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Economía

Metaverso: cómo invertir ahora en el mundo del futuro 

Por Redacción Capital

El valor actual de este mundo virtual se estima en 500.000 millones de dólares y alcanzará los 2,5 billones a finales de esta década 

Junio de 2003. Nace Second Life. Esta plataforma, desarrollada por la empresa Linden Lab, ofrecía acceso a un metaverso en el que los usuarios, conocidos como residentes, podían interactuar entre ellos a través de un avatar, tal y como lo harían en la vida real: establecer relaciones sociales, participar en diversas actividades o crear y comerciar con diferentes productos como joyas, ropa, muebles... Desde entonces, esta comunidad acumula casi un millón de usuarios activos al mes y se han creado unos 73 millones de cuentas.  

La controversia que creó Second Life en su momento, al ser uno de los primeros en permitir vivir una vida paralela a la real, se ha convertido en una de las tendencias más prometedoras en el futuro. Se trata del metaverso. Este concepto que Facebook, ahora Meta, popularizó de forma masiva el año pasado cuando su fundador, Mark Zuckerberg, anunció que el metaverso será una de las prioridades de la compañía, en realidad no es nuevo. Ya apareció en 1992 en la novela Snow Crash, de Neal Stephenson. En ella, el autor recrea un universo digital consensuado basado en el real.  

Ahora, cada día hay anuncios de importantes empresas sobre sus planes en el metaverso. Es el caso de Metrovacesa, que a principios de febrero daba a conocer que se convertirá en la primera promotora de España que comercialice sus viviendas en el mundo virtual. De hecho, el sector inmobiliario está siendo uno de los que más está dando que hablar en este sentido. Las ventas vinculadas a bienes inmobiliarios en el metaverso ya superarían los 500 millones de dólares a nivel mundial y se espera que en 2022 la cifra pueda crecer hasta los 1.000 millones, según MetaMetric Solutions. 

Por tanto, el metaverso sería un entorno de interacción social y económica en un mundo digital, pero sin las limitaciones del mundo físico. Como señalan desde Fidelity, “a largo plazo podría ser perfectamente el futuro del Internet móvil”, haciendo que “salte de los bolsillos de la gente para convertirse en una capa digital que puede enriquecer y mejorar el mundo que nos rodea”. Así, indican desde la gestora, “los consumidores pueden utilizar los visores (de realidad virtual) para teletransportarse a los Juegos Olímpicos, cambiar lo que ven por su ventana por una playa del Caribe o boxear con Mike Tyson. El metaverso también dará vida al Internet de las Cosas y podría incluso emitir su propio dinero”. 

Un reciente informe de Bloomberg cifra en 500.000 millones de dólares el valor actual de la economía en el metaverso, y estimado en 2,5 billones a finales de esta década. “Este concepto no hace referencia a una sola marca o empresa, sino a un completo universo virtual y tridimensional, en el que cada usuario tendrá su avatar, con el que podrá interactuar con otros, jugar, realizar transacciones económicas, o trabajar; las posibilidades que ofrece son infinitas, pretende acortar la brecha entre lo físico y lo digital”, indica Javier Puerto, analista de fondos en el área de asesoramiento de Caser Asesores Financieros. 

¿Es por tanto una tendencia que los inversores deberían tener ya en cuenta? “Pensamos que sí, aunque tal vez no inmediatamente. Llevará tiempo que la tecnología evolucione, los costes desciendan y el metaverso goce de una amplia aceptación, pero parece que ya ha cobrado mucho más impulso en todo el mundo (y entre los grandes actores tecnológicos) que encarnaciones anteriores”, sostienen desde Fidelity. 

Por su parte, Reid Menge, cogestor del BlackRock Technology Opportunities Fund, lo resume así: “El metaverso puede sonar futurista, pero las oportunidades de inversión están aquí y ahora”. Si bien los mundos virtuales han existido durante décadas, su adopción masiva descansa en tres factores, principalmente, según Menge: El hardware de última generación y el aumento de la potencia informática lo hacen posible; la crisis de la Covid ha acelerado el cambio a la vida digital y las personas se sienten más cómodas trabajando, comprando y socializando en casa; y las criptomonedas podrían permitir que las transacciones se realicen sin problemas y globalmente en el metaverso. 

Oportunidades de inversión 

Para poder aprovechar el potencial que ofrece esta nueva tendencia, desde BlackRock apuestan por los fabricantes de dispositivos que serán necesarios para este nuevo concepto. En este sentido, “producir gafas de realidad virtual que sean portátiles, modernas y funcionales para el metaverso requerirá una nueva generación de chips, baterías y lentes”. 

Además de este subsector, Javier Puerto destaca las compañías de social media y las que desarrollan videojuegos. “Aquí nos vendrían a la cabeza nombres como Meta (Facebook), Microsoft, que ha comprado recientemente Activision Blizzard por 68.000 millones de dólares, o Roblox, una plataforma de videojuegos. Sin embargo, serán muchas más las que se puedan beneficiar de esta tendencia”.  

Por ejemplo, Nike ha comprado una empresa dedicada al desarrollo de NFT para vender zapatillas en el metaverso. BlackRock apunta también a las empresas que desempeñarán un papel clave en la construcción del metaverso, el diseño y la creación de mundos virtuales. “Serán muchas las empresas que pueden adaptar y verse beneficiadas con este nuevo entorno, pero las tecnológicas con exposición más directa serán las primeras en verse favorecidas”, indica el experto de Caser Asesores Financieros.  

El interés que está acaparando el metaverso desde el punto de vista de la inversión queda patente en el surgimiento de un índice bursátil, el Ball Metaverse Index. Este selectivo de Estados Unidos recoge, en teoría, a las compañías mejor posicionadas para ganar con esta tendencia. Incluye nombres como Roblox, Tencent o Nvidia. 

Asimismo, han surgido productos específicos para invertir en el metaverso como el Subversive Metaverse o el Roundhill Ball Metaverse, ambos fondos cotizados (ETFs). En los dos ETFs se pueden encontrar en la cartera compañías como Nvidia o Microsoft. Desde que Facebook cambiará su nombre por Meta e hiciera pública su apuesta por los mundos virtuales, los activos globales de ETFs relacionados con el metaverso se han disparado hasta alcanzar unos 2.200 millones de dólares, según Bloomberg

Asimismo, “una posibilidad que tienen los inversores para invertir en el metaverso, es comprando acciones de las compañías anteriormente citadas, aunque tenemos el riesgo de concentración en un mismo subsector. Para diversificar más nuestra cartera, existe la opción de invertir a través de fondos de inversión, que tengan exposición a tecnología, como el Fidelity Global Technology o el BlackRock World Technology; con empresas como Apple, Microsoft, y Alphabet en cartera, además de posición en semiconductores y empresas de chips, que se verían beneficiadas del crecimiento del metaverso”, explica Javier Puerto. 

A este respecto, desde BlackRock apuntan a que el metaverso es muy parecido al Internet de principios de la década de 1990 o al teléfono inteligente de principios de la década del 2000: “esperamos que sea grande y que muy probablemente cambie la vida cotidiana de las personas. Pero aún no sabemos exactamente cómo o cuán grande será el cambio”. Solo el tiempo lo dirá. 

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