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Instituto de Estudios Económicos

Por qué no hay que subir los impuestos

El economista Juan Rallo no se cansa de repetirlo una y otra vez: las medidas fiscales planteadas por los partidos de izquierdas apenas valdrían para reducir un 3,5% el déficit de 110.000 millones de euros que tendrá el Estado en el año 2021. Eliminar los gastos de la Casa Real ahorraría 7,8 millones (0,007% del déficit); devolver las ayudas de la banca serían en teoría 60.000 millones; el impuesto a las entidades financieras planteado por Podemos alcanzaría los 1.200 millones según sus cálculos, habitualmente inflados; subir el IRPF a las rentas más altas llegaría a los 328 millones; la Tasa Covid hubieran sido 1.200 millones; eliminar las sicav, 350 millones; la Tasa Tobin a las transacciones financieras 850 millones… Tampoco las propuestas de Vox serían suficientes. El ahorro en burocracia, servicios generales del Estado, parlamentos, Senado, embajadas, etc. que propugnan disminuiría el gasto en 30.800 millones, y no se podría eliminar todo. La conclusión está clara: seguimos gastando más de lo que ingresamos y urge encontrar un equilibrio en las cuentas del Estado que no opte por la solución fácil de siempre: continuar esquilmando a quienes generan el dinero. España tiene una fiscalidad muy poco competitiva. Es la deducción que arroja año tras año el informe sobre sistemas tributarios que elabora el Instituto de Estudios Económicos (IEE) con la Tax Foundation. Durante las últimas décadas, numerosos países han efectuado reformas de calado en sus impuestos. En muchos de ellos se han bajado los relativos a las rentas del trabajo y a los beneficios empresariales, y ha aumentado paralelamente la recaudación de los impuestos indirectos. Por lo general, la reforma de los sistemas tributarios se ha traducido en crecimiento económico y mejora de los indicadores de desarrollo social. España, sin embargo, no es un ejemplo en este terreno. Ocupa el puesto…