Al igual que hace 10 años no imaginábamos que pagaríamos con el móvil, ahora las empresas investigan numerosas alternativas para facilitar el pago de los clientes, uno de los puntos del proceso de compra que crea más fricciones
La biometría es otra de las revoluciones recientes que, junto con la Inteligencia Artificial, prometen transformar nuestra forma de vivir. Desbloqueamos el smartphone con la cara o con nuestra huella dactilar, pero las empresas han identificado que se pueden hacer muchas cosas más.
Sobre todo en el sector retail, existen diferentes procesos que generan fricciones entre el cliente y la empresa. Por eso, la rapidez y seguridad que ofrece la biometría puede ayudar a facilitar estos procesos.
Amazon se encuentra en el desarrollo de un sistema que serviría para pagar moviendo una mano. Acaba de adquirir la cadena de supermercados Whole Foods, donde existe margen de mejora para agilizar el proceso de pago y poder realizarlo en menos de un segundo.
El mecanismo sería el siguiente: el cliente asociaría el tamaño y la forma de su mano a su cuenta, de manera que la tecnología Computer Vision puede identificar que, en efecto, se trata de su cliente. Como publica la asociación AECOC, esta forma de pagar puede acelerar la salida de los clientes de la tienda, dado que el pago puede procesarse en menos de 300 milisegundos.
La ventaja que tiene esta forma de pagar mejora las posibilidades que existen, como son las huellas dactilares o los rasgos faciales. Existe cierto rechazo del consumidor a facilitar esta información, por lo que esta nueva posibilidad abre la puerta a utilizar información menos sensible.
Por otro lado, el avance de las formas de pago diferentes al efectivo se ha acelerado en la última década. Por ello, tanto esta como otras alternativas suponen un paso más en un eventual 'adiós' al dinero en efectivo.
En China ya hace años que el reconocimiento facial se utiliza para diversos usos. Entre ellos se incluye la posibilidad de pagar por productos y servicios en diferentes establecimientos.
Como se puede ver en el vídeo, se trata de una tecnología testada y que utilizan empresas tan diferentes como Alibaba o KFC. No obstante y como ya se ha dicho, cabe resaltar los riesgos que puede representar este sistema para la seguridad. Una filtración de datos puede poner en peligro la identidad de los usuarios que usen este sistema.
También cabe mencionar las diferentes innovaciones que están investigando los supermercados. La más relacionada con los ejemplos que ya se han detallado es la de la eliminación de las cajas.
Una de las primeras empresas en probar esta tecnología fue Amazon, con sus Amazon Go. Las cámaras y sensores de la tienda identifican los productos que el cliente introduce en su carrito y, simplemente, se los lleva a casa.
Al hilo de esa propuesta, otras cadenas presentaron sus alternativas, como hizo Carrefour Flash. Al igual que Amazon, la tecnología de la compañía francesa identifican los productos que el cliente se lleva.
Asimismo, existe otra modalidad que consiste en trasladar parte del proceso de pago y verificación a los clientes. En resumen, son unos carros que incorporan las cámaras de identificación, de manera que los productos que se añaden al carrito se incorporan al que sería el tique del cliente.
Estas experiencias ya se están desarrollando en Europa, además de las que se han nombrado en China y Estados Unidos. Aunque con una finalidad distinta, también se ha podido ver en España cómo los sensores sirven para identificar qué clase de producto se pesa en una báscula. Es el caso de la cadena masymas.
