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Empresas

El sector de la moda debe hacerse sostenible

Por Redacción Capital

Diferentes profesionales del sector textil han coincidido en la necesidad de realizar un cambio en el modelo de negocio de esta industria y en la mentalidad de los consumidores, con el fin de avanzar hacia una mayor sostenibilidad para frenar el fuerte impacto en el planeta que la industria textil está generando.

Esta es la conclusión a la que llegaron diferentes profesionales del sector textil en el foro Moda Sostenible y Ética: #CambiarElPatrón organizado por el portal web especializado en sostenibilidad y transformación social, Soziable.es.

El evento, conducido por el responsable de contenidos de Soziable.es, Chema Doménech, contó con la participación de la consejera delegada y fundadora de Slow Fashion Next, Gema Gómez; la presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de Madrid y fundadora de The Circular Project, Paloma García; el fundador de The Second Self, Miguel Carvajal; la directora de Innovación y Sostenibilidad en Ecoalf, Carol Blázquez; y la profesora de ISEM Fashion Business School de la Universidad de Navarra, Silvia Pérez. Todos ellos vinculados a iniciativas y proyectos innovadores en el sector.

Para garantizar la sostenibilidad en la industria textil, los profesionales coincidieron en la necesidad de realizar un cambio del propio modelo de negocio y fomentar una mayor conciencia por parte del consumidor en la adquisición y uso de las prendas. "De no hacerlo, las consecuencias van a ser catastróficas para el planeta", como apuntó al inicio del acto la directora de Comunicación de Ilunion Comunicación Social, Pilar Marqués.

"Estamos ante una industria que no para de crecer, lo hace entre un 4 y un 5% cada año. La más contaminante del mundo solo por debajo de las petroleras. Si seguimos así, las consecuencias pueden ser enormes", señaló.

Según Gema Gómez, esta realidad viene marcada por "el fast fashion y el ultra fast fashion, que a su vez se incrementa a consecuencia de la tecnología”. Para la consejera delegada y fundadora de Slow Fashion Next, es importante preguntarse qué hay detrás de cada una de las prendas que tenemos colgadas en el armario: "tenemos que pensar en una economía diferente, porque el PIB no mide cómo se están haciendo las cosas ni su impacto. Nuestra sociedad no debería ir más allá de los límites planetarios".

Para Carol Blázquez, directora de Innovación y Sostenibilidad en Ecoalf, el consumo de la moda “se nos ha ido de las manos. El problema es la desinformación que hay sobre lo que realmente cuesta hacer una prenda. Hay una falta de conciencia por no saber lo que estamos comprando”, destacó.

"¿Qué es caro y qué es barato si de lo que estamos hablando es, por ejemplo, de tener o no tener agua potable? No hay economía de escala que soporte una camiseta de 9,99 euros. El fast fashion no es sostenible porque el modelo de negocio no es sostenible. No hay recursos naturales suficientes para abastecer a la industria en estos volúmenes", añadió.

Por su parte, el fundador de The Second Self defendió que el papel del consumidor es también fundamental para provocar el cambio. "Son los que marcan la pauta. No se puede pasar del blanco al negro, pero hay miles de grises, muchas pequeñas acciones que podemos hacer cada día, como mirar mejor la etiqueta, pedir más información de nuestras prendas o buscarla si no la obtenemos", argumentó.

Mientras, la fundadora de The Circular Project aseguró que hay que cambiar también las reglas del consumo en momentos tan establecidos como la época de las rebajas. "En nuestro caso, por ejemplo, los márgenes están tan ajustados que no nos podemos permitir hacer rebajas. Pero esta forma de trabajar sostenible debe llegar a la gente. Estamos ante un cambio de paradigma. Y no es suficiente lo que se está haciendo, porque no van a bajar el ritmo de producción. Hemos venido porque debemos repensarlo todo", destacó.

Por su parte, la profesora de ISEM Fashion Business School de la Universidad de Navarra, Silvia Pérez, fue la única de los ponentes que ha destacado el papel de las grandes marcas en el viraje hacia una producción más sostenible. "Tienen más peso, si ellas dan el cambio, si van empujando en esa línea es más fácil de llegar a proveedores", afirmó.

Además, comentó que "las marcas españolas acuden a la universidad para recoger conocimiento, pero algunas nos dicen que no están en condiciones de repensar la producción. Todavía no. Por eso creo que es importante, por un lado, la corresponsabilidad entre las marcas, los inversores y los consumidores, pues todos somos responsables del modelo actual. Pero también es básico el conocimiento de los materiales, de los procedimientos y de las marcas. Debemos hacer un uso de nuestro armario más responsable", concluyó.

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