El hidrógeno verde se plantea como parte del camino hacia la sostenibilidad y la descarbonización, pero hay quien aún tiene dudas de sus beneficios y usos. Cuando hablamos de hidrógeno verde, nos referimos a una forma de hidrógeno producido a través de la electrólisis del agua utilizando electricidad renovable, como la solar o la eólica. Durante este proceso, grosso modo, el agua se descompone en hidrógeno y oxígeno, sin generar emisiones de dióxido de carbono u otros contaminantes.
Al no generar emisiones de carbono durante su producción y combustión, el hidrógeno verde puede contribuir significativamente a la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y ayudar, así, a cumplir con los objetivos sostenibles. Es por ello por lo que se plantea como una alternativa más que prometedora para virar hacia una economía más limpia y verde. En palabras del presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), Javier Brey, el hidrógeno es “el amigo perfecto para el sector energético”.
¿Y por qué? La explicación es muy sencilla. Nadie duda de la fiabilidad, seguridad y competitividad de las energías renovables, pero tienen un mercado de carácter aleatorio o intermitente, porque dependemos del viento y del sol.
¿Qué permite el hidrógeno? “Coger toda la energía renovable que genero de más en un momento dado, producir hidrógeno y utilizarlo para gestionar la energía renovable”, explica, a lo que añade que ese hidrógeno se puede utilizar para convertirlo en energía eléctrica cuando quiera, así como en combustible alternativo para llegar a sectores de difícil electrificación. En resumen, el hidrógeno viene a complementar a las energías renovables eléctricas y a extender y facilitar su despliegue.
¿En qué punto se encuentra España en cuanto al hidrógeno?
Como explica Brey, España cuenta con tres ventajas con respecto al resto de países: el potencial renovable, el industrial y el tecnológico, lo que nos sitúa en una posición privilegiada en Europa. En lo que al potencial renovable respecta, no existen geografías que tengan nuestra capacidad de combinar energía solar y eólica, lo que aumenta las horas de producción de hidrógeno al año.
En el ámbito tecnológico e industrial, España copa el 10 y el 20% de los proyectos lanzados a nivel europeo en materia de hidrógeno, apunta. Todo ello nos sitúa en un punto muy bueno de la carrera. Sin embargo, cabe preguntarse si el hidrógeno verde tiene o no asegurada su infraestructura en un país como España. El presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) expone que, para que la infraestructura sea posible, tienen que darse tres variables: la producción, la distribución y el uso.
En el Pniec se plantea una previsión de que España llegue a 2030 con una potencia de electrolisis para producir hidrógeno verde de 11.000 MW. En cuanto a la distribución, el hidrógeno puede transportarse de muchas formas, por tubo o por barco, y en varios formatos, ya sea líquido, en forma de metanol o de amoniaco, por ejemplo.
Javier Brey (AeH2): “No existen geografías que tengan nuestra capacidad de combinar energía solar y eólica, lo que aumenta las horas de producción de hidrógeno al año”
Y, en cuanto al uso, Brey afirma que “tenemos que ser capaces de utilizar este hidrógeno como una alternativa al gas natural, a los altos hornos, a la gasolina o al butano en los hogares”.
Sin embargo, desde la AeH2 reclaman una “ayuda a la demanda del hidrógeno, una promoción y un fomento”, ya sea a través de una obligatoriedad del uso de una parte de hidrógeno renovable, o una ayuda a la operación de plantas de hidrógeno renovable o incluso que se facilite el acceso a la energía eléctrica en las plantas de producción de hidrógeno.
Además, si queremos ser un gran productor de hidrógeno, confiesa, “tenemos que ir adelante con la regulación, con la agilización de los proyectos y con todo lo que permita hacer posible esa gran producción en masa de hidrógeno. Hay que correr o perderemos la oportunidad que tenemos”. Por otro lado, contempla que es necesario fortalecer la fuerza industrial, porque para que no nos adelanten otros, tenemos que aumentar su capacidad de fabricación.
Los usos del hidrógeno
El hidrógeno verde puede utilizarse en diferentes sectores y tiene múltiples usos. Muchos han dudado hasta el momento de cuál sería su utilidad, pero, en palabras de Javier Brey, es, sí o sí, “parte de la solución”, porque tiene una gran transversalidad que le permite ser aplicable a todos los sectores.
Uno de ellos es el de los transportes, ya que puede utilizarse como combustible. Como explica Brey, en el caso de los coches de hidrógeno cuentas con una autonomía de 700 kilómetros y un tiempo de recarga de 5 minutos. Todo ello, unido a las emisiones cero. “Y esto puede adaptarse al vehículo eléctrico, a un camión, a un autobús, a un tren, un avión, un barco o hasta a un cohete espacial”.
“Tenemos que ir hacia adelante con la regulación, con la agilización de los proyectos y con todo lo que permita hacer posible esa gran producción en masa de hidrógeno. Hay que correr o perderemos la oportunidad que tenemos”, Javier Brey
En el sector industrial, el hidrógeno también cuenta con un gran potencial, porque se utiliza como materia prima o como combustible limpio en una infinidad de procesos, desde la producción de amoníaco hasta la fabricación de acero y la refinación de petróleo. En lo que respecta a su uso doméstico, puede estar presente como una alternativa al butano, al propano o al gas natural.
¿Y qué sectores están invirtiendo más en esta alternativa? En general, todos se han sumado ya a la revolución verde del hidrógeno, pero, como argumenta el presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), “el sector del transporte es ahora mismo el que estaría dispuesto a pagar más por el hidrógeno, pero, a su vez, es el que necesita una mayor infraestructura”.
Por otro lado, las propias empresas del sector energético están invirtiendo en hidrógeno verde como una forma de almacenar y utilizar la energía renovable de una manera “más eficiente”, así como la industria pesada, especialmente, la siderúrgica, química y petroquímica.
