“Atraer talento es caro, pero atraer a los deportistas fuera de serie, a veces, no lo es tanto”
“Sin caer en la demagogia, prefiero 100 profesionales pagando un 25% de impuestos que cero deportistas pagando el 47%”
Por Miriam Puelles y Borja Carrascosa
La profesionalización global del fútbol y el incremento de los salarios ha llevado a muchos profesionales de este deporte, como de otros tantos, a necesitar una asesoría jurídica sobre los pasos a dar a la hora de gestionar sus finanzas. Porque no siempre es sencillo. De eso se encarga precisamente Julio Senn, especialista en derecho deportivo y socio director de Senn Ferrero Asociados, una boutique por la que han pasado varios de los deportistas más reconocidos del país. Porque, ¿qué tipo de ayuda necesitan? ¿Cómo se ha transformado el tejido empresarial deportivo en los últimos años?
Entre 2014 y 2020, la facturación de Senn Ferrero se ha duplicado, hasta los 7,7 millones de euros. Del total, el 75% del negocio procede del asesoramiento a figuras deportivas. A juzgar por las cifras, está claro que estos profesionales cada vez necesitan más asesoramiento. Pero, ¿de qué tipo? ¿Qué buscan cuando recurren a ustedes?
El asesoramiento, tanto a profesionales como a empresas del sector deportivo, sigue creciendo debido al natural desarrollo de la industria del entretenimiento. Y, aunque la pandemia ha afectado al deporte profesional en cuanto al volumen de actividad, también han surgido diferentes problemáticas que lo han compensado. Es por ello que nuestra cifra de negocios se ha ido incrementando en los últimos años.
¿Qué tipo de áreas deportivas son las que piden más asesoramiento?
En el deporte profesional, tanto en Europa como en Latinoamérica –que es donde más trabajamos–, diría que el mundo del fútbol es absolutamente mayoritario. Nuestros encargos tienen que ver principalmente con disputas de carácter legal, ya que el mercado mueve muchos intereses y las discrepancias son cada día mayores y más frecuentes.
El fútbol es el deporte rey en todos los ámbitos, pero ¿son sólidas las finanzas de los equipos de fútbol españoles?
El fútbol ha pasado de ser un mero deporte a una industria, y es uno de los grandes reyes del contenido mediático internacional. La profesionalización ha aumentado de forma exponencial, tanto en el desarrollo del propio juego como en el de la gestión, y el control de las ligas profesionales ha contribuido a mejorar, sobre todo, a clubes menos profesionalizados. Gigantes como el Real Madrid, por poner un ejemplo, han sabido autorregularse en la época de la pandemia dando un ejemplo de máxima profesionalidad.
El caso del FC Barcelona ha sido especialmente mediático, por la complicada situación que vive el club. ¿Hasta qué punto un club de alto nivel en crisis económica puede soportar la falta de resultados futbolísticos en su lucha por la recuperación?
Considero que en el caso del FC Barcelona confluyen dos situaciones diferenciadas. La primera, un cambio de ciclo deportivo quizás no muy bien gestionado en el tiempo; y, la segunda, por su situación económica. Quizás la gestión no haya sido la mejor y el Barcelona va a tener que sufrir y ajustarse el cinturón, incluso más de lo que sus aficionados imaginan en estos momentos.
En algunos clubes la masa salarial representa más del 75% del gasto. ¿No supone esto un riesgo excesivo ante una etapa de crisis como la que hemos estado viviendo?
Sin duda alguna, los límites del gasto en salarios deportivos lo marcan dos factores: la exigencia deportiva que cada club quiera asumir en función de sus objetivos, y, otro más importante aún, la cuenta de resultados. Aquí es donde los clubes deben maximizar ingresos antes, pero también contener gastos. Porque gastar más de lo que se puede es malo y la Liga penaliza a los incumplidores en este sistema de control financiero que ha implementado. A veces este sistema resulta excesivamente rígido y quizás haya que ajustarlo un poco para que no llegue a convertirse en una desventaja competitiva con la Premier League.
¿Están, a su parecer, inflados los salarios de los futbolistas de élite?
Los salarios están sobrevalorados en algunos casos, pero quizás depende más de las políticas salariales de ciertos clubes que de todo el fútbol en general. Atraer talento es caro, pero atraer a los fuera de serie, a veces, no lo es tanto.
Muchos deportistas facturan más beneficios por las campañas publicitarias que por su propia actividad futbolística, y, en muchos casos, el club de turno también se lleva unos honorarios. ¿Cómo se gestionan?
Esto es más un mito que una realidad. Sólo 10 o 20 jugadores a nivel mundial tienen capacidad de generar ingresos por la explotación de su imagen. Como mucho cinco de ellos pueden igualar sus salarios profesionales.
¿Cuánto más puede ganar adicionalmente un futbolista por las campañas publicitarias, más allá de su propio sueldo profesional?
Depende de cada deportista, depende de los valores que sean capaces de reflejar, ya que las marcas buscan asociarse a sus valores y no sólo a sus imágenes. Esa es la clave.
En los últimos años hemos sido testigos de una batalla de Hacienda contra determinadas prácticas fiscales de deportistas de élite respecto a la tributación de sus derechos de imagen. ¿Cree que hace falta algún cambio legal para evitar estas situaciones?
No existen mejores clientes para Hacienda que los deportistas profesionales. Nunca se olviden de esto. Casos puntuales no deben generalizarse, ya que el 99% de los jugadores paga tasas de impuestos cercanas al 50%. Hacienda debería simplificar los mecanismos de residencias fiscales y comisiones de agencias, que dificultan las interpretaciones en los diferentes países donde residen los jugadores. Con eso, habríamos ganado mucho.
La Ley Beckham atrajo a muchos futbolistas a fichar por la liga española, pero la nueva formulación que escala del 45% al 47% el porcentaje aplicable a la base liquidable desde los 600.000 euros anuales parece que ha hecho replantear las cosas. Sin embargo, en el resto de ligas europeas los tributos de los futbolistas también son elevados. ¿Por qué ese recelo entonces en nuestro país a pagar impuestos?
España se encuentra en inferioridad de condiciones con respecto a otros países europeos que tienen regímenes especiales de tributación para atraer talento deportivo. Sin caer en la demagogia, yo prefiero 100 profesionales pagando un 25% de impuestos que 0 deportistas pagando el 47%. Pero ese lenguaje hoy en día no es bien entendido –ni aceptado– socialmente. Y eso no es bueno ni sano, económicamente hablando.
Iniciativas como World Football Summit (WFS) buscan dar una visión más profesionalizada del deporte y de la industria futbolística, con perspectiva empresarial. ¿Hasta qué punto el fútbol es pasión y hasta dónde llega el negocio?
Son un binomio inseparable: pasión-fútbol. Y, hoy en día, el fútbol es una industria. La industria de la pasión, del sentimiento de pertenencia al club de tus amores. WFS aúna ese binomio y hace que contemos en España con el mayor foro del fútbol profesional de Europa.
No queríamos abandonar la conversación sin preguntarle por el auge del fútbol femenino y el incremento de determinados y puntuales salarios de estrellas internacionales que llegan a nuestra Liga. ¿Están viendo un mayor movimiento en cuando a la necesidad de asesoramiento entre las jugadoras?
El fútbol femenino ha echado a andar y debe recorrer aún muchos pasos, pero evolucionará, ya que la sociedad lo demanda. El cuánto y el cómo dependerá de la forma en la que los estamentos públicos lo apoyen, pero sobre todo en materia de gestión y dirección. En estos campos están apareciendo problemas, pero no me cabe duda de que el fútbol femenino crecerá.
Por último, ¿cómo atisba el futuro económico empresarial de la Liga española?
El fútbol es la industria del contenido y del entretenimiento. La Liga española ha dado grandes pasos en cuanto a profesionalización. Veo crecimiento, pero no sé decirte a qué nivel, ya que La Liga debe solventar problemas internos y también a nivel internacional. Liga, RFEF, FIFA, UEFA, clubes… hay mucha crispación, discrepancias y conflictos de intereses entre ellos que deben solventarse entre todos ellos o, de lo contrario, acabarán matando a la gallina de los huevos de oro.