Cada vez son más las empresas que ofrecen a sus empleados formación para mejorar su adaptación al puesto, prepararlos para el uso de nuevas herramientas y procesos o, incluso, en contenidos digitales para facilitar la transformación digital de la compañía.
Sin embargo, frente al 82% de las formaciones dirigidas a la adquisición de conocimientos técnicos, solo el 49% de las empresas forman en soft skills, según el estudio sobre realidad de las empresas españolas sobre competencias y Transformación Digital de B-Talent. ¿A qué se debe? Existen muchos motivos, como limitación de presupuesto, problemas logísticos, nuevas herramientas implantadas en la compañía, etc.
Uno de los más importantes es que no se perciben las consecuencias negativas de no formar en competencias, porque los beneficios de hacerlo no siempre se pueden observar de forma clara, directa o a corto plazo.
B-Talent nos explica algunas de las consecuencias de no formar a los empleados en soft skills y los efectos negativos para la compañía en diferentes niveles:
Recursos humanos. Este departamento deberá contemplar las habilidades blandas como un punto fundamental a la hora de desarrollar procesos como el de contratación o formación. Por ejemplo, en el proceso de selección, las soft skills facilitarán que los nuevos empleados puedan adaptarse o no al perfil profesional para el que han sido contratados, evitando el abandono en los primeros meses y el coste económico y recursos que este supone.
En cuanto a los empleados ya incorporados, no formar en soft skills puede provocar que exista un gran desequilibrio entre los perfiles. Generando profesionales con altos niveles técnicos frente a bajos niveles competenciales, que dificultan su desarrollo dentro de la empresa.
Resultados. El desarrollo de competencias por parte de los empleados repercutirá directamente en el incremento de los ingresos, la rentabilidad, la cuota de mercado o la productividad y eficiencia. Esto se debe a que las soft skills contemplan habilidades como la negociación, el trabajo en equipo, saber adaptarse a los cambios, la proactividad o la motivación.
Clima laboral. Las soft skills facilitarán el trabajo en equipo entre nuestros colaboradores. Sin ellas, nos encontraremos con problemas a la hora de gestionar conflictos, no sobrellevar adecuadamente el estrés o dar y recibir feedback de manera inapropiada. Todo ello generará un mal clima laboral que repercutirá directamente en los resultados de la empresa.
Reputación empresarial. Las competencias soft con niveles más deficitarios suelen ser las relacionadas con la orientación al cliente. Precisamente, un mal trato al cliente puede generar reclamaciones y quejas que pondrán en riesgo la imagen la compañía.
Compromiso de los equipos. No solo son los empleados los que deben formarse en soft skills, los directivos y jefes de equipo deben desarrollar habilidades como el liderazgo para mantener a sus colaboradores motivados y aumentar su compromiso con la compañía.
A pesar de lo comentado, la falta de formación en competencias hard también puede ser negativa para las empresas. Tal y como indica B-Talent, el escenario más deseable es el que contemple ambas como fundamentales ya que unas sin las otras perjudicarán el perfil profesional de cualquier persona y, por lo tanto, sus resultados.