España destina el 1,25 % de su PIB anual a innovación, según se desprende de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por la Fundación Cotec. Concretamente, nuestro país invirtió un total de 15.572 millones de euros en 2019, un 4,2 % más que en el ejercicio precedente, en la partida global de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i).
Esta cifra será sensiblemente más baja en 2020 por los efectos de la pandemia del coronavirus, y pondrá fin a una racha de cinco años consecutivos de incrementos. Entre 2014 y 2019 (ver gráfico adjunto), la inversión anual en I+D+i ha pasado de los 12.820 a los 15.572 millones citados. Esta evolución refleja un incremento bruto del 21,5 % en el periodo, a una media del 4,3 % por ejercicio.
El sector privado supera los niveles precrisis
Las cifras que publica el INE suman la inversión realizada en I+D+i desde la Administración y las universidades (sector público) y desde el sector privado, que en 2019 concentró el 56 %. Las empresas son las mayores impulsoras de la innovación en España y destinaron a esta partida 8.783 millones de euros, un 8,5 % más que en los niveles máximos registrados en la etapa previa a la crisis de 2008.
En el caso del sector público, la inversión en I+D+i alcanzó los 6.789 millones de euros en 2019, cifra un 3,8 % inferior a la registrada en 2010 (máximo histórico), según detalla la Fundación Cotec. Por lo tanto, a diferencia de lo observado en el sector privado, la Administración aún tiene camino por recorrer para alcanzar los niveles previos máximos.
Por detrás de la media europea
La economía española, pese a acumular los citados cinco años consecutivos de crecimiento en 2019, aún está lejos de la media de la Unión Europea (UE). El pasado ejercicio, la inversión en I+D+i a nivel europeo fue un 31 % superior a la registrada antes de la crisis de 2008.
De hecho, si comparamos las cifras de España con las de las grandes economías europeas, observamos que la “brecha” es muy relevante. Entre 2009, año en el que alcanzó los 14.582 millones de euros, y 2019, la inversión anual de nuestro país en I+D+i crece un 6,4 %. En el mismo periodo, Alemania la incrementa en un 40 %; Italia, en un 22% y Francia, en un 14 %. Nuestro país, en materia de esfuerzo inversor, está por detrás de economías como la de Grecia, Hungría o Portugal.
En cuanto a inversión por habitante, España invierte 332 euros de media en I+D+i, revela la Fundación Cotec, frente a la media de 683 euros de la UE.
La apuesta por la tecnología
Las empresas apuestan por aplicar el cambio tecnológico como principal herramienta de la innovación, según detalla el informe “La Innovación en Europa” de Deloitte. El estudio revela que el sector privado europeo “está utilizando tecnologías digitales impulsadas por los datos para potenciar las capacidades físicas y mentales humanas”. Entre el resto de opciones encontramos herramientas como la automatización robótica de procesos, la inteligencia artificial o el Blockchain.
Deloitte destaca en su informe, realizado antes de la pandemia, que estas nuevas tecnologías enfocadas a la innovación no tendrán un impacto relevante en el empleo. Además, el estudio revela que los principales frenos a la innovación residen en la propia cultura de las empresas, en las que la resistencia al cambio resulta elevada.
Con estos mimbres, y en un entorno muy competitivo, la innovación se convierte en una de las principales armas de las empresas para poder crear valor. La revolución de los datos multiplicará el flujo de información en los próximos ejercicios, y sobrevivirán aquellas compañías y administraciones que sean capaces de innovar en su gestión.
