La noticia de hoy ha sido la expulsión de Vox de la Diputación Permanente del Congreso. El hecho puede haber escandalizado a algunos, pero a ellos les ha servido para ser los protagonistas de la mañana. Es un logro que no les resulta fácil, especialmente en la televisión pública. No hay más que ver la presencia prácticamente nula que tienen en los telediarios de Televisión Española.
El vídeo de lo sucedido transmite que el objetivo era llamar la atención. Macarena Olona es abogada del Estado y sabe perfectamente lo que puede y no puede hacer. El señor que tiene a su derecha es un experimentado especialista en comunicación que conoce de sobra lo necesario para captar el foco.
Al margen de sus habilidades y objetivos, muchos podrían considerar más interesante haber hablado de lo que solicitaba Vox (Cataluña) que de lo que se planteaba en ese momento (Thomas Cook). Otra cosa es que fuera lo previsto, la oportunidad o no del teatrillo de quitar los asientos a otro grupo y la escenificación de la pregunta. En cualquier caso, en esta situación concreta se produce una diferenciación entre Vox y el resto. Se plasma en los que aplauden su salida de la sala y en las críticas de los demás partidos, y apunta algo que puede no estar de más tener en cuenta: quizá hay muchos ciudadanos que están hartos de ese sistema de partidos que en esta escena expulsa a Vox, y esto sirve a los de Abascal para distinguirse de él.
Las semanas previas a las próximas elecciones van a ser, sin duda, una gran batalla por captar espacio en la opinión pública, y con él, tratar de conquistar votos. Habrá que ver quién es más hábil y, sobre todo, quién presenta las mejores propuestas para el país. Desde luego, hay partidos que tienen más medios que otros para lucirlas. ¿Será suficiente engrasar su maquinaria propagandística para aumentar el número de votos? El tiempo lo dirá. La pena es que medios que supuestamente deberían ser independientes ni siquiera hagan el intento de serlo.
