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Esta es la empresa del Ibex premiada por ser la más transparente

Iberdrola es la empresa más transparente del Ibex 35, según el organismo Transparencia Internacional, que ha presentado las conclusiones de su 'Índice de Transparencia Corporativa en Integridad, Cumplimiento y Derechos Humanos' Iberdrola, seleccionada como la empresa más transparente del Ibex 35, según Transparencia Internacional, recogido pro Europa Press. El informe, que se publica por primera vez en España y cuenta con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Asociación de Profesionales de Cumplimiento Normativo (Cumplen), analiza la información pública de las empresas del Ibex 35 en función de los parámetros de derechos humanos, cumplimiento normativo, programas anticorrupción, transparencia de la organización e información por países. Además, el estudio incluye diversas áreas transversales, como la relación con la cadena de suministro, la igualdad y la información de sus políticas y procedimientos internos. El Instituto ha valorado positivamente que la compañía haya impulsado los criterios ESG (medioambiente, sociedad y gobernanza, por sus siglas en inglés) entre sus más de 22.000 proveedores en el mundo, a los que realiza compras por valor de 20.000 millones de euros al año. Precisamente, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán se ha fijado como objetivo que el 70% de sus más de 1.000 proveedores principales en todo el mundo, aquellos con un volumen de facturación con la compañía superior a 1 millón de euros, se rijan con arreglo a criterios ESG en el ejercicio de 2022. Una transparencia reconocida En los últimos años, Iberdrola ha sido reconocida en diversas ocasiones por su transparencia informativa. Recientemente, ha sido incluida en la 'A List 2021' de la organización Carbon Disclosure Project (CDP). Esta clasificación mide la exhaustividad de la divulgación, la conciencia y la gestión de los riesgos ambientales, así como las prácticas asociadas con el medioambiente y la fijación de objetivos "ambiciosos y significativos". Asimismo,…
Compra de mascarillas y otros suministros; concesiones de televisión pública; gestión de piscinas; compras de pistolas táser y hasta tres camellos para la cabalgata de Reyes son algunos de los contratos adjudicados  Tan solo cuatro empresas se llevaron uno de cada diez euros adjudicados "de emergencia" El 13 de marzo de 2020, un día antes del decreto del estado de alarma, el BOE publica que la Administración General del Estado (AGE) puede usar la contratación de emergencia para "atender las necesidades derivadas de la protección de las personas y otras medidas adoptadas por el Consejo de Ministros para hacer frente a la Covid-19". Dos semanas más tarde, se amplía la posibilidad a todas las administraciones públicas y, además, se abre la veda al pago por adelantado, ni siquiera es necesaria la firma. En este contexto debemos preguntarnos qué es emergencia y qué no lo es. Si bien las necesidades sociosanitarias precisaron la toma de decisiones extraordinarias como esta, la actuación de las entidades públicas, en ocasiones, dista mucho de la buena praxis. Una investigación periodística realizada por Civio analiza los gastos de las administraciones públicas durante todo 2020 y destaca la arbitrariedad de algunos de estos contratos. Pero no es lo único que señala la compañía, también los plazos en la publicación está en tela de juicio. De los 15 días ordinarios a una media de 43 días, sin tener en cuenta, siquiera, los que todavía no han sido publicados. La mayor parte del presupuesto, 5.398 de los 6.445 millones de euros destinados a contratos de emergencia, sí se destinaron a la compra de suministros. Mascarillas, vestimenta de protección (casi 3.000 millones), test (594 millones)... Sin embargo, el gasto público se destinó también a otras cuestiones. Escenario de emergencia, gestión en evidencia Las administraciones públicas españolas adjudicaron a dedo, sin…
Madrid, 8 de octubre de 2020. Las empresas tendrán que abonar a los empleados los gastos relacionados con los medios técnicos y las herramientas necesarias para llevar a cabo su actividad laboral de forma remota. Así lo establece la recién aprobada Ley del Teletrabajo en España, que regula las bases de una actividad que la pandemia ha impuesto a marchas forzadas. Esta digitalización acelerada del puesto de trabajo requiere también nuevos modelos de gestión de gastos. Según los datos de Pleo, startup fintech creada para simplificar la administración y gestión de los gastos de las compañías, si el control se realiza de forma manual implica a una media de tres personas y seis etapas, desde que llega un ticket hasta que se introducen los datos en el software de cuentas. En una compañía de 1.000 trabajadores, esto supone un coste estimado de 2.832 euros al mes (casi 3 euros por persona). “El teletrabajo podría demorar aún más este proceso, incrementando los costes y el tiempo dedicado”, apunta Aiyana Moorhead, Country Manager para España de Pleo. “La automatización, la transparencia y la confianza son las claves para garantizar el control efectivo y sencillo de los gastos tanto en entornos presenciales como remotos”. Automatización del proceso El confinamiento no ha reducido los gastos. Sólo cambia el apunte contable: los viajes de trabajo (que han caído un 78%) se han sustituido por software y dispositivos informáticos (aumento del 42%), material de oficina (incremento del 74%) y gastos de Internet y teléfono, que han crecido en un 193%. Con la continuidad del teletrabajo, estos gastos seguirán incrementándose y, al igual que en otros procesos de negocio, la digitalización permite agilizar las operaciones, ahorrar tiempo y costes innecesarios y disminuir errores. Además, con Pleo, el reporte se hace de manera automática, mediante una foto del…