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Revista Capital

Cómo elegir una hipoteca y no arrepentirse

Por Redacción Capital

Adquirir una hipoteca trae consigo un compromiso que puede generar dos sensaciones encontradas. Por una parte, es la herramienta que nos permite adquirir un producto al que no podríamos acceder en ese momento por cuenta propia, debido a su valor elevado valor. Una hipoteca posibilita, así, comprar una vivienda, un coche, etc. Por otro lado, una elección errónea puede convertir a nuestra hipoteca en nuestra peor pesadilla. Para que esto no ocurra, se recomienda tener en cuenta una serie de consejos, como es por ejemplo calcular cuota de la hipoteca antes. ¿Cuánto me va a costar mensualmente? Una de las primeras preguntas que debemos hacernos es, qué parte de nuestros ingresos vamos a tener que destinar al pago de nuestro nuevo compromiso. Para ello, deberemos hacer una estimación mensual de tales ingresos, en función de nuestra situación personal: situación laboral, tipo de contrato, ingresos variables o estables, etc. A esa cantidad habrá que restarle una suma aproximada de los gastos habituales en facturas, alimentación, alquiler... Una vez tengamos el resultado, procederemos a analizar distintas ofertas de hipotecas. En este proceso suelen ser muy útiles los simuladores online, ya que nos ayudan a decantarnos por una u otra hipoteca evitando correr riesgos. Esto se debe, a que ofrecen resultados claros y precisos dándonos detalles referentes a las cuotas, el sistema de plazos y los intereses de partida. Pago de intereses sí, ¿Pero de qué tipo? Se trata de una de las cuestiones cruciales cuando hablamos de una hipoteca y su elección debería variar según la mayor o menor estabilidad de nuestros ingresos. En general, las hipotecas pueden clasificarse en tres tipos dependiendo del tipo de interés que implican.

  • A tipo variable: en este caso el interés se calcula en base al euríbor que, según las variaciones que experimenta, será el que fije la cuota mensual que el cliente deberá pagar cada mes a la entidad prestamista.
  • A tipo fijo: recibe ese nombre debido a que la cantidad que comporta no varía y se mantiene es exactamente idéntica durante el periodo en el que la hipoteca está vigente. Las subidas y bajadas del mercado no influyen por tanto en estos casos.
  • A tipo mixto: suponen un híbrido entre las dos tipologías anteriores. En un primer período, se aplicará un tipo de interés fijo, pasando a un interés variable, en los años posteriores. El euríbor será de nuevo la base sobre la que se calculará el interés en la segunda etapa del pago.

Mi hipoteca, ¿implica gastos adicionales? Cuando hablamos de gastos adicionales nos referimos a las comisiones. Estas pueden ser tanto de apertura como de estudio y, en general, se pagan al comienzo de la vida de la hipoteca. Estos gastos de comisión se corresponden con el pago de los trámites que gestiona la entidad bancaria para formalizar la hipoteca y con trámites relacionados con la solvencia económica del cliente. Existen también las llamadas comisiones de desistimiento, que se aplican en el caso de que anulemos nuestra hipoteca antes de terminar la devolución del dinero prestado. ]]>

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