La almendra española se lanza al gigante asiático tras las polémicas por las importaciones de este producto provenientes de Estados Unidos
La sequía y la subida de los precios de los alimentos han devuelto la atención pública a un sector que parecía olvidado. Lo cierto es que el sector agroalimentario representa un importante sector de actividad en España y, al contrario de lo que ocurre con otras actividades, resulta fundamental. Se puede retrasar la compra de un coche, de una vivienda o de ropa, pero la comida ha de estar en la mesa todos los días.
Después de la llamativa escalada de los precios del aceite, otro de los productos protagonistas ha sido la almendra. Los agricultores se quejaron hace unos meses de que los fabricantes de dulces navideños que presumen de españolidad utilizan almendras importadas para elaborarlos. La situación de este fruto seco requiere encontrar la cuadratura del círculo, en tanto que se dan varias circunstancias que parecen contradictorias entre sí.
Las exportaciones de almendra española hacia China pueden alcanzar un valor de 600 millones de euros
La primera, es que España fue en la penúltima campaña el mayor productor mundial de almendra, solo por detrás de Estados Unidos. Así, la producción alcanzó las 370.000 toneladas, mientras que en el caso de Estados Unidos y, en especial, de la almendra californiana, se superó con creces el millón de toneladas.
Pero pese a esa elevada producción, España es el principal importador, con 100.000 toneladas. Se da el caso de que la elaboración de turrón, entre otros dulces, necesita de grandes cantidades de fruto seco, por lo que se requiere un stock amplio. Las características de las plantaciones españolas, que en una gran parte son explotaciones familiares, hace que resulte más barato importar almendra que comprar la que procede de España.
Desde asociaciones agrarias como UPA acusaron a la industria de comprar almendra extranjera para procesarla y revenderla como almendra española, de forma que se arrincona a los productores nacionales. Por ello, se reclama el etiquetado de origen para los frutos secos, de manera que se pueda saber si proceden de España o de otros lugares. Para más inri, la última campaña dejó cifras para la preocupación, dado que la producción quedó por debajo de las 200.000 toneladas.
En este contexto, los exportadores españoles recibieron una buena noticia a principios de año: España y China acordaron la exportación de este fruto seco en una cantidad que alcanza un máximo de 50.000 toneladas y que, en 2032, podrían llegar a las 90.000 toneladas. En términos económicos, esto supone unas exportaciones acumuladas por valor de 600 millones de euros.
LA PRODUCCIÓN DE ALMENDRA NACIONAL LLEGÓ EN LA PENÚLTIMA CAMPAÑA A 360.000 TONELADAS
Se trata de la continuación de la actividad exportadora del sector agroalimentario español. En términos de industria, la balanza comercial exterior agroalimentaria es positiva, con un saldo de 14.000 millones de euros. Y merece la pena detenerse en los productos que tienen como destino al país más poblado del mundo. Bien conocido es el éxito de la carne de cerdo que en los años 2019 y 2020 acumuló exportaciones valoradas en 13.784 millones de euros.
Siguiendo ese ejemplo, la cooperativa agroalimentaria Dcoop ya está preparando el envío de las primeras 300 toneladas de almendra española hacia China. Se espera que los 15 contenedores embarquen en enero y febrero, según ha anunciado la entidad. Asimismo, cabe destacar que las variedades concretas son Lauranne y Penta.
La cooperativa Dcoop cuenta entre sus socios con muchos pequeños productores que podrán beneficiarse de este movimiento. No obstante, también hay que tener en cuenta que, de por sí, los productores minoritarios se quejan de la escasa rentabilidad que tienen sus explotaciones y de la competencia. Por un lado, han de competir con la ya mencionada almendra californiana y, por otro, con explotaciones intensivas de regadío tras las que se encuentran fondos de inversión y resultan más rentables.
