Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2022 la población mundial alcanzó los 8.000 millones de personas, de las cuales más de la mitad vive en zonas urbanas. El dato más impactante es que se prevé que esta cifra aumente y que, para 2050, el 70 % de la población viva en ciudades. Es evidente que este es un tema importante y, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), vemos como el 11 se centra en lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Las ciudades representan el futuro del modo de vida global y deben estar preparadas para esta nueva situación. El crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persisten en las grandes urbes.
No es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar significativamente la forma en que se construyen y gestionan los espacios urbanos. Y eso nos lleva a escribir sobre algo que a veces se olvida: la importancia de incluir el diseño de las infraestructuras de transporte público en el diseño de los nuevos desarrollos urbanos.
El crecimiento urbano es un fenómeno global inevitable. A medida que las ciudades se expanden y la población aumenta, la planificación urbana se enfrenta a desafíos complejos y urgentes. Uno de los aspectos más cruciales de esta planificación es el diseño de las infraestructuras de transporte público.
Es fundamental tener en cuenta este aspecto desde el principio, antes de iniciar cualquier nuevo desarrollo urbano. La razón es sencilla: un transporte público eficiente y bien planificado puede marcar la diferencia entre una ciudad funcional y sostenible, y una urbe congestionada y caótica.
Cuando las ciudades crecen a través de la expansión de los nuevos desarrollos urbanísticos sin una adecuada planificación del transporte, las consecuencias pueden ser desastrosas. La falta de previsión genera congestión de tráfico, contaminación ambiental, e incluso puede afectar la calidad de vida de los habitantes. En cambio, integrar el transporte público en la fase inicial del diseño urbano permite crear ciudades más conectadas, accesibles y sostenibles.
"Integrar el transporte público en la fase inicial del diseño urbano permite crear ciudades más conectadas, accesibles y sostenibles"
Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta planificación es la ciudad de Curitiba, en Brasil. Durante las décadas de 1960 y 1970, esta urbe adoptó un enfoque innovador: diseñó sus infraestructuras de transporte público antes de que el crecimiento urbano se descontrolara.
La creación de un sistema de autobuses articulados, junto con vías exclusivas, permitió que la ciudad creciera alrededor de estas rutas, facilitando el acceso y reduciendo la dependencia del automóvil.
Hoy en día, Curitiba es reconocida como un modelo. La ciudad ha sido galardonada como la smart city del 2023 en el ‘World Smart City Awards’ de la ‘Smart City Expo World Congress’ por su enfoque en la planificación urbana inteligente, el crecimiento socioeconómico y la sostenibilidad ambiental.
La planificación anticipada de las infraestructuras de transporte público tiene muchas ventajas. Diseñar un sistema robusto y accesible permite a los residentes optar por modos de transporte más eficientes, como trenes, tranvías o autobuses, lo que reduce significativamente el tráfico en las carreteras y contribuye a conseguir ciudades más sostenibles.
También contribuye a mejorar la equidad urbana, ya que un sistema de transporte público bien diseñado garantiza que todos los ciudadanos, independientemente de su nivel socioeconómico, puedan acceder fácilmente a las oportunidades laborales, educativas y recreativas que ofrece la ciudad. Este es un factor importante para reducir la desigualdad y promover una mayor cohesión social.
Además, el transporte público también juega un papel vital en el impulso del desarrollo económico. Las áreas bien conectadas tienden a atraer más inversión, ya que las empresas prefieren ubicarse en lugares donde sus empleados y clientes puedan acceder fácilmente. La construcción de infraestructuras de transporte público genera empleo, estimula la economía local y hace que estas zonas urbanas se revaloricen.
En resumen, tener en cuenta el diseño de infraestructuras de transporte público antes de comenzar cualquier nuevo desarrollo urbano es esencial para crear ciudades funcionales, sostenibles y equitativas. Ejemplos como Curitiba demuestran que una visión a largo plazo, donde el transporte público se sitúe en el corazón del diseño urbano, es clave para el éxito de las ciudades del futuro.
