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El 'nuevo' mundo del capital riesgo en España

“Con un ebitda de dos millones y un buen proyecto, la empresa española ya puede encontrar fondos muy dispuestos a invertir”  Con frecuencia, para explicar a mis clientes el actual panorama de los fondos del capital riesgo en España, utilizo, con todo el respeto, la metáfora del zoo. En un zoo hay muchos animales y muy diversos, pues en España ya existen fondos de capital riesgo tan numerosos como diversos.  De la misma forma que en el zoo preferimos unos animales que otros, también, para un empresario, los fondos pueden ser más o menos adecuados. Normalmente, todos, como en el zoo, tarde o temprano encontramos nuestro animal preferido. En el actual panorama, en España, hay uno o varios fondos casi para cada necesidad empresarial.  No siempre fue así. En España, el comienzo de la actividad inversora fue más bien lento. Pero, justo antes de la crisis inmobiliaria/financiera, el país se convirtió en un lugar en el que debían operar todos los fondos. Posteriormente, sufrimos unos años sombríos respecto a la inversión en empresas, pero hoy, España ha recuperado una imagen bastante positiva y favorable como destino preferente para invertir en el sector privado.  El nuevo universo del capital riesgo en España, para mí, se divide en tres tendencias. La primera es que se ha ampliado la oferta de fondos, aún más. La segunda, que los fondos comienzan a especializarse en sectores. Y la tercera, que hay mayor disposición para participar en minorías societarias.  De nuevo, como antes de la crisis de 2008, vemos en los últimos años nuevas entidades inaugurando su primera oficina en España o fondos internacionales invirtiendo aquí por primera vez. Esto es una muy buena noticia para las empresas españolas, porque no solo facilita el acceso a más financiación a los proyectos españoles, también les proporciona más…
Enlazando con mi último artículo, estamos ante un problema que ha devenido en estructural y que se ha generalizado en la industria y en los servicios clave: IT, telecomunicaciones, energía y biotecnología, por ejemplo, son sólo algunos casos. Los riesgos inherentes a la situación que se ha generado son gravísimos; y la probabilidad de que afloren, muy elevada. ¿Por qué?, pues porque en su mayoría dependen de la voluntad humana y de la ejecutoria de quienes han tomado el control muy por encima de lo deseable mientras los cantos de sirena nos prometían el paraíso. Encontramos ejemplos a cada paso: tres megatecnológicas han decidido, con todas las disculpas que se nos ocurran, despedir a cerca de 100.000 trabajadores. Pero esta decisión es tan incoherente como la que tomaron al contratarlos sin rigor. Como este caso, encontraríamos cientos en esas fuentes de noticias que nos marean a diario con lo que interesa en cada momento. Es necesario volver a reorganizar la cadena de valor de todas las actividades críticas, en todos los ámbitos haciendo que las naciones dispongan de todos sus eslabones: conocimiento, innovación, desarrollo, fabricación, prestación y soporte. Para integrar existen las técnicas de interconexión, los acuerdos y los equilibrios en los mercados. Rápidamente, los interesados en seguir hacia el abismo, alzarán la voz: volverá la ineficiencia y los costes se dispararán y bla bla bla… Esos mantras tienen una clara respuesta: ¿qué preferimos? ¿qué los bienes y servicios sean muy baratos? ¿pagando miseria a quien los produce? ¿haciendo que las familias y empresas no puedan disponer de ellos porque los salarios en los países no soberanos o los beneficios empresariales de las PYMES o los autónomos son raquíticos o están despareciendo? La teoría de gestión basada en costes ha hecho muchísimo daño; sobre todo cuando quien la aplica piensa…
Según revela la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó hasta un 27,8% en 2021, 0,8 puntos más que el año anterior, el dato más elevado desde el año 2016 El 27,8% de la población española está en riesgo de pobreza o exclusión, la tasa más alta desde 2016, recoge Europa Press. La encuesta realizada incluye la nueva definición de tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE que afecta a dos de sus tres dimensiones establecidas: ahora es carencia material y social severa, y hay una nueva definición de baja intensidad en el empleo. Por su parte, la definición de riesgo de pobreza no cambia. El incremento de la tasa AROPE se produjo en dos de sus tres componentes. Así, el porcentaje de población en situación de baja intensidad en el empleo subió del 10% en 2020 al 11,6% en 2021; y el porcentaje de población en riesgo de pobreza pasó del 21% al 21,7%. Por el contrario, el porcentaje de personas residentes en hogares con carencia material y social severa se redujo hasta el 8,3% en el año 2021, dos décimas menos que el año anterior. Por grupo de edad, los menores de 16 años fueron los que experimentaron un mayor incremento del riesgo de pobreza y exclusión social en España, con una tasa del 33,2%, 1,4 puntos más que en 2020. También aumentó 1,3 puntos en el grupo de 16 a 64, alcanzando el 28,7%. Por el contrario, disminuyó hasta el 20,5% entre los mayores de 65 años de edad. Además, la encuesta revela que en 2021 (con datos de renta de 2020), un 2,3% de la población estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material y…
Aragón, Asturias y Galicia se erigen como las comunidades autónomas con un mayor porcentaje de carreteras de riesgo elevado, según se despende del Informe EuroRAP 2020, publicado este lunes por el Real Automóvil Club de España - RACE. Se trata de un programa europeo de evaluación del riesgo en carretera, en concreto el de las vías que forman la Red de Carreteras del Estado (RCE). El estudio tiene en cuenta la evaluación de los siniestros durante los tres últimos años, su gravedad y su relación con las características de la vía. Según ha informado el RACE, las conclusiones de este informe se estructuran según un 'Índice de Riesgo', definido como el número de accidentes mortales y graves ocurridos en un tramo en relación al número de vehículos que pasan por él, es decir que se calcula los tramos de carretera en los que es más probable que una persona sufra un accidente. De este modo, la investigación apunta que las comunidades autónomas con un mayor porcentaje de tramos de carretera con índices de riesgo elevado son Aragón (que repite respecto al informe de 2019), con un 17,7% de sus vías pertenecientes a la RCE, Asturias (13,9%) y Galicia, con un 10,8% de sus carreteras. Asimismo, el estudio señala que los tramos de riesgo elevado se han reducido este año respecto a 2019. El RACE indica que si se analizan los tramos, se observan cuatro que se han repetido como negros en las últimas campañas. Se ubican en carreteras de Huesca, Orense, Lugo y A Coruña. En total, EuroRAP 2020 señala nueve tramos negros (uno más que el año anterior), siendo el de la N-240, entre el kilómetro 303 y el 316,8, en la provincia de Huesca, como el más peligroso de España. Sin embargo, en el informe de este año,…