Las empresas ya están tomando diferentes medidas contra estos ciberataques
Con el desarrollo tecnológico no solo progresan las oportunidades en el sector empresarial, también las amenazas. Según un informe recogido por la Confederación Europea de Institutos de Auditoría Interna (Eciia) los ciberataques son el mayor riesgo al que tendrán que enfrentarse las empresas este 2023.
Ante esta amenaza se están tomando cada vez más medidas, entre las que se encuentran una perspectiva más holística, concienciando a todos los trabajadores de los peligros de la tecnología y maneras de prevención; una constante actualización de los programas tecnológicos y sistemas de seguridad; o una mejora en el 'Compliance' de la empresa.
Estos 'Compliance' son una serie de programas cuyo objetivo es prevenir y detectar posibles riesgos legales y evitar situaciones desfavorables para la empresa. Se encargan de que la entidad desarrolle sus actividades siguiendo las leyes, los reglamentos o las normas éticas del sector.
Otras estrategias que se están tomando para evitar filtraciones o robos de datos son una educación global para todos los miembros de la empresa respecto al tema, tanto altos cargos como trabajadores de plantilla. De esta manera todos ellos pueden desarrollar una cultura de prevención del delito, ser conscientes de cómo evitar estos ataques y qué medidas tomar cuando ya es muy tarde para evitarlos.
Por último, es imprescindible que haya una constante actualización de programas y sistemas de defensa. La tecnología está siempre cambiando y progresando, así que los métodos de prevención contra estas brechas de seguridad deberían ser conscientes de estos cambios y actualizarse con ellos. Es muy fácil quedarse atrás en el ámbito tecnológico, así que un estudio de la situación cada poco tiempo es necesario para prevenir filtraciones, robos de datos, u otras situaciones potencialmente dañinas para la entidad.
España es el tercer país que más ataques de phishing recibe en el mundo
Esta amenaza cibernética no se limita únicamente a las empresas, las personas físicas también están en riesgo de sufrir las consecuencias de los delitos cibernéticos. Tal como muestran los datos del Centro Criptológico Nacional, España es el tercer país que recibe más ciberataques de phishing en el mundo, un método de ciberataque en el que las víctimas son engañadas para compartir información confidencial como sus contraseñas o números de cuentas bancarias.
Según el estudio los más vulnerables son las personas de entre 25 y 34 años. Entre ellos, cuatro de cada diez han recibido un mensaje fraudulento y hasta un tercio ha sido víctima de ellos. Respecto a los más mayores, ellos tienden a evitar estos ciberataques más fácilmente. Se ha estimado que un 64% de las personas mayores de 65 años no ha experimentado ninguno de estos incidentes de seguridad online. Esto puede deberse a su baja presencia en internet o a una dificultad a la hora de identificar ataques cibernéticos.
Pero el phishing no es la única amenaza tecnológica a la que la población española se enfrenta, de acuerdo con el estudio realizado por Revolut y Dynata, un 60% de los ciudadanos confirma haber sido víctima de algún ciberataque en los últimos 3 meses. Es por esto que muchos de ellos se están concienciando del problema y empiezan a tomar medidas de prevención.
El método más popular que toma un 50% de los españoles es comprar únicamente en páginas de confianza, de esta manera evitan meter sus datos bancarios en sitios que puedan ser fraudulentos. Aparte de esto, se estima que un 33% cambia su contraseña frecuentemente y un 12% usa tarjetas virtuales de un solo uso a la hora de realizar compras online. Además, muchas personas se están acostumbrando a entrar en sus cuentas bancarias de manera habitual para llevar un control de las mismas y evitar posibles ataques.
A pesar de todo esto, un 20% de la población española no toma ninguna medida contra los ciberataques, ya sea por una excesiva confianza en que no les vaya a pasar nada, o por una falta de conocimiento en cuanto a qué métodos tomar para evitarlos. Entre las personas que no toman ninguna medida, hay una mayoría de personas con edades entre 18 y 34 años.
