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Rey Juan Carlos

De la Universidad de la crisis a la crisis de la Universidad

Después de tantos escándalos de corrupción a izquierda y derecha del espectro político español, pocos podían imaginarse que el debate de las últimas fechas pudiera versar sobre la solidez del currículum universitario de los candidatos a la presidencia del gobierno. Las tesis con plagios y los másteres a más de dos manos han copado la agenda mediática reciente. Sin embargo, se ha dedicado algo menos de espacio a reflexionar sobre uno de los principales caldos de cultivo para esta polémica: una Universidad española anquilosada, en la que la masificación de los títulos ha provocado una espiral inflacionaria de licenciados y graduados que, como ocurre frecuentemente en la economía, conduce a un desempleo preocupante. Cabe plantearse, en este sentido, si la Universidad Rey Juan Carlos ha sido el ‘Lehman Brothers’ de nuestras mayores instituciones del conocimiento y si este mal se extiende a todo el sistema de enseñanza superior. Tanto profesores de distinto rango como numerosos expertos abogan, con matices diversos, por ponerse manos a la obra cuanto antes. Muchos tienen la oportunidad, o la mala suerte, de analizar la crisis universitaria desde fuera de las fronteras nacionales, dentro de un proceso de emigración, o de fuga de talento, que ha hecho de las universidades europeas su principal destino, no siempre temporal. Desde la facultad de Science-Po de Toulouse, donde imparte docencia y analiza en el marco de un proyecto la dinámica de las redes sociales de innovación científica en Europa, el ex investigador del CSIC Delio Lucena lamenta que la Universidad española carezca de una función social bien definida: “La ausencia de una misión facilitó que la expansión de los años setenta y ochenta se viera muy influida por un criterio político: los gobernantes autonómicos perseguían con la creación de nuevas facultades prestigio y muestras de desarrollo para su región.…