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Ciudadanos

Los empresarios, descontentos con la clase política y las organizaciones empresariales y sindicales

El libro 'Más allá de los negocios. Miradas y visiones de empresarios sobre la economía, la sociedad y la política', basado en un proyecto de investigación financiado por Funcas y presentado ayer en Madrid, ofrece una panorámica de los razonamientos y las opiniones de cuarenta empresarios y directivos, de prácticamente todas las comunidades autónomas y de diversos sectores económicos, sobre cuestiones económicas, políticas y sociales. La voz de los empresarios, escuchada a través de entrevistas en profundidad y recogida en este libro editado por Funcas, expresa descontento con la clase política y las organizaciones empresariales y sindicales, así como con la dimensión regulatoria de las Administraciones Públicas. A los políticos les exigen una mayor voluntad de alcanzar pactos estables y resolver problemas crónicos y les reprochan su limitada competencia técnica y su tendencia a anteponer los intereses políticos a aquellos problemas que preocupan verdaderamente a la sociedad. De las instituciones de representación de intereses los empresarios entrevistados critican su limitada representatividad, la excesiva politización y el comportamiento poco ético de algunos de sus líderes. Creen asimismo que las Administraciones Públicas no facilitan la actividad empresarial, tanto por el excesivo burocratismo como por la profusión y diversidad territorial de la normativa con incidencia en las empresas. En cuanto a la economía, los empresarios entrevistados relacionan los males de España -en particular, el elevado paro- con su debilidad industrial y la excesiva dependencia de la construcción y de los servicios de hostelería, turismo y restauración. No obstante, señalan que las demandas de cambio de modelo productivo no pueden pasar por alto las ventajas de España en esos sectores y, más que por una nueva distribución sectorial, apuestan por mejorar la calidad en los bienes y servicios en los que tradicionalmente la economía española ha sido fuerte y tiene ventajas competitivas naturales. Una…
El Real Instituto Elcano ha presentado su informe España en el mundo durante 2019: perspectivas y desafíos. Lo ha hecho con una mesa redonda en la que han participado sus investigadores Lara Lázaro, Iliana Olivié, Federico Steinberg e Ignacio Molina (coordinador del estudio). La ha moderado Charles Powell, su director. La parte económica ha sido explicada por Federico Steinberg. Su visión es que la economía global y la española van bien, aunque podrían verse afectadas por algunos riesgos: fundamentalmente, los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit y la ola populista. El turno de preguntas ha servido para preguntar si incluirían a Vox en esa ola populista, o solo Podemos la representaría en España. Un experto de Elcano presente entre el público contestó tras responder a una cuestión sobre Venezuela: "Hay populismos de izquierdas, pero también de derechas. Ahí lo dejo". No dijo si ahí incluía a Podemos, a Vox, o se unía al mensaje de estos últimos, que sitúan a Ciudadanos en el populismo al sostener que hacen lo que pide la gente. Steinberg respondió que el debate de fondo es construir una Europa que pueda funcionar como bloque frente a otros, no volver a situaciones pasadas. Ignacio Molina desarrolló unas ideas muy interesantes. Destacó que el populismo español ha mostrado una protesta local, mientras que en otros países ha sido global (Syriza en Grecia, por ejemplo, criticaba cuestiones como la globalización). El localismo de Vox, estima, puede llevar a que sus representantes, y con ellos España, tengan poca influencia, cuando su objetivo es que crezca. En este contexto, para él será interesante ver en qué bloque se encuadra Vox si logra una buena representación en las elecciones europeas. Tanto Molina como Powell recalcaron la fuerza que el PP español tiene dentro del Partido…
Visiones modernas. González y Aznar también cumplían las tres cualidades en su periodo álgido. "Felipe apuntaba a Europa, a un país moderno y socialmente avanzado. Tenía una gran capacidad de comunicación. Aznar también tenía una visión potente y eficaz, moderna, que miraba a Europa y al Atlántico. Su capacidad de comunicación era menor que la de Suárez y González", señala Pin. “Los primeros líderes de la democracia fueron grandes emprendedores”, estima José Luis González, profesor de Insead y autor del libro Los presidentes españoles. Ideología y personalidad, las claves del liderazgo político. “Adolfo Suárez creó un partido poco serio, pero un partido. Pujol (aunque ahora haya caído en desgracia) fue un emprendedor político espectacular: fundó un partido y una hegemonía. Felipe González venció en la lucha por la marca. En un momento en el que había políticos como Tierno Galván, fue un emprendedor de partido”, añade González. En opinión de este experto, la actualidad ha creado el caldo de cultivo necesario para la aparición de nuevos emprendedores políticos. “No hay referencias. Los que no ponen en duda la Constitución, tampoco la defienden abiertamente. Nadie plantea salir de Europa, pero sí sus políticas. Parece que da todo igual”, estima González. Este ambiente ha propiciado la llegada de líderes como Pablo Iglesias o Albert Rivera. Tras Felipe González, Aznar marcó el cambio. “Estuvo a medio camino del emprendedor de partido. Refundó el PP, lo reunificó de una constelación de baronías. Es lo que ocurre ahora en el PSOE”, recuerda González. Tras él, “los líderes de PP y PSOE son herederos del aparato. Rajoy siempre ha estado en el partido. Luena, Hernando, López y Sánchez van más a defender su puesto, a mantenerse, que a imponer su ideología. La situación de ahora en el PSOE se asemeja a una lucha entre funcionarios”, sostiene González.…
¿Se puede formar a un político para que no se corrompa? Hay que establecer un nivel de exigencia que provoque el rechazo a cualquier acto de corrupción. Deben hacerlo las formaciones políticas, pero también la sociedad, los medios y los sectores productivos. Hay que generar un reproche individual y colectivo a estas conductas. Y después, hay que atacarlas por ley. No basta con las sanciones que se impongan, que ya existen y son severas gracias a las reformas hechas en esta legislatura. Nos falta establecer controles que, sin hacer imposible la gestión, hagan extremadamente difícil que un responsable público se pueda corromper y enriquecerse con dinero público. Eso debe establecerse en esta legislatura. ¿Sería una buena medida restringir las competencias urbanísticas de los ayuntamientos? Durante muchos años hemos tenido un problema de financiación de las corporaciones locales. Se ha revisado la financiación de la Administración General y de las Comunidades, pero no de los Ayuntamientos. Esto ha hecho que se haya tenido que recurrir a políticas de suelo. Ahí se han producido reducidas, pero escandalosas, actuaciones de corrupción. Una de las claves de futuro pasa por acabar con el hecho de que el suelo sea la fuente de financiación de los consistorios. Eso exige un acuerdo entre los partidos. ¿Lo ve posible? Tras la nueva realidad parlamentaria que tenemos, eso va a ser así. En este país se han acabado las mayorías absolutas. Pronostico que para mucho tiempo. ¿Le parece normal la situación de bloqueo institucional que vivimos por la falta de diálogo entre las formaciones políticas? Lo que está pasando nos desvela una realidad sobre la que no habíamos reflexionado: que España no es una democracia presidencialista, sino parlamentaria. Cuando votamos, creemos que elegimos al presidente del Gobierno o al alcalde, pero no es así. Escogemos un cuerpo electoral,…
“cambalaches” que se produjeron después de las elecciones autonómicas y municipales: “Llevaron a alcaldías y gobiernos regionales a personajes que ni en sueños hubieran imaginado tal honor (Colau en Barcelona, Kichi en Cádiz…)”, lamenta. Aunque admite que valieron al PSOE para recuperar algunas comunidades y muchos ayuntamientos sin haber ganado en las urnas, afirma que también “sirvieron a la Comisión Ejecutiva del PSOE para disimular la pérdida de 700.000 votos respecto a los resultados –en verdad lamentables- del año 2010”. Para romper con esta dinámica, el que fuera primer presidente de la Comunidad de Madrid (1983-1995) estima que habría que diferenciarse claramente de Podemos. “El PP no deja de asegurar por tierra, mar y aire que votar al PSOE es lo mismo que votar a Podemos”, dice. “Los portavoces del PSOE protestan que quieren asustar al electorado, pero no hacen nada para desmentirlo. ¿Y qué pueden hacer? Pues muy sencillo: que Pedro Sánchez salga ante los medios y diga solemnemente No gobernaré si el PSOE no es el partido más votado”, añade. En su opinión, esta sentencia cambiaría totalmente el panorama. El eslogan del PP quedaría obsoleto y los votantes de Podemos que quieren empujar al PSOE a un gobierno de izquierdas tendrán que replantearse su voto: si no gana el PSOE y el PP queda por delante, no habría gobierno de izquierdas. “No hay que ser adivino para saber que más de dos millones de votantes que hoy piensan votar a Podemos no lo votarían mañana, después de esa hipotética declaración de Pedro Sánchez”, estima Leguina. Si es tan fácil, ¿por qué no hace eso Pedro Sánchez? “Pienso que no lo va a hacer porque da por perdida la partida contra el PP, su adversario, y prefiere apoyarse en su enemigo, que es Podemos”, asegura. Leguina estima que adversario…