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Lecciones de la inflación en la construcción 

"Con el conocimiento interno se pueden prever la gran mayoría de reacciones de los clientes" Todo se ha encarecido. Ante el imparable aumento del coste de las materias primas y energía, las empresas han tenido que reaccionar aumentando precios. Sin embargo, como en todo, solo algunas compañías lo han logrado con éxito.  Una estrategia de pricing no es una iniciativa aislada, debe estar enmarcada dentro de una reflexión continua centrada en la mejora de resultados. Así como las compañías gestionan y optimizan sus costes constantemente, la cultura de gestión de precios debe tener el mismo dinamismo y continuidad. De lo contrario, no es estrategia sino táctica.  Según un estudio realizado por Simon-Kucher & Partners, tan solo el 17% de las empresas del sector de los materiales de construcción logran llevar a cabo aumentos de precios con éxito (es decir, que al menos logren un 80% de su aumento propuesto). Además, casi la mitad de las empresas no llegaron al 60% su objetivo. ¿Realmente merece este resultado el esfuerzo y desgaste que supone? Diez sencillas prácticas diferencian a empresas con resultados envidiables de empresas que en cada revisión de precios se enfrentan a su peor pesadilla a sabiendas que no obtendrán el retorno necesario.   Lo que los mejores evitan  Centrar el aumento de precios en una única subida al año: El 60% de las compañías indica que aumenta sus precios una única vez al año. Este enfoque dificulta enormemente la reacción ante incremento de los costes, erosionando directamente los márgenes. Actualmente actualizar y negociar los precios varias veces es crítico para adaptarse a las dinámicas del mercado.  Ser demasiado moderado: Hoy en día, los costes aumentan con una magnitud tal que un incremento insuficiente es sinónimo de pérdida de margen, por lo que se ha de saber argumentar las subidas necesarias…
El incremento acumulado del Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC), salvo energía y alimentos en los últimos tres años, ha sido del 6% y 5,3% en Europa y en España frente a aumentos del 3% de los tres años previos a la pandemia La inflación subyacente ha crecido un 5,3% en España en los tres últimos años, según el Banco de España recogido de Europa Press. Así se refleja en el estudio 'Evolución reciente de la inflación subyacente en el área del euro y en España', publicado por el Banco de España, en el que se apunta que las presiones sobre la inflación subyacente se han intensificado en el área del euro y España, lo que refleja el aumento sostenido en los costes de producción y algunos factores relacionados con la pandemia. En el área del euro, la inflación subyacente ha mostrado un marcado perfil ascendente y ha alcanzado niveles inéditos en la historia de la Unión Económica y Monetaria (UEM), tras rebasar los registros máximos en noviembre de 2021, cuando superó el 2,5%, y situarse en el 4% en julio de 2022. Los diecinueve Estados miembros han superado la tasa del 3% de inflación subyacente; en algunos casos, como en los países bálticos o Eslovaquia, rebasa el 8%. Igualmente, en España, la inflación subyacente ha mostrado un aumento intenso desde mediados del año pasado, y se situó en el 4,6% en julio de 2022. Además, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, prevé una desaceleración de la actividad económica, penalizada por los mismos "vientos en contra" que pesan sobre las perspectivas mundiales y europeas, como son la inflación, la incertidumbre, la crisis energética o el endurecimiento de las condiciones financieras. Más peso en España del ocio, la restauración y el turismo En…
Concha Santos (ANCI): “Los fondos Next Generation no cubren la totalidad de la inversión necesaria y tienen un horizonte temporal acotado”  Pedro Fernández (CNC): “El Gobierno debe potenciar la imagen de las empresas españolas. No nos damos cuenta de que somos los mejores del mundo”  Seopan: “El presupuesto de obras sin ejecutar por el Estado se elevó hasta 3.683 millones en 2021 y la contratación pública por concesiones es prácticamente inexistente”  “La ingeniería española construye el mundo” es una frase recurrente que tiene su justificación en la cantidad de proyectos de infraestructuras internacionales en los que ha participado y colabora hoy España, como el Canal de Panamá o el AVE a la Meca. Sin embargo, esta buena posición en el terreno de las infraestructuras se puede ver perjudicada por el complicado panorama que se presenta actualmente y que todo apunta a que va a durar más de lo previsto.   Los precios de las materias primas no cesan de subir y la crisis geopolítica europea está provocando una inflación que no baja de las dos cifras. Falta mano de obra y las patronales reclaman más inversión en infraestructuras, además de que se escuche al sector constructor para no perder la posición global de liderazgo que tiene España. Capital analiza con las principales patronales de infraestructuras de nuestro país que posibles soluciones se pueden abordar ante esta incertidumbre.  Pedro Fernández, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC); Concha Santos, presidenta de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI) y Seopan revelan cómo está afectando la subida de precios, cómo de importante es la colaboración público-privada y los fondos europeos y las ventajas y debilidades que tiene España en el ámbito de las infraestructuras. Abordamos con estos expertos otras claves como la escasez de mano de obra y la presencia de…
“La inflación es un impuesto sobre los tenedores de pasivos estatales, que se empobrecen para que el Estado se enriquezca” Decía Milton Friedman que la inflación es un impuesto sin legislación, es decir, un impuesto que el Gobierno de turno consigue cobrar a sus ciudadanos sin pasar por el parlamento (ni siquiera a la hora de extraernos el dinero del bolsillo se mantienen mínimamente las formalidades). Pero, ¿por qué la inflación contribuye a enriquecer al Estado?  Por un lado, la inflación reduce el valor real de la deuda pública. Aunque los tipos efectivos medios que sufran los ciudadanos se mantengan estables, como los ingresos nominales del Estado crecen, la carga que suponen los pasivos públicos disminuye. Por ejemplo, supongamos que un país tiene un PIB de 100 unidades monetarias y una deuda de 100 unidades monetarias, es decir, soporta un endeudamiento del 100% del PIB. A su vez, imaginemos que el peso de los ingresos públicos sobre el PIB es del 40%, esto es, se recaudan 40 unidades monetarias anualmente y, en consecuencia, se necesitarían 2,5 años para retirar la totalidad de la deuda.  Imaginemos que ese país experimenta una inflación del 100% (por supuesto, esto no es algo que suela ocurrir en un único año, pero para nuestro ejemplo podemos suponer que ha sucedido a lo largo de varios ejercicios) y que, por tanto, el PIB se incrementa de 100 a 200 unidades monetarias. El peso de la deuda pública en el PIB caería del 100% al 50% y, con una presión fiscal del 40% del PIB, la recaudación se incrementaría hasta las 80 unidades monetarias, de modo que la deuda pública podría retirarse con apenas 1,25 años de ingresos públicos.   En terminología contable, diríamos que el Estado se ha vuelto más rico porque, al disminuir sus pasivos, sus…
Según ha informado el club de países, la inflación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se situó el pasado mes de julio en el 10,2%, lo que supone una caída de una décima con respecto al mes anterior La inflación de la OCDE baja por primera vez desde noviembre de 2020 y se sitúa en el 10,2% en julio, informa Europa Press. La OCDE ha detallado que se trata de la primera caída en la cifra de encarecimiento de precios desde el mes de noviembre de 2020. En julio, el número de países del grupo que registró subidas de precios de doble dígito pasó de 13 a 15. Los precios energéticos ralentizaron su escalada al situarse en el 35,3% en julio, frente al 40,7% de junio. Este menor incremento de los precios de la energía se compensó por un alza de los precios de los alimentos del 14,5%, lo que supone 1,2 puntos más que el ritmo de encarecimiento de junio. De esta forma, la inflación subyacente, que se obtiene al descontar los precios de la energía y los alimentos por su mayor volatilidad, se situó en el 6,8% en el séptimo mes del año, tres décimas más que en junio. La mayor tasa de inflación se registró en Turquía, con un alza del 79,6%, seguida de Estonia (22,9), Lituania (21,6%) y Letonia (21,5%). Ningún país registró deflación, por lo que los menores ritmos de subidas de precios se pudieron observar en Japón (2,6%), Suiza (3,4%) e Israel (5,2%).
La pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y las empresas reducirá la cantidad de inversiones y su rentabilidad durante los próximos meses La inflación y subida de los precios es una realidad que afecta a todos los miembros de la economía, desde particulares a negocios y empresas. En el mes de Julio sea alcanzó la mayor subida desde el año 1984, concretamente de un 10,8%. A pesar de ser un indicador como el IPC en su mayoría observado a la hora de realizar la compra, la fuerte subida vista recientemente en los carburantes y el sector energético ha provocado la preocupación también de gran cantidad de empresarios. Este tipo de percance económico provoca situaciones de mayor ahorro que afectan desde a la banca a las empresas Es frecuente que parte del patrimonio tanto de estas personas como de las entidades esté en inversiones a largo plazo. Se estima según estudios de Statista que en 2020 al menos un 30% de la población española disponía de acciones de empresas o fondos de inversión de renta variable. Sin embargo en los dos últimos años, la crisis del coronavirus y la guerra entre Ucrania y Rusia ha provocado caídas en bolsa de hasta un 20%, lo que es sinónimo de menor inversión, teniendo en cuenta además un 2020 en el que el crecimiento del valor y número de estas fue nulo. Es en estos momentos cuando el miedo se instaura tanto en empresas como en particulares a perder no solo poder adquisitivo por la subida de precios, sino a que la rentabilidad de sus inversiones sea menor que el crecimiento de la inflación y que a la larga afecte también a la capacidad de compra de familias y empresas. Fondos y acciones a la baja El término rentabilidad real es uno de…
Según los resultados de la Encuesta Anual de Coste Laboral (EACL) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste laboral total asciende un 73,7% respecto al año anterior, los más altos en Madrid, País Vasco y Navarra El salario bruto anual alcanzó los 24.248,78 euros en 2021, lo que supone un aumento del 6,2% respecto al año anterior y un 73,7% del coste total, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Anual de Coste Laboral (EACL), publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogida por Europa Press. El INE ha explicado en su comunicado que los datos de 2021 "están distorsionados" por las medidas de apoyo a los trabajadores y las empresas que siguieron vigentes a lo largo del año pasado, tras la pandemia, aunque con menos incidencia que en 2020. Así, los trabajadores acogidos a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) siguieron perteneciendo a la plantilla de sus empresas, pero no fueron remunerados con salarios, sino con prestaciones aportadas directamente por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y, en algunos casos, complementadas por las propias empresas. Por tanto, si se comparan los datos del salario bruto anual de 2021 con los de 2019, antes de la pandemia, el incremento es del 3,4% en dos años. Respecto a los costes no salariales, las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social fueron la partida más importante, con 7.711,98 euros por trabajador, un 23,4% del coste laboral. Los sueldos y salarios más las cotizaciones a la Seguridad Social constituyeron conjuntamente, por tanto, el 97,1% del coste bruto. Además de los salarios y cotizaciones, 478,84 euros anuales se destinaron a beneficios sociales por trabajador (cotizaciones voluntarias a seguros y planes de pensiones, prestaciones complementarias a la Seguridad Social y gastos de carácter social), 205,65 euros correspondieron…
La cifras de la inflación superan los dos dígitos en España y en más de la mitad de los países de la UE La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en junio en el 8,6%, frente al 8,1% registrado en mayo, en lo que supone el mayor encarecimiento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica y más de cuatro veces la meta de estabilidad de precios del 2% del Banco Central Europeo (BCE), según ha confirmado la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. De su lado, en el conjunto de la Unión Europea (UE), la escalada de los precios se aceleró en junio al 9,6% desde el 8,8% del mes anterior y muy por encima del 2,2% registrado hace un año. Según la oficina estadística comunitaria, la imparable escalada de los precios de la zona euro en el sexto mes de 2022 respondió a la subida interanual del 42% del precio de la energía, que se aceleró desde el 39,1% de mayo, mientras que el incremento del precio de los alimentos frescos en junio fue del 11,2% interanual, cuando en mayo había sido del 9%. A su vez, los servicios se encarecieron un 3,4% interanual, una décima menos que el mes anterior, mientras que los precios de los bienes industriales no energéticos subieron un 4,3%, frente al 4,2% de mayo. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en junio en el 4,9%, frente al 4,6% del mes anterior, mientras que al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente se situó en el 3,7%, una décima por debajo del récord del 3,8% registrado en…
La particular lucha contra el aumento de los precios se afronta de forma muy diferente en cada país El precio de la vida lleva muchos años incrementándose en todo el mundo, y la Unión Europea no es una excepción. En este contexto post pandemia y con la Guerra de Ucrania llamando a las puertas de las principales economías europeas, la batalla contra la subida de los precios se ha vuelto una de las principales preocupaciones de los gobernantes del Viejo Continente. Y no solo de los gobernantes. El incremento excesivo del coste de la vida preocupa también a los ciudadanos. Inflación interanual por países en la UE Fuente: Eurostat Los gráficos del Eurostat ponen en evidencia el considerable aumento de precios que está viviendo la Unión Europea. Sobre el papel, los países bálticos se llevan ahora mismo la peor parte, con cotas que superan el 20% en Estonia y Lituania, y que se sitúa en un 19% en Letonia. Nuestro país se sitúa en un histórico 10,2%, aunque el pronóstico sigue siendo desfavorable. Ningún país de la Unión Europea se libra del incremento de la inflación, pero las consecuencias económicas son muy diferentes en cada territorio. Las grandes potencias de la Zona Euro (Italia, Francia, Alemania) oscilan entre el 6% y el 8%, siendo España el único de los cuatro grandes donde la cifra superó el temido 10% en mayo. Para comprender mejor cuáles son las consecuencias que puede acarrear la subida de los precios en la vieja Europa, hay que destacar las medidas tomadas por cada estado para combatir dicho incremento. En este sentido, Alemania y España han tomado caminos similares a primera vista, aunque el resultado podría ser dispar en cada país si se ahonda en la cuestión. Combatir la inflación en Alemania Alemania alcanzaba en mayo de…
Según un informe de Bankinter, todo parece indicar que la inflación se resistirá, la desaceleración económica continuará, pero habrá una oportunidad de entrada en el arranque de otoño Un verano difícil y un otoño incierto. Así califica Bankinter el futuro de la economía a través de su informe Estrategia y Perspectivas 3T 2022 en el que analiza cómo evolucionarán los mercados en los próximos compases. Todo ello después de un primer semestre marcado por los retrocesos en los principales índices bursátiles. La cuestión en este punto es cómo está previsto que esto avance. Y lo cierto es que para Bankinter solo hay dos preguntas vitales a responder: los niveles de entrada y la posibilidad de recesión. En un primer término porque todavía se encuentra el interrogante de conocer a qué nivel es interesante retomar posiciones. En un segundo, averiguar si la economía global se dirige hacia una nueva recesión. Por todo ello desde la entidad bancaria recomiendan empezar a reconstruir posiciones a partir de los 3.400 puntos del S&P500. “Nos gustaría creer que todo el ajuste de las bolsas se producirá en julio, pero se presenta improbable porque el S&P500 debería retroceder 500 puntos, equivalente a un -13% desde los aproximadamente 3.900 puntos en que se encuentra en el momento de cerrar este informe, lo cual parece mucho para un solo mes”. Por eso, señala el estudio, “el ajuste se producirá de forma más bien progresiva durante todo el verano”. Inflación resistente Otro de los puntos a tratar de dicho informe es cómo evolucionará la inflación, uno de los grandes agentes de juego de 2022 que ha hecho temblar los cimientos de las economías mundiales. ¿Y qué ocurrirá con ella? Lo cierto es que, según el informe, ésta se resistirá a remitir más de lo que los bancos centrales defienden.…