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El envejecimiento de la población: un reto para el mercado laboral

La edad media de la población trabajadora en España ha aumentado en más de cuatro años desde 2000 La caída de la natalidad y el aumento de la longevidad han hecho que la edad media de la población trabajadora en España aumente en más de cuatro años desde el inicio del siglo, según la última publicación de 'Papeles de Economía Española' editada por Funcas. El estudio dedicado al cambio demográfico en España indica que estos factores están provocando una drástica recomposición por edades de la población, que tendrá efectos no solo en el tamaño de la fuerza laboral o la evolución de la productividad, sino también en la demanda de bienes y servicios o las prioridades en el gasto público de los gobiernos. En el monográfico, titulado 'La economía española frente al reto demográfico', se analiza el rápido envejecimiento de la población activa en España, el cual es especialmente intenso entre los trabajadores no asalariados, varones, asalariados del sector público, empleados de empresas pequeñas y comunidades autónomas del norte-occidental de la península. El análisis realizado por Brindusa Anghel, Juan Francisco Jimeno y Pau Jovell señala que, respecto a los perfiles de ingresos laborales por edad, se observa una desaceleración de los ingresos a partir de los 45 años y una caída acusada a partir de los 60 años, que sugiere una disminución de la productividad en esos grupos de edad. Si entre 2002 y 2022 la población ocupada aumentó en torno al 18%, la población ocupada de 50 años o más se multiplicó por más de dos, mientras que la población ocupada de 16 y 29 años se redujo a la mitad. Este fenómeno, que complica la situación generacional de trabajadores en todos los segmentos del mercado de trabajo, afecta al crecimiento agregado de la productividad, principal motor de crecimiento…
Con la llegada del año que viene, la edad legal de jubilación sube a 66 años y cuatro meses en España Los españoles que quieran jubilarse a partir de este domingo, 1 de enero, con el 100% de la pensión tendrán que tener al menos 66 años y cuatro meses cumplidos, en virtud de la reforma de pensiones de 2013, en la que se elevaba progresivamente la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años, en un horizonte total de 15 años, recoge Europa Press. Estos 66 años y cuatro meses será la edad que se exija para quienes acrediten menos de 37 años y nueve meses de cotización (este año se exigen 66 años y dos meses cumplidos para poder jubilarse con menos de 37 años y seis meses cotizados). Si se superan los 37 años y nueve meses cotizados, los trabajadores que quieran jubilarse desde el 1 de enero de 2023 con el 100% de la pensión tendrán que tener 65 años cumplidos. Lo que no cambió con la reforma de 2013 es el requisito de cotización mínima para poder acceder a la pensión contributiva de jubilación, que se mantuvo en al menos 15 años, dos de los cuales deben estar comprendidos en los 15 años anteriores a la jubilación. Jubilación parcial En el caso de que los trabajadores quieran acceder a la jubilación parcial sin que la empresa haga un contrato de relevo, la edad mínima de acceso será la edad ordinaria de jubilación que en cada caso resulte de aplicación. Si la empresa hace un contrato de relevo para cubrir el tiempo de trabajo que deja de trabajar la persona que se jubila parcialmente, la edad mínima de acceso para la jubilación parcial será desde el 1 de enero de 2023 de 62 años…
Un estudio de Willis Towers Watson muestran que las mujeres y los autónomos serían de los más perjudicados Según el estudio realizado por el Observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson, en colaboración con las universidades de Valencia y Extremadura, la ampliación a 35 años del cálculo de la base reguladora en el sistema de pensiones impactaría negativamente en la cuantía de la pensión media inicial de jubilación, que disminuiría alrededor de un 8,6%. Los expertos han investigado cómo esta medida afectaría en mayor o menor medida a determinados grupos de trabajadores según sus diferentes características. La variable más relevante es, según el análisis, la duración de la carrera laboral, ya que las personas con carreras cortas verían disminuir su pensión un 15% frente a aquellas con carreras largas (equivalente a más de 43 años y 8 meses cotizados), que sufrirían la mitad de reducción (7,5%). Asimismo, el estudio detecta un posible problema de "discriminación indirecta" por razón de género, ya que las mujeres presentan carreras laborales más cortas, con lo cual su pensión inicial se recortaría un 10,3%, frente a un 7,9% en el caso de los hombres. Esto supone una reducción superior al 30% para las mujeres respecto a los hombres. La edad de jubilación también tiene un efecto relevante. Según los cálculos del observatorio, el impacto sobre la pensión de aquellos trabajadores que decidieran demorar su jubilación sería mayor, con una reducción del 11,6%, frente al 8% de los que opten por anticipar su retiro. En definitiva, desde el punto de vista de los pensionistas, el aspecto negativo de esta reforma es el impacto que tendría sobre la suficiencia de las futuras pensiones. No obstante, tal y como se apunta desde el estudio, hay que tener en cuenta que los individuos podrían compensar, total o parcialmente, esta…