“La Comisión Europea se ha dado cuenta de que las empresas se estaban enfrentando a un reto increíble en términos de carga regulatoria”
Europa observa cómo los rivales avanzan en competitividad. El asunto fue uno de los principales temas que se abordaron en la última Sesión Plenaria del Comité Económico y Social Europeo, que tuvo lugar en Bruselas. En esa Sesión también destacó la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y del secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, a propósito de la presidencia de turno de la UE que ostentará España en apenas unas semanas. Para abordar la visión empresarial del evento, así como otros temas, Revista Capital entrevista Isabel Yglesias, miembro del CESE y directora de la representación de la CEOE en Bruselas.
Me está llamando la atención que en gran parte de los discursos se habla mucho de competitividad. ¿Por qué se habla ahora de esto?
El tema de la pérdida de competitividad de la industria europea hace años que los empleadores, los empresarios, estamos poniéndolo sobre la mesa. Hace tiempo que lo reclamamos. Nuestra industria está perdiendo fuelle sobre todo ante nuestros principales competidores mundiales. Evidentemente el covid-19 fue una prueba muy fuerte que nos puso a todos ante esa gran crisis. Estamos viviendo también de una forma muy desigual las consecuencias de la guerra. Ni China ni EEUU están viviendo las consecuencias a nivel de energía o de inflación como lo estamos viviendo nosotros. Eso ha sido un detonante para que se pusiera más de manifiesto esa diferencia en la competitividad de nuestra economía. Lo que ha sido otra muestra es ese plan americano para luchar contra la inflación, que también se centra en la transición verde y que ha puesto mucho dinero sobre la mesa. Nosotros teníamos que actuar para no poner más al descubierto aún el problema de la desindustrialización de Europa. Ha habido una combinación de factores que ha hecho que la Comisión Europea ponga la competitividad en el foco del debate europeo.
¿Qué significa poner en el centro del debate europeo la competitividad? ¿Cómo se va a abordar? ¿Qué planes hay para mejorar la competitividad?
Lo que se ha puesto sobre la mesa desde esta casa, desde el CESE, es que cualquier propuesta legislativa añada un test de competitividad a los exámenes de impacto que ya hay. Que se vea el impacto que tienen todas las medidas que se proponen en la competitividad europea. Eso tendría que ser inherente, pero se estaba perdiendo. No se estaba aplicando como se había prometido, se insistió en poner este test de competitividad.
Desde los empresarios europeos, se han emitido prioridades y propuestas para impulsar la competitividad. Se habla de hacer una buena reforma del mercado eléctrico que ayude a que los precios europeos sean competitivos. Se habla también de la formación. Hay diferencia entre necesidades de mano de obra y formación. Necesitamos dar respuesta a esas necesidades de la industria, del tipo de trabajadores que necesita para ser competitiva. Se habla de la regulación. Hace falta dar un respiro regulatorio. En otros momentos se hablaba de la guillotina en Europa, que es cuando se estaba cerca del final de la legislatura y se paraba de hacer nueva regulación para que pudiera tramitarse la que estaba en marcha. Hemos vivido una legislatura europea muy especial y se sigue impulsando legislación sin ver cómo se sobreponen con otras regulaciones y sin saber qué implica eso. La Comisión Europea se ha propuesto cómo aligerar las cargas de reporte de las empresas en un 25%, se han dado cuenta de que las empresas se estaban enfrentando a un reto increíble en términos de carga regulatoria.
Hubo cierto contraste en las intervenciones de varios de los portavoces de las instituciones europeas en comparación con las de Pedro Sánchez y Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo y Economía Social. En el caso de los representantes españoles, se pudo observar un corte mucho más social. ¿Qué impresiones tuvo con estos discursos?
Todas las instancias a nivel europeo se preparan para cada presidencia y nosotros estamos trasladando la necesidad de que la agenda ambiciosa y súper potente que plantea el Gobierno español acoja en el centro el tema de la competitividad. Damos la bienvenida a los ejes que han venido trasladando, como al impulso de las relaciones con Latinoamérica y el Caribe, la agenda social, etc. pero para acompañar todo eso, el centro es la competitividad, evitar la desindustrialización y que nuestra ciudadanía tenga las capacidades para hacer frente a la doble transición. La presidencia española tiene que liderar dosieres que son esenciales. Se tendrá que combinar.
¿Qué se comenta entre los empresarios europeos de estas propuestas españolas?
Sabíamos que el Gobierno español tendría estas prioridades. Ten en cuenta que se han trasladado diversos informes exploratorios sobre varios temas que, evidentemente, el Gobierno quiere impulsar durante su presidencia. Sabíamos que el acento social sería importante. Nosotros hemos trasladado nuestras prioridades y trabajaremos en los próximos meses. Hay diferencias porque son temas que no están suficientemente maduros, aunque la presidencia española puede impulsar con toda su libertad. Es un debate, que para eso el CESE es una casa de debate.
También se ha hablado en este plenario sobre la influencia que tiene el trabajo precario sobre la salud mental. El grupo de los empresarios se opone al dictamen que se ha elaborado sobre el tema y que relaciona ambas cuestiones. ¿Por qué?
El grupo I (el de los empresarios) se opone. No se opone a las finalidades, sino al tono o a muchas cosas que se solicitan, como es una Directiva europea. En el ámbito social, el tratado de la UE es muy claro. Deja las competencias a nivel nacional en el Diálogo Social. Se necesita autonomía de los interlocutores sociales. Se tienen que dar más capacidades en países donde no existe esa tradición. Se tiene que reforzar eso antes de imponer más legislación. Es algo en lo que nos hemos centrado en este tipo de reivindicaciones sociales.
¿Qué papel tiene la oficina de CEOE en Bruselas?
Trabaja conjuntamente con CEOE Madrid para trasladar las posiciones a nivel nacional y europeo en los temas prioritarios. Eso lo hacemos a través de nuestra patronal europea y trabajando con la interlocución con las instituciones europeas. Hay una parte de representación, de trabajo directo que hemos reforzado en los últimos meses. Ahora tenemos un equipo reforzado ante la presidencia para poder dar respuesta a lo que nos piden nuestros asociados que es estar cada vez más presentes en el ámbito europeo.
Se hablaba de las habilidades y la innovación. Entiendo que es algo relacionado. ¿Cómo se quiere hacer esa mejora de la innovación? Y, por otro lado, ¿cuáles creéis que son las habilidades que hacen falta para llevarla a cabo?
Desde las patronales europeas hemos ido solicitando que se refuerce el tema de las capacidades. La formación profesional, también en temas STEM, es necesaria para la transición digital y la transición verde. Para eso se necesitan planes que reconozcan la formación a nivel europeo, y también para permitir la movilidad laboral. Es otro tema esencial de colaboración público-privada para encontrar dónde falta personal y dónde tenemos que actuar.
¿No sabéis en este momento dónde se necesita ese personal?
Sí, sí. Digitalización en distintos ámbitos. El asunto es cómo cubrir las necesidades con las personas. Actividades que no encuentran el personal. En España se pueden nombrar casos como la hostelería o la agricultura, pero también otros muchos. Se necesita posibilitar transiciones profesionales a lo largo de la carrera.
CEOE también ostenta la vicepresidencia de Business Europe. ¿Qué impulsa CEOE dentro de ese papel?
CEOE quiere recalcar ese papel como cuarta economía europea, por eso pretende tener un rol de liderazgo. Eso lo hacemos teniendo vicepresidencias en diferentes como el internacional. Estamos posicionados en esos temas para contribuir en los posicionamientos estratégicos para que nuestra voz se escuche más. Ahora más ante la presidencia española. De hecho, prepararemos en Madrid esa guía de cara a este nuevo periodo.
¿Cómo está siendo su experiencia en el CESE?
Llevo desde diciembre. Por una parte, es un honor porque me he formado en derecho europeo y estar aquí es una gran responsabilidad. La sorpresa es muy grata, porque pese a estar relegado por su papel de opinión, tengo que decir que están llenas de contenido y son muy ricas. Y es cierto que por las prisas no da tiempo a tomar más en cuenta las opiniones del CESE. No obstante, hay miembros con una trayectoria importante y con un nivel técnico muy alto.
Son documentos en los que se busca el consenso, lo que hace que estén muy trabajados. Es muy muy interesante estar aquí. Tenemos comparecencia de altísimo nivel en cada Sesión Plenaria. Te da mucho acceso a la gente que está redactando las propuestas legislativas en cada momento.
¿Le gustaría que el CESE fuera más importante o está bien como está?
Cuando es un dictamen de propia iniciativa, hasta que arranque y llegue adonde debe llegar, a veces se tienen que hacer varios intentos. Creo que en las opiniones más políticas o que son propuestas más complicadas sí se escuchan más y se tienen más en cuenta de lo que pensamos. Sobre todo, en la fase preparatoria de la opinión. Esto es una parte del diálogo social y civil.
¿Qué se espera de la presidencia de turno de España? Según he podido percibir estos días, parece ser que los colegas europeos tienen buena opinión de España…
Debemos felicitarnos por la relevancia que está teniendo España a nivel europeo. Eso es algo de lo que debemos congratularnos y de que el gobierno español lidere propuestas conjuntas con otros estados. En muchos casos, evidentemente, no son propuestas que defenderíamos desde las empresas. Pero es bueno que nuestro país esté presente y sea tan dinámico a nivel europeo y debemos apreciarlo mucho. La presidencia, aparte de hacer brillar el país en muchas cosas, debe tener una buena gestión. Estamos seguros de que será un éxito, aunque tiene un reto mayúsculo, con muchos expedientes por delante. Esperamos que también se recojan muchas propuestas que nosotros tenemos. Estamos finalizando nuestras propuestas empresariales, que van a hablar de competitividad y actualizan las que ya teníamos. Y también de digitalización y transición energética. Para una Europa más social, tenemos que ir de la mano en crecimiento económico. Eso lo compartimos con todos nuestros homólogos.
