Internet se ha convertido en un oasis empresarial donde hacer negocios sin los controles de grandes conglomerados o la presión legislativa de los estados. Y aunque esto está cambiando cada vez más rápido, los creadores de contenido llevan más de una década aprovechando la época dorada de plataformas como YouTube.
Los orígenes: el auge y la constancia de YouTube
En 2005, tuvo lugar uno de los hitos de la historia del Internet moderno. Tres ex empleados de PayPal fundaban en San Mateo, California, una plataforma destinada a la subida y reproducción de vídeos en la web. El 14 de febrero de ese año se activó el dominio de YouTube, mientras que el 23 de abril fue cargado el primer vídeo.
Desde entonces, el ascenso de la nueva plataforma fue in crescendo. Al principio, el crecimiento fue lento, pero llegado el 2008, Forbes calculó que los ingresos de esta nueva web superaban los 200 millones de dólares al año. En ese momento, el 38,8% de todos los vídeos que existían en la red mundial estaban subidos en la plataforma americana. En España, la web estadounidense está disponible desde el 19 de junio de 2007.
En esta época, las pérdidas de la web todavía superaban con creces a los ingresos. En 2006 fue adquirida por Google, que pagó más de 1.600 millones de dólares por la página. En pocos años, gracias a los acuerdos con empresas como Disney o Amazon y a pactos con Hollywood para permitir la visualización de películas en la plataforma, YouTube despegó definitivamente.
Pero una cosa es despegar y otra muy distinta es convertirse en un negocio que genera ingresos casi a nivel universal. ¿Qué sucedió para que YouTube pasara a convertirse en un formato de éxito garantizado?
La respuesta es más sencilla de lo que parece: la publicidad. La fórmula de esta plataforma era revolucionaria. No solo te permite subir contenido desde tu ordenador en cualquier momento para que desde la web pueda ser visualizado, sino que, a modo de máquina del tiempo, los vídeos subidos no se eliminan y pueden ser revisionados constantemente. Además, los usuarios pueden dejar sus comentarios a modo de feedback, lo que genera interacciones que, a la larga, maximiza el número de visitas.
Así pues, solo faltaba la guinda del pastel. En un primer momento, los anuncios de la plataforma se limitaban a pequeños carteles de la empresa contratada que aparecían “molestando” en la pantalla del vídeo, pero que el usuario podía eliminar haciendo click. Posteriormente, se hicieron más comunes los anuncios cortos de apenas cinco segundos que el creador del vídeo colocaba al principio o al final del vídeo, pero que de igual forma podían ser saltados por el usuario. Hoy en día, existen anuncios incluso de varios minutos.
La fórmula fue un éxito total. El creador de contenido llegaba a un acuerdo con un socio de la plataforma para que, a partir de un número determinado de visitas y suscriptores, se le permitiera generar ingresos colocando esta clase de publicidad.
Con la popularización de los teléfonos inteligentes a partir de 2011, el aumento de la velocidad en Internet y la mejora de la calidad de los vídeos -además de la posibilidad de reproducir música, películas y cualquier tipo de contenido permitido por las normas- YouTube comenzó a atraer a miles de creadores de contenido como herramienta para generar ingresos.
Con más de 30.000 millones de ingresos anuales en 2021 y más de 500 horas de contenido subiéndose a la web cada hora, podemos darnos cuenta de que YouTube se ha convertido en una verdadera cápsula del tiempo donde se pueden encontrar millones de horas de contenido icónico, histórico, viral o educativo. Además, desde 2018 es considerado el sitio más popular de Internet, solo por detrás de su propia matriz, Google.
Cómo generar dinero en YouTube: normas y ejemplos
Para que esta relación web-clientes funcione, es necesario que los creadores cumplan con una serie de requisitos para poder empezar a generar dinero.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que hay un número mínimo de visualizaciones y de suscriptores que serán necesarios para empezar a formar parte del programa Partners de YouTube. Necesitarás que tus vídeos públicos se hayan visto durante 4.000 horas en los últimos 12 meses, o 10 millones de visitas públicas a tus Shorts en los últimos 90 días. También es necesario tener al menos 1.000 suscriptores.
Por otra parte, la duración del vídeo es esencial: cuanto más largo sea, más anuncios podrán colocarse, aunque tampoco se debe aburrir al público con vídeos que sobrepasen los 30-40 minutos. En este sentido, se considera que a partir de los ocho minutos se puede comenzar a generar más ingresos, por lo que la mayor parte de los youtubers suelen subir contenido que dure al menos entre 8-10 minutos.
Ahora viene lo más importante. Estamos hablando de la cantidad de dinero que paga la plataforma por cada mil visitas, conocido como Coste Por Mil visualizaciones o CPM, que suele oscilar entre uno o cinco euros, dependiendo del país y del idioma. En España, se paga entorno a un euro por cada mil visitas.
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Y respecto al idioma, es importante porque el inglés es el idioma más ampliamente utilizado a nivel web, por lo que no es de extrañar que en países como Estados Unidos el CPM alcance una cifra de cinco dólares cada 1.000 visitas. El español, a pesar de ser uno de los idiomas más escuchados en Internet, no genera los mismos beneficios para sus creadores en España que en Hispanoamérica, ya que, en nuestro país, los ingresos que se obtienen son notablemente superiores, a pesar de tener el mismo idioma.
Y es que aquí entra otra de las claves del mundillo: los patrocinadores. Hemos hablado de los anuncios que el creador coloca en sus vídeos, pero no de cómo funciona el proceso. Las marcas son las que se ponen en contacto con el usuario para que este coloque ese anuncio en su vídeo, y se calcula que, por cada click, el creador gana entre diez y treinta céntimos de dólar.
Pero esta no es la única fuente de ingresos. Al igual que hacen los programas de televisión cuando dedican unos segundos a publicitar una marca determinada, los creadores de contenido también pueden contar con patrocinadores en sus vídeos.
A diferencia de los anuncios, en este tipo de publicidad es el propio creador el que dedica parte del tiempo de su vídeo a narrar las “bondades” de la marca que le está patrocinando, en muchos casos incluso haciendo que se visualicen imágenes u ofertas de la misma antes de empezar el vídeo o a la mitad de este. Así, ambas partes consiguen lo que quieren: la marca se hace eco gracias al creador y, el creador, es patrocinado por la marca.
Por lo demás, no hay una cifra exacta que nos diga cuánto podemos ganar, se trata más bien de una aproximación. Aún así, es importante saber que mantener una buena cantidad de suscriptores -aunque tenerlos de por sí no genera ingresos- es esencial para aumentar la visibilidad de nuestro canal.
Ahora, llegan las grandes preguntas: ¿tan sencillo es dedicarse a subir contenido a YouTube? ¿Cuánto gente esta realmente beneficiándose de este entramado empresarial?
Probablemente, el canal más poderoso del momento es el del estadounidense MrBeast, que, con 232 millones de suscriptores y 774 vídeos subidos, su contenido ha sido visto 41.508.339.907 de veces. Esta locura de visitas le ha permitido generar aproximadamente 80 millones de dólares cada año. Eso sí, el estadounidense se está haciendo muy popular por otros motivos, como sus actos benéficos alrededor del mundo, entre los que se incluyen la construcción de 100 pozos en África o pagar el tratamiento de sordera a más de 1.000 personas en su país.
España no es ajena a la locura de los clicks y las visitas. En 2012 se hicieron extremadamente populares dos canales que, a día hoy, son leyendas de Internet: elrubius y Willyrex. El primero, con más de 40 millones de suscriptores y más de 7 billones de visitas, es probablemente el creador más famoso de todo el mundo hispano. El español ha aparecido en programas de televisión, películas e incluso ha creado su propia serie de dibujos animados, además de organizar giras por España y Latinoamérica.
En los últimos años, Rubén Doblas -nombre real de elrubius- ha ido abandonando su canal principal, donde podíamos contemplar todo tipo de contenido, por otro "secundario" dedicado en su mayoría a vídeos relacionados con videojuegos. Y no le ha ido nada mal: su "nuevo" canal aglutina otros 12,2 millones de suscriptores y 2.300 millones de visualizaciones en 600 vídeos. En 2016, la revista Time lo incluyó en su lista de líderes de la próxima generación.
Por otro lado, está la historia de willyrex -Guillermo Díaz-, un madrileño de 30 años que es probablemente el pionero de YouTube en España. Con su política de un vídeo diario, ya era famoso incluso antes de que esta plataforma llegara a su boom. Con dos canales en activo -TheWillyrex y Willyrex- acumula un total de 35,6 millones de suscriptores, además de 12.000 millones de visualizaciones en casi 15.000 vídeos subidos.
Hay ejemplos más modernos como el de elxokas, que con apenas dos millones de suscriptores ha demostrado generar al menos 8.000 euros al mes. Y eso que YouTube no es su principal fuente de ingresos.
YouTube no es el único lugar donde poder fraguarse un futuro en Internet. La llegada de Twitch y más recientemente de Tik Tok, está demostrando que la variedad en la forma de ingresar dinero se ha vuelto cada vez más amplia.
La llegada de Twitch y el cambio de paradigma
En 2007, los estadounidenses Justin Kan y Emmet Shear crearon Justin.tv, una plataforma que permitía emitir contenido en directo. Cuando la sección de videojuegos de la web comenzó a hacerse cada vez más popular, los desarrolladores decidieron escindirla del resto del contenido. Así fue como nació Twitch, en junio de 2011.
Sin embargo, esta red estaba bastante lejos de la que ahora mismo es su principal competidor: YouTube. No será hasta 2014, tras ser comprada por el gigante Amazon, cuando la página comience a despegar realmente.
Su funcionamiento es particularmente distinto a lo que podemos observar en su competidor. Es una web diseñada específicamente para emisiones en directo, lo que en inglés se conoce como streaming.
Teniendo en cuenta que YouTube también permite la posibilidad de retransmitir en directo, no parecía que este nuevo adversario fuera a competir tan dignamente con la empresa de San Mateo. Pero, en los últimos diez años, la fama de los deportes electrónicos, de la que ya hablamos en Capital, se ha multiplicado. Y como Twitch nació precisamente para emitir contenido relacionado con videojuegos, se ha beneficiado enormemente de este segmento de mercado.
Su popularidad llegó a tal nivel que, en 2014, se llegó a especular con la posible compra de YouTube por parte de su nuevo competidor, cosa que finalmente no sucedió. Aún así, la nueva plataforma ha ido ganando adeptos en el último lustro, en parte por las restricciones cada vez más abusivas de YouTube y, sobre todo, porque se ha convertido en una fábrica de dinero.
Twitch también requiere de ciertas peculiaridades para poder empezar a beneficiarte de su oferta de mercado. Existen dos formas principales de hacerlo: siendo afiliado y convirtiéndote en socio o partner.
Siendo afiliado ya es posible ganar dinero a través de las suscripciones y la venta de bits y ya se pueden promocionar productos. Lo que no se puede hacer es obtener ingresos a través de la publicidad, ya que para ello es necesario ser partner. Los bits son una moneda de uso dentro de la plataforma que los usuarios pueden utilizar para conseguir y enviar emoticonos personalizados en los chats. Por cada emoticono enviado, el creador de este recibe una compensación económica, concretamente 0,01 dólares. En caso de utilizarse dentro de algunas extensiones, el streamer recibirá un 80% de ese céntimo de dólar y el 20% será para el desarrollador de la extensión.
Para ser afiliado, se necesita contar con mínimo 50 seguidores, haber retransmitido mínimo 500 minutos en los últimos 30 días, haber realizado streaming al menos 7 días únicos en los últimos 30 días y haber conseguido al menos una media de 3 espectadores simultáneos en los últimos 30 días.
Ser socio es algo más complejo, pues los creadores necesitan haber transmitido un mínimo de 25 horas en los últimos 30 días y tener una media de 75 espectadores por streaming. Parece fácil, pero en absoluto. En Twitch, es mucho más difícil hacer dinero que en YouTube porque las visualizaciones son muy escasas en comparación, pero una vez lo consigues, estarás dentro del selecto porcentaje de personas que se están haciendo ricas gracias a los streamings.
Además de todo esto, los canales pueden ganar dinero extra con las suscripciones y los anuncios. Las grandes marcas se han dado cuenta de esto, y empresas como Amazon te permiten suscribirte a un canal de tu elección si contratas el servicio Amazon Prime.
En los últimos años, es habitual ver como grandes personajes ya famosos en YouTube se han ido mudando a esta nueva plataforma para realizar directos jugando a diferentes juegos, o bien han sido capaces de compaginar ambas redes. Pero no es el caso de todos.
El actual rey de Internet en España es Ibai Llanos Garatea, conocido simplemente como Ibai. Este bilbaíno de 28 años comenzó al revés que los demás: primero se hizo famoso narrando las partidas del League of Legends (LOL), posiblemente el deporte electrónico más relevante de la última década y uno de los que más dinero mueven del planeta.
En 2014 comenzó a hacerse popular, pero su fama se acrecentó tanto que desde la propia organización le llamaron para que comenzara a trabajar con ellos para narrar los Mundiales del LOL en directo. En pocos años, se convirtió en un streamer muy codiciado, ya que sus retransmisiones en español han llegado a equipararse a las emitidas por el canal oficial en inglés.
Ahora, su canal de YouTube alberga 12 millones de suscriptores, es el creador (junto a Gerard Piqué) del equipo de e-sports Movistar KOI y ha sido nombrado por Forbes como "una de las personas más influyentes de España en el mundo" en 2021 y "el Rey de Internet". Para hacernos a la idea, sus ingresos mensuales solo de Twitch, rondan los 125.000 euros.
La revolución de TikTok
En 2016, salió a la luz una aplicación China dispuesta a dominar el mundo: TikTok. A diferencia de otras plataformas, está basada en la reproducción de vídeos cortos, normalmente de entre 30-60 segundos, que puedes cambiar cuando desees solo con deslizar el dedo. Su ascenso ha sido absolutamente meteórico: en 2023, ya hay más de 2.300 millones de móviles en el mundo que la tienen descargada, muy por encima de otras apps famosas como Instagram, LinkedIn o Twitter; solo por debajo de Facebook.
En este 2023, la aplicación ha ingresado unos 13.500 millones de dólares solo en publicidad, un 155% más que el año pasado y siete veces más que empresas como Amazon o Apple. Es por ello que los jóvenes empiecen a plantearse que podría ser una nueva forma de ganarse la vida.
Claudia Domínguez (@claudiadmngz) es una tiktoker malagueña de apenas 20 años, que con casi un millón de seguidores y 38 millones de likes en sus vídeos, está haciéndose un hueco en este mundillo.
"Empecé en TikTok en marzo de 2022, cuando se me hizo viral un vídeo con la camiseta del Real Madrid", nos comenta.
Es decir, en un año y medio casi ha logrado alcanzar el millón de seguidores, pero ella misma opina que "no es tan difícil lograr una gran cantidad de seguidores en TikTok, porque se hacen virales bastantes vídeos".
"TikTok paga desde un fondo de creadores, pero bastante poco. De TikTok concretamente no se podría llegar a vivir, pero sí de las marcas", nos comenta.
Y es que al igual que sucede en YouTube o Twitch, las principales empresas y marcas del mundo pagan por ver como estos creadores anuncian sus productos.
"Las plataformas que más te pueden pagar son sin duda Twitch o YouTube", asegura. Pero al igual que ocurrió con otras celebridades de Internet, "despegar" en una aplicación de estas características puede suponer un vuelco en la vida del creador.
Su amigo Alejandro Quesada (@alejoyellow) es un donostiarra de la misma edad que ha encontrado un segmento de mercado en los chistes, parodias y vídeos sobre su equipo: el Athletic de Bilbao.
"Una vez entras en la aplicación encuentras vídeos cortos de tu interés porque el algoritmo sabe qué es lo que buscas según tus likes, tus vídeos guardados y compartidos. El algoritmo está preparadísimo para enganchar", asegura.
"Necesitas varios millones de seguidores para poder vivir de TikTok. Conozco gente que ha ganado varios miles de euros solo por un anuncio en TikTok", nos dice.
Eso sí, ambos afirman que no se irían a Andorra como otras personalidades que han levantado polémica, Claudia porque "no se mudaría de Málaga para pagar menos impuestos" y Alejandro porque "siempre le ha sido fiel a su creencia de quedarse en San Sebastián".
