La economía española continúa sorprendiendo con su fortaleza, desafiando las previsiones más optimistas de organismos internacionales y del propio Gobierno. A día de hoy, el Producto Interior Bruto (PIB) ha crecido un 2,5% en 2024, consolidando a España como una de las economías con mayor crecimiento de la eurozona. Además, la inflación se ha moderado hasta el 1,5%, su nivel más bajo en tres años y medio. Sin embargo, a pesar de estos impresionantes resultados, la incertidumbre política amenaza con poner un freno al avance económico: la falta de unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) aprobados.
El crecimiento que desafía todas las previsiones
El dinamismo de la economía española ha sorprendido tanto a organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) como a la Comisión Europea, cuyos pronósticos quedaron muy por debajo del crecimiento real. España ha demostrado que es capaz de crecer incluso en un entorno de ralentización global.
La recuperación del consumo, el turismo en máximos históricos y las cifras récord de afiliación a la Seguridad Social son algunos de los pilares de este impulso. Según ha destacado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, "los datos económicos de España son magníficos y nos indican que vamos en la buena dirección". Sin embargo, en el contexto de este auge, la política no parece estar en sintonía con la economía.
La economía española desbarata todas las previsiones: el PIB ya crece un 2,5% en 2024
La amenaza de la incertidumbre presupuestaria
Aunque el crecimiento económico avanza con paso firme, la falta de unos PGE aprobados para 2025 plantea un interrogante que el Gobierno no puede ignorar. María Jesús Montero ha insistido en que trabaja para lograr unas cuentas públicas que reflejen las necesidades del país, pero ha admitido que conseguir el consenso parlamentario necesario será un reto. "Hay que dialogar mucho, hasta la extenuación", ha reconocido.
El problema radica en que, sin unos presupuestos definidos, sectores clave como las infraestructuras, la educación o la transición energética podrían enfrentarse a un vacío de financiación, lo que a medio plazo podría desacelerar el crecimiento.
Un crecimiento económico sin respaldo político
Resulta paradójico que, en un momento en el que España se erige como la economía con mayor crecimiento de la eurozona, las tensiones políticas internas puedan poner en peligro esa senda de recuperación. Mientras los datos macroeconómicos son motivo de optimismo, la falta de un acuerdo presupuestario podría ralentizar los avances en sectores esenciales.
Los presupuestos son la herramienta fundamental para ejecutar las políticas públicas que sostienen el crecimiento. En palabras de Montero, "las cuentas públicas permiten dar respuesta a las necesidades de este país". No obstante, la fragmentación política actual y la falta de consenso hacen que la aprobación de los PGE esté en el aire.
Otro factor a tener en cuenta es el impacto que la falta de presupuestos podría tener en las comunidades autónomas. La ministra Montero ha sido clara al señalar que algunas autonomías, como Andalucía, han rechazado medidas fiscales que el Gobierno considera esenciales para la redistribución de recursos. Los impuestos a las energéticas y a la banca, que han recaudado 2.859 millones de euros, han sido votados en contra por algunos gobiernos regionales, lo que ha generado tensiones entre las administraciones central y autonómicas.
A pesar de los retos, Montero confía en que los PGE se aprobarán a tiempo para 2025. "Yo diría que sí, yo trabajo para ello", ha asegurado. Sin embargo, el tiempo apremia, y la economía española, aunque sólida, se enfrenta a una incertidumbre que se sigue prolongando. La falta de un acuerdo presupuestario podría lastrar el crecimiento en sectores que necesitan de una planificación a largo plazo, como la digitalización, la transición ecológica o las infraestructuras.
