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El otro genio de Pixar

La productora que creó Toy Story tenía talento creativo y técnico, a John Lasseter y a Steve Jobs, pero le faltaba un artista en la visión de negocio. Lo encontró en Lawrence Levy. Hablamos con él y nos cuenta cómo lo hizo. No era fácil negarse a aceptar una propuesta profesional de Steve Jobs, y Lawrence Levy no lo hizo. Recibió su llamada una tarde de noviembre de 1994, y aquello le cambió la vida. Por aquel entonces trabajaba como vicepresidente y director financiero en Electronics for Imaging, una empresa ubicada en Silicon Valley (California) que desarrollaba productos para el activo sector de la edición en color por ordenador. Un trabajo interesante, pero no tan apasionante como lo que en ese momento le sugería Steve Jobs. El genio de Apple había comprado Pixar a George Lucas ocho años antes. La empresa surgió como filial de Lucasfilm, la productora de La Guerra de las Galaxias. Se habían invertido en ella varios millones de dólares con la idea de crear un potente ordenador gráfico y su consiguiente software, pero no se consiguió. Pixar había renunciado hace tiempo a ese ordenador gráfico y nadie sabía cómo se mantenía. El panorama no parecía muy alentador, pero Jobs consiguió sentarse una hora con Levy y le convenció para sumarse al proyecto. Él quería ocuparse de NeXT Computer, que acabó fusionándose con Apple, y encontrar a alguien que dirigiera Pixar, ideara una estrategia y la sacara a Bolsa. Si Levy quería el puesto, lo tenía. No era una decisión fácil. “Si yo aceptaba aquel trabajo y Pixar fracasaba, como todos aquellos con los que había hablado creían, la carrera que tan cuidadosamente me había labrado y mi reputación sufrirían un golpe terrible”, afirma Levy en su libro De Pixar al cielo, recientemente publicado en España. Además,…