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Revista Capital

Cambiar la cuenta de banco, igual de sencillo que una portabilidad móvil

Por Redacción Capital

A menudo, las entidades bancarias lanzan ofertas o regalos como gancho con el fin de aumentar el número de clientes que domicilian su nómina en la entidad y lo convierten en su banco principal.

Lo cierto es que la pereza puede ser más poderosa que el impacto de cualquier regalo. Y es que cambiar de banco supone cierto esfuerzo por parte del cliente: trasladar la nómina, los recibos domiciliados, cancelar las tarjetas y solicitar nuevas... Un proceso que únicamente sale rentable si la ventaja a cambio del traslado es muy atractiva o si las condiciones en el banco anterior son malas.

En el caso de estar atados a una entidad por haber contratado una hipoteca o un préstamo, cambiar de banco se complica, ya que se debería llevar a cabo una subrogación. Sin embargo, abrir una nueva cuenta no siempre implica renunciar a la anterior, se pueden mantener las deudas en la entidad de origen y domiciliar la nómina en una cuenta de la nueva entidad. Eso sí, en ese caso, se debe tener en cuenta que, al cambiar la nómina de banco, podríamos incumplir las condiciones de vinculación del préstamo o la hipoteca, lo que podría suponer una penalización.

Más simple con la nueva normativa

Con el fin de hacer frente a la escasa movilidad de los clientes bancarios, facilitar la comparación entre los servicios relativos a las cuentas bancarias y las comisiones que se aplican a estas, el pasado 25 de marzo se puso en marcha una nueva normativa europea sobre el traslado de cuentas de pago.

El Real Decreto-ley 19/2017 aprobado por el Parlamento Europeo, establece que los bancos nacionales están obligados a gestionar sin coste adicional el traslado de cuentas bancarias de diferente entidad, algo similar a lo que llevan haciendo las empresas de telefonía móvil desde hace años. Los recibos domiciliados o los servicios asociados a la cuenta de origen, como las transferencias periódicas, se trasladarán a la nueva cuenta previa solicitud del cliente. Sin embargo, a diferencia de la portabilidad en las empresas de telefonía, que conservan el número de teléfono, en la portabilidad bancaria el número de cuenta cambiará al realizar el traslado.

El cliente interesado en abrir una cuenta en la que domiciliar su nómina o recibos debe solicitar el traslado mediante un formulario que la nueva entidad ha de poner a su disposición, en el cual el cliente debe indicar qué servicios está interesado en trasladar.

Dos días hábiles después de realizar la solicitud, la nueva entidad solicitará el inicio del cambio y, en los siguientes cinco días hábiles, debe garantizar la ejecución de la migración de servicios asociados a la cuenta antigua. En un plazo máximo de trece días, la portabilidad debe ser completada con éxito.

Por el momento, las entidades bancarias están obligadas a realizar el traslado entre bancos nacionales. Sin embargo, la normativa exige que los bancos tienen el deber de facilitar la apertura y traslado de servicios a cuentas transfronterizas. Pero ¿cómo? El banco de origen debe entregar al cliente un listado de los servicios asociados a su cuenta de los trece meses anteriores.

No es oro todo lo que reluce

La nueva normativa simplifica mucho las cosas. A partir de ahora, cambiar nuestra entidad principal será mucho más sencillo y menos engorroso, por lo que aprovecharnos de las ventajas que ofrecen otros bancos será más cómodo.

Expertos del comparador de productos bancarios HelpMyCash.com recomiendan revisar las condiciones de la cuenta bancaria antes de firmar el contrato. Un incentivo como un regalo no debe ser nunca el único motivo por el que abrir una cuenta en una nueva entidad. Es necesario fijarse en los requisitos y en si los podemos cumplir, en la permanencia si la hubiera, en las comisiones y en los servicios que nos ofrece de forma gratuita… En definitiva, es necesario comparar y elegir la cuenta que más se adapte a nuestras necesidades personales.

Por ejemplo, si contamos con ahorros en nuestra cuenta bancaria, va a ser más conveniente contratar una cuenta que nos ofrezca rentabilidad a cambio, mientras que si nuestros ahorros son algo bajos, pero cobramos una nómina o nuestros ingresos mensuales son regulares, quizá nos conviene abrir una cuenta nómina que nos ofrezca un abono de dinero en efectivo de regalo que, en ocasiones, puede ascender a más de 250 euros.

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