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Economía

Se acabó La Dolce Vita en los países emergentes

Por Redacción Capital

crecimientos de doble dígito de China, que espoleó la demanda de materias primas y pintó un panorama idílico para cualquiera que tuviera dinero, y ganas de invertirlo. Pero la dolce vita se acabó. Un informe de Fidelity explica claramente que aquello que funcionó de forma extraordinaria en el pasado no tiene por qué hacerlo en el futuro. El dinero fácil se ha terminado y China ya no volverá a crecer nunca a doble dígito. Es más, según los expertos se espera que el gigante rojo alcance a duras penas el 7% de crecimiento anual en los próximos años, ya que su economía se irá reorientando hacia el consumo. Tampoco Brasil podrá tirar del carro de los emergentes y para demostrarlo sólo hay que ver que mientras su economía se incrementaba un 6% en 2007, el pasado año sólo lo hizo en un 0,9%.

Pero vayamos por partes. Empecemos por China. Según el informe de Fidelity, se prevé que las tasas de crecimiento medio de China van a frenarse desde los espectaculares niveles de dos dígitos que alcanzaron a mediados de la década de 2000 hasta situarse en el 7% anual conforme la economía china vaya dejando atrás su modelo de exportación de manufacturas basado en la inversión y la construcción de infraestructuras y desarrolle un modelo que prime el consumo. Estas cifras todavía colocan a China como ejemplo destacado en lo que a crecimiento se refiere, pero la reorientación de la actividad económica tendrá implicaciones más amplias. Para empezar, se reducirá la inversión ya que el gobierno chino se ha comprometido a ejecutar varias reformas diseñadas para crear una "sociedad más armoniosa", elevando los salarios y el PIB per cápita. Esto originará que el boom de las manufacturas chinas, que se basó en una generación de jóvenes emigrantes que pasaron a formar parte de la mano de obra industrial, se termine. Ahora, las perspectivas demográficas parecen menos favorables. El impacto de la política del hijo único de China significa que su población está envejeciendo rápidamente, con lo que su tasa de dependencia va a comenzar a subir previsiblemente a partir de 2015. ¿Resultado? El excedente de mano de obra procedente de zonas rurales se agota. Esto se ha reflejado en unos salarios industriales en constante alza conforme los trabajadores han empezado a hacerse oír. Estas alzas salariales han erosionado la ventaja de costes de China y han hecho menos obvia la tarea de decidir dónde ubicar una fábrica.

Además, este cambio pondrá fin a la ingente demanda de China de materias primas. Algo que no es baladí. Para comprobarlo basta con saber que en 2011, China representaba el 50% de la demanda mundial de carbón, el 41% de la de aluminio, el 40% del cobre, el 30% de arroz y el 11% de petróleo. Ahora bien, ¿qué consecuencia tiene que China deje de importar materias primas? Pues que el resto de países emergentes, muchos de ellos exportadores de metales, pagarán las consecuencias. El cambio del gigante asiático es el motivo principal que obliga a Fidelity a asegurar que en esta década los países que crecerán más serán otros muy diferentes a los BRIC. A la cabeza en incrementos del PIB está Ghana, seguida de México, Turquía, Taiwan e Indonesia. Es decir: un cambio de ciclo radical que se debe tener muy en cuenta a la hora de apostar por un país en concreto. Para no equivocarse, los expertos apuntan a África, ya que estos países van a beneficiarse de su mano de obra barata, que da lugar a una importante ventaja competitiva frente a las economías desarrolladas y cada vez más frente a otros mercados emergentes como China. Conviene tomar nota de estas recomendaciones.]]>

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