Por Iñaki Ortega, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja y consejero asesor del centro de investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE
Desde hace años, observamos en reciente informe de Randstad afirma que la gran mayoría de las empresas, un 64%, tiene problemas para contratar talento senior. Y, al mismo tiempo, otro estudio de Adecco constata que un 40% de los profesionales de recursos humanos descarta automáticamente los currículos de los mayores de 55 años.
¿Cómo no perderse antes estos datos aparentemente tan contradictorios? Esa es la razón por la que un grupo de investigadores aceptamos el reto de realizar un ‘Mapa del talento senior’ por encargo del centro de investigación Ageingnomics. La población senior en España tiene capacidad para aportar al mercado laboral y la economía. Más de cuatro millones de seniors forman parte de la población activa; casi un millón de seniors son autónomos y por lo menos 100.000 seniors son emprendedores.
Los activos mayores crecieron desde 2008 en 1.600.000 efectivos. No solo hay más seniors ocupados en nuestro mercado laboral, sino que se mantienen empleados más años. El talento senior, por tanto, está muy presente en la economía española y no solo en términos absolutos, sino también relativos. Uno de cada cinco ocupados en España son seniors y uno de cada tres autónomos españoles tiene más de 55 años.
Y su tasa de participación en la población activa total pasó del 11% al 18,3%. Pero que los adultos mayores sigan aportando a la economía española no es motivo de satisfacción plena ya que este mapa ha demostrado que más de medio millón de seniors queriendo trabajar no pueden hacerlo. A su vez, la mitad de los desempleados senior llevan más de dos años sin trabajar. Las cifras de parados senior casi se han triplicado desde 2008.
También las tasas de emprendimiento senior están por debajo de las de otras cohortes de edad y lejos de nuestros pares europeos. Emprender o trabajar por cuenta propia en muchas ocasiones es la única vía para seguir activo siendo senior en España. Por último, se ha detectado la tendencia de los seniors a abandonar prematuramente el mercado laboral, en algunos casos puede llegar a producirse a una edad tan anticipada como los cincuenta y pocos años, lo cual alarga el periodo de ociosidad a más de 30 años, un tiempo equivalente o incluso más largo que el de la actividad.
Lo anterior supone para la economía española una pérdida de oportunidades en términos de riqueza que diferentes estudios han tasado en varios puntos del PIB. Además, las ventajas de la conocida como economía plateada no son aprovechadas suficientemente por las empresas españolas.
Decisiones urgentes para el talento senior
En este momento España tiene las mejores circunstancias para ser el país de referencia en la silver economy por su liderazgo en longevidad, sistema sanitario y de dependencia y apertura al exterior. No obstante, esta oportunidad se alejará si los seniors no están en el mercado laboral trabajando y aportando una perspectiva de diversidad en las compañías.
No hay excusas para no tomar decisiones urgentes que permitan que el talento senior aporte más y mejor a la economía. Pero esta llamada de atención no afecta solamente al sector público que establece el marco del mercado laboral, también a las empresas, a los representantes de los trabajadores y a los propios seniors.
En este Mapa se han recomendado una serie de reformas a la administración que pasan por hacer viables “segundas carreras” como autónomos de muchos seniors, después de su vida laboral. Pero también han de desincentivarse las prejubilaciones y la jubilación an- ticipada y promover la jubilación acti- va para que sea compatible el trabajo y la pensión.
La experiencia de multitud de multinacionales en promover programas de talento senior ha de ser un incentivo para el tejido empresarial. Éstas han demostrado que puede hacerse y que es una oportunidad económica.
Los representantes de los trabajadores han de entender que alargar la vida laboral de los seniors no lesiona a los más jóvenes. No hay suficientes efectivos jóvenes para el relevo generacional y disponer de más seniors trabajando es garantía de mayores ingresos para el estado del bienestar.
Por último, urge concienciar a los propios seniors de que a pesar de lo atractivo que parece un futuro sin trabajo, la realidad indica que una de las mejores formas de envejecer con salud es seguir siendo útil trabajando. Asímismo, la disrupción demográfica hace inviable abandonar el mercado de trabajo prematuramente, por mucha confianza que nos dé el sistema de pensiones.