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Lifestyle

‘Belfast’ o la infancia de Kenneth Branagh, una lección de amor y humanidad en tiempos de guerra

Por Redacción Capital

Un drama ambientado en la tumultuosa Irlanda del Norte de finales de los años 60. Belfast es, posiblemente, la mejor película de Kenneth Branagh y, sin duda, la más personal

Es evidente que Los Oscar se han vuelto políticamente correctos y muchos nos preguntamos si quizá esa sea la clave de que la gala cada vez interese menos o de que su audiencia haya caído en picado durante los últimos años.

La edición número 94 vino con polémica incluida tras el bofetón de Will Smith a Chris Rock. La Academia, una vez más, se enfrentó a una situación insólita que no supo manejar (ya pasó hace cinco años, cuando a Warren Beatty y Faye Dunaway les dieron la papeleta equivocada). Y sigue sin saber hacerlo. En definitiva, esta serie de acontecimientos demuestran que esta organización necesita reencontrarse consigo misma y entender hacia dónde quiere ir antes de que sea demasiado tarde.

Este año, en el que se hablaba de claras ganadoras, Hollywood apuesta por ‘Coda’ como mejor película. Una cinta sobre una familia de sordos que, en realidad, no ha inventado nada nuevo ya que se trata de una adaptación de la película francesa ‘La familia Bélier’. ‘El poder del perro’ pasó desapercibida, pero ‘Belfast’ también. Curiosamente, las dos grandes favoritas para los Oscar 2022.

‘Belfast’, que se hizo con el Oscar a mejor guión, se presentó con siete nominaciones, entre ellas a mejor película, dirección, guión o mejor actor y actriz de reparto. Una cinta que se fue prácticamente con las manos vacías a pesar de hacerse con el galardón a mejor guión, y que, sin embargo, merece un hueco en la historia del séptimo arte.

La guerra desde la mirada de un niño

Belfast, 1969. Irlanda del Norte se prepara para los inicios del conflicto que enfrentó a católicos y protestantes. En medio de todo este caos está Buddy, un niño de nueve años que sufre en primera persona a los tumultuosos años 60; que se desencadenan tras los altercados que empezaron a sucederse en agosto de ese mismo año en su ciudad natal.

La historia transcurre ante la inocente mirada de un niño, y con la banda sonora de Van Morrison, presente en cada una de las canciones que suenan en una cinta en la que ninguna ha sido elegida por casualidad.

Pero no sólo el músico es originario de Belfast. Muchos fuimos al cine con pies de plomo, sensibilizados con la guerra de Ucrania, que acababa de estallar; y pensando que nos encontraríamos con una cinta de ficción en medio de una realidad bélica que sí ocurrió. Pero nada más lejos de la realidad. Estamos ante un filme autobiográfico en blanco y negro en el que el director Kenneth Branagh se retrotrae a su infancia para narrar una gran historia de amor desde los ojos de un niño.

Un dato curioso es que el director decidió escoger a actores nacidos en Belfast para protagonizar la película. Es el caso de Jamie Dornan, Caitriona Balfe, Jude Hill o Ciarán Hinds. Judi Dench es la única que se sale de esta selección pero su presencia está más que justificada (prueba de ello es su nominación a mejor actriz de reparto).

Dirigida, escrita y producida por Kenneth Branagh, esta historia difiere por completo de todos los trabajos que el también actor haya hecho hasta ahora. Un resultado que le ha llevado a hacerse con su primer (merecidísimo) Oscar de su carrera.

Un tributo a su tierra

Belfast es un tributo a una historia que busca el gozo en un momento posterior a la pérdida de tantas vidas, lanzando un firme mensaje contra el odio. Una "historia desgarradora de una ciudad fantástica", así la denominó el realizador y guionista durante su discurso de agradecimiento, nos muestra la cruda realidad de la revolución del IRA y sus consecuencias.

Branagh, que vivía con sus padres, su hermano y sus abuelos paternos en un barrio de gente obrera en la capital de Irlanda del Norte, donde todos le conocían, se sentían a salvo y se ayudaban los unos a los otros como si de una gran familia se tratase, es uno de los muchos que sufrió este conflicto de religiones con trasfondo político. En concreto, a su familia, protestante, la intentaron obligar a posicionarse contra los católicos

En declaraciones a 'Deadline', el director confiesa: "Quería que el centro de esta película tratase de retratar cómo se entiende aquella fragilidad, porque me dejó completamente perplejo cuando era niño". En definitiva, una impactante historia cargada de humanidad y amor en la que la guerra solo es el contexto político.

Un filme sobre felicidad y pérdida, de cambios sociales y familiares, de odio interreligioso y violencia sectaria, del primer amor… De una generación que tuvo que emigrar con el miedo implícito a perder su madre tierra, las raíces, a salir de una ciudad que nunca han dejado y con la sensación de que su pronunciado acento será objeto de burla o, al menos, un impedimento para pasar desapercibidos. Una situación que estalló de una manera que nadie esperaba, pillando de imprevisto a todos los que vivían de manera pacífica… como suele ocurrir en la mayoría de las guerras.

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