Una mutación en la estructura del Covid-19 desarrollada en el organismo de los visones, ha hecho saltar las alarmas en Dinamarca que ya cuenta con 214 personas infectadas por esta variante del coronavirus. La Primera Ministra indicó el pasado miércoles que tendrá que tomar la decisión de sacrificar a toda la población de visones para evitar el contagio de la población y de más de 10 millones de animales autóctonos.
El exportador mundial de pieles de visón se ha visto obligado a llevar a cabo unas medidas restrictivas especiales para la región de Jutlandia, en concreto en las explotaciones ganaderas dónde se hallaron los contagios de la nueva cepa del virus. El primer ministro se apoyó en un informe de la administración que había descubierto como el virus mutado debilita la capacidad del sistema inmunológico para formar anticuerpos, lo que inutilizaría los avances médicos de las vacunas contra la Covid.
Casi 300.000 personas tendrán que ver restringidos su derechos en el norte de Dinamarca para poder contener este nuevo brote del virus. A las restricciones que la mayor parte de Europa ha tomado por precaución se suma el cierre total de la hostelería y confinamiento domiciliario en el área de Jutlandia hasta que las autoridades lo solucionen. Desde el gobierno danés hablan de responsabilidad social con sus ciudadanos pero también con el mundo, ya que no han tenido otra alternativa para garantizar la contención de la mutación.
Otro países europeos como España también tuvieron que limitar la población de visones en julio, al detectar contagios en granjas de Aragón sacrificaron a 100.000 ejemplares. Desde Holanda acabaron por precaución con la vida de 2,6 millones de visones al encontrar pruebas de su capacidad de contagio a las personas. La Academia Veterinaria Francesa ha recomendado fortalecer la vigilancia epidemiológica en visones y hurones para buscar posibles mutaciones que pueden desarrollar, ya que se desconoce todavía porque este virus afecta tanto a esta especie animal.
