargo, CC.OO. ha mostrado su desacuerdo con establecer un salario mínimo-hora para eventuales y temporeros cuyos servicios a una misma empresa no superen los 120 días al año. En este sentido, el sindicato consideró que este cambio "excede los cometidos del Real Decreto y debe ser discutido con las organizaciones sindicales y empresariales en otro ámbito", señalan fuentes del sindicato. Además, señaló que no se conocen precedentes en los que se hubiera establecido el SMI por hora para eventuales y temporeros, cuando normalmente se referencia a la jornada legal. Finalmente, estas mismas fuentes lamentan que se vuelva a incumplir el artículo 27.1 del Estatuto de los Trabajadores en cuanto a la consulta previa "exhaustiva" con las organizaciones sindicales y empresariales más representativas. Así, se quejó de que esta consulta ha quedado "reducida a una simple formalidad, cuando debería ser un mecanismo previo a la adopción de la decisión, de manera que se puede hacer efectiva la capacidad de influir en la misma", aseguran.