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torrijas

Tiempo de torrijas 

Inevitables, necesarias e imprescindibles. Sin ellas no se entendería la Semana Santa La primera referencia a las torrijas, también llamadas torrejas, parece que le corresponde a un francés que remojó en un huevo batido una tostada de pan y la doró en una sartén con manteca o mantequilla. Esta elaboración es la base de la actual tostada francesa, que por cierto nunca se llamó torrija sino pain perdu (pan perdido)  y que se ha extendido por todo el mundo con muchas variaciones y nombres diferentes.   La mayoría de las torrijas del mundo se elaboran con pan remojado en leche o vino, posteriormente se rebozan en algunos casos en huevo batido y finalmente se fríen con mantequilla o manteca. Existe otra variedad, aunque no es exactamente una torrija, que se elabora con una masa de harina, no muy espesa, mezclada con otros ingredientes (leche, huevos...) que también se fríe. Se conoce más bien como "frutas de sartén" o masas fritas que se endulzan con azúcar o miel. Este tipo de masas fritas con nombre de torrijas se da en algunos países de Iberoamérica.  Aunque hay países como México en que las hacen igual que las españolas y reciben el mismo nombre.   Las torrijas son, además, una receta que encaja a la perfección con la gastronomía sostenible. Prueba de ello es su supervivencia a lo largo de los siglos por la facilidad de acceso a sus ingredientes: pan, leche y miel (el azúcar se empezó a usar más tarde),huevos, aceite y manteca de cerdo. El toque aromático de la canela, afrodisíaco para algunos, también se añadió más tarde.  No se sabe con exactitud cuándo llegó la torrija a España, pero sí contamos con una referencia nacional que data de finales del siglo XV, en un poema de Juan de la Encina, que…
Con más de 100 años de historia, la emblemática chocolatería churrería de la calle mayor ha querido endulzar la Semana Santa de los madrileños. En su afán innovador y atendiendo a la demanda de sus clientes, Tacita de Plata, vuelve a sorprender elaborando unas sublimes torrijas que será el postre estrella de esta Semana Santa. Una receta histórica con un punto diferente gracias al toque de la canela Ceylán y el almíbar. Los actuales propietarios apuestan por la receta de su abuela y la reinventan para conseguir ser un referente de sabor en la zona centro de Madrid. Al itinerario de las procesiones se le suman las inconfundibles torrijas. Un postre típico al que Tacita de Plata ha querido hacer un hueco especial en estas fechas. El plan ideal pensado para todos los públicos, y para degustar a cualquier hora del día. Los clientes podrán disfrutar de su ya famoso chocolate, de elaboración propia, aderezado con tiernas y esponjosas torrijas y combinadas con sus crujientes churros ‘al más puro estilo madrileño’. El éxito de esta receta, además de sus ingredientes, radica en su dedicación y cuidada elaboración. Sin perder su sabor tradicional, rememora la receta original y de antaño, estas torrijas de Tacita de Plata tienen un punto diferente gracias al toque de la canela Ceylán y su baño en almíbar. Inconfundibles al paladar, serán imprescindibles de probar para todo aquel que visite Madrid en estos días. Una vez más, este negocio familiar mezcla tradición e innovación a partes iguales. Bucea en sus más de 100 años de bagaje rescatando recetas históricas con el fin de no olvidar las raíces, pero a la vez, dando un toque personal e innovador que convierta a esta chocolatería churrería en un referente dentro de su sector.