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Reforma eléctrica: Del chispazo al apagón

al 100% de las partes en conflicto no les gusta la nueva norma. Nadie, ni las eléctricas tradicionales (Endesa, Iberdrola, etc.), ni las firmas de energías renovables, ni los consultores energéticos, ni mucho menos la oposición política parecen apoyar un texto que no sienta las bases de una política energética con un mínimo de sentido común, algo que España no ha tenido nunca. ¿Quiere decir esto que esta reforma no vale para nada y que era mejor no hacerla? Tampoco es eso. “Era absolutamente necesaria, sobre todo por el déficit, que perturba cualquier decisión que pueda tomar un inversor. Ahora bien, tanto en la forma como por los elementos que se introducen, la realidad es que no se solucionan los problemas que había”, explica Jordi Dolader, socio de la consultora AF Mercados. ¿Y cuáles son esos problemas del sector eléctrico? Pues la inexistencia de un mercado libre donde cada operador venda su producto al precio que dicte la demanda. Tampoco se define una política energética común para España. ¿Apostamos a renovables, a generación tradicional? ¿Somos nucleares? Ni una línea en todo el texto. La ley tampoco se pronuncia en temas importantes como el autoconsumo, las smartgrids y las smartcities. Tampoco se modifica el mercado mayorista (el famoso pool), donde unas tecnologías no compiten con otras en igualdad de condiciones. ¿Y qué ocurre con las insularidades? “La reforma está repleta de temas financieros. Nada de premiar a la energía productiva. Además, la ley liga las inversiones en renovables a bonos del Tesoro. ¿Qué tiene que ver una planta de generación con la especulación sobre el Reino de España? Todo está empapado de una visión muy financiera, muy del partido del Gobierno, muy del palco del Real Madrid, muy FAES. Pero nada que ver con la economía real”, añade Dolader. Los expertos…