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El 82% de las personas cree que los robots pueden dar soporte a su salud mental mejor que los humanos,...

Redwood Shores, Calif.— 7 de octubre de 2020 – 2020 ha sido el año más estresante de la historia para los empleados en todo el mundo, y las personas quieren que los robots intervengan para ayudar, según un nuevo estudio de Oracle y Workplace Intelligence, una firma de asesoría e investigación en RRHH.  El trabajo, realizado a partir de las respuestas de más de 12.000 empleados (gerentes, líderes de RRHH y directivos) en 11 países, halló que la COVID-19 ha elevados los niveles de estrés, ansiedad y agotamiento de los empleados en su puesto de trabajo a escala global, y que éstos prefieren la ayuda de los robots a la de sus semejantes. COVID-19 ha tenido un impacto negativo en la salud mental de los trabajadores de todo el mundo Las personas, en todos los rincones del planeta, están luchando contra lunos muy elevados niveles de ansiedad y depresión en el trabajo debido a la COVID-19. El 70 por ciento de las personas ha tenido más estrés y ansiedad en el trabajo este año que cualquier otro. Este aumento del estrés y la ansiedad ha tenido un impacto negativo en la salud mental del 78 por ciento de los empleados de todo el mundo, causando más estrés (38 por ciento), falta de equilibrio entre el trabajo y la vida (35 por ciento), agotamiento (25 por ciento), depresión por no socializar (25 por ciento) y soledad (14 por ciento). Las nuevas presiones derivadas de la pandemia global se han superpuesto a los factores estresantes cotidianos en el lugar de trabajo, incluida la presión por cumplir con los estándares de desempeño (42 por ciento), gestionar tareas rutinarias y tediosas (41 por ciento) y hacer malabarismos con cargas de trabajo inmanejables (41 por ciento). Los problemas de salud mental en el trabajo están…
Verónica Pascual volvió en el verano de 2003 a Burgos, la localidad en la que creció, con una misión clara: ayudar y reimpulsar la empresa que sus padres habían creado en 1982. ASTI (Automatismos y Sistemas de Transporte Interno) se dedicaba a realizar proyectos a medida tecnológicos y no atravesaba por un buen momento. Pidieron a Verónica, ingeniera aeronáutica, que regresara de París para ponerse al frente y así lo hizo, no sin antes dejar su trabajo en el grupo industrial Bouygues. La intención era que estuviera solo dos años, pero ya han pasado diecisiete y las cosas van muy bien. Verónica y su equipo apostaron por una nueva línea de negocio que está resultando ser un éxito: los vehículos automáticos para procesos industriales de grandes fábricas y empresas. El acierto se refleja en la evolución de la compañía: cuando llegó Verónica tenía veinte empleados; ahora cuenta con 318 y ha multiplicado su facturación por más de veinte, hasta alcanzar los 37 millones de euros. “El plan era seguir creciendo a un 30% anual, pero los ingresos de este año dependerán del Covid-19. Muchas industrias han parado sus inversiones hasta visibilizar mejor los efectos de la pandemia. Probablemente tengamos que esperar a 2021 para lograrlo”, indica Pascual. El objetivo es quintuplicar la facturación en 2023, aunque esta meta también se verá previsiblemente afectada por el coronavirus. En cualquier caso, Pascual confía en la estrategia que han trazado. El panorama de la empresa cambió radicalmente en 2008. Fue el año en el que Verónica compró la compañía a sus padres. Transcurrido este tiempo, ASTI ha pasado de ser una compañía pequeña, centrada en España y en proyectos a medida, a tener presencia en más de veinte países, con filiales en nuestro país, Francia, Alemania y Estados Unidos, y a trabajar mano…
El 33% de los españoles cree que la automatización está poniendo en peligro su empleo actual, este es uno de los datos más relevantes que recoge el estudio "Global Citizens & Automation 2018" elaborado por Ipsos en colaboración con el Foro Económico Mundial en 26 países del mundo. La rapidez con la que se sucede el progreso tecnológico genera inevitables inquietudes. Una de ellas es el empleo. Una vez que las tecnologías de la automatización sean lo suficientemente inteligentes, ¿acabarán sustituyendo a los trabajadores? A nivel global, este temor se sitúa en un 30%, y es en los grandes países emergentes (India 49%, Arabia Saudí 43%, China 42%, Brasil 39%, México 39%) y en Francia 37%, donde la preocupación por que la automatización ponga en peligro el empleo actual es mayor; mientras que en países como Suecia 14%, Japón 15%, Alemania 18% y Rusia 19% respectivamente, la preocupación porque la progresiva automatización del trabajo repercuta en la empleabilidad es menor. El informe de Ipsos, recoge los resultados de la primera ola de investigación sobre automatización presentados durante la celebración de la 49º edición del Foro Económico Mundial de Davos, y entre las principales conclusiones revela que los profesionales más preocupados por las consecuencias de la automatización, se encuentran en el sector agrario (38%), en el  sector administrativo (37%) y, en menor medida, entre los profesionales del sector de la salud y los servicios sociales (23%). Mientras que la automatización es más frecuente y esperada en el sector de los medios de comunicación, telecomunicaciones y procesamiento de datos  (55%) y las finanzas (54%). La automatización es una realidad que ya está cambiando la forma en que empresas y trabajadores se vinculan con el empleo. En España, el 43% de los españoles considera que la automatización hará que su trabajo sea completamente diferente…
Japón estima que la mitad de todos los trabajos del país podrán ser llevados a cabo por sistema de inteligencia artificial antes de 20 años”, afirma José María Azcárate, socio de Strategy Big Data. La incertidumbre campa a sus anchas en este campo. Hay quien minimiza el impacto de las máquinas sobre el empleo. Otros son de la opinión que las empresas ya cotizan por su uso pagando diferentes impuestos. También hay quien defiende que habrá que hacer algo o si no, el sistema de bienestar, tal y como lo conocemos, no será viable. Por tanto, son muchas las dudas que se plantean. “Tenemos que revisar todas las actividades productivas que se desarrollan actualmente y hacer una evaluación de en qué momento del tiempo estimamos van a ser realizadas por robots igual o mejor. En base a este análisis tendremos que ver cómo reestructuramos cada una de esas industrias y sectores y cómo vamos cambiando la formación en las escuelas y en las universidades para reorientarlas hacia esta nueva revolución a la que yo llamo la era de la Inteligencia Artificial”, indica Ángel Sánchez Aristi, colaborador de Strategy Big Data. Que los avances tecnológicos están generando una economía con unos costes marginales cada vez más bajos es una realidad. “Por tanto, los sectores económicos tradicionalmente más intensivos en mano de obra están cada vez mucho más intensivos en capital”, asegura Demetrio Barragán, profesor de IE Business School y consejero de Strategy Big Data. Y añade: “Este fenómeno se extenderá a todas las industrias. Un buen ejemplo serían empresas de fondos de inversión que ya hoy no utilizan brokers, sino que aplican algoritmos para optimizar la rentabilidad de sus clientes”. ¿Por dónde deben ir los tiros “El problema, que no la solución, se simplifica si pensamos en puestos de trabajo en…