"El talento en España es de primer nivel mundial"
Daniel de Carvajal es piloto de líneas aéreas y cuenta con título en gestión aeronáutica y técnico de simuladores de vuelo. Después de pasar por puestos ejecutivos en dos multinacionales, decidió apostar y dejarlo todo para emprender.
Su primera experiencia emprendedora llegó con la startup Trappit, pero durante los últimos cuatro años se dedica a LUDA Partners, como Co-Fundador y CEO de la compañía. Además, dentro del panorama emprendedor, asesora a varios emprendedores y actúa de Business Angel en todas aquellas ideas que le enamoran.
¿Cuáles fueron los motivos que te empujaron a dar el salto al mundo emprendedor? ¿Cómo fueron los inicios?
En mi caso, aunque desde muy pequeño tenía inquietudes emprendedoras, decidí apostar por una de mis pasiones, volar. Pero un accidente de avión en alta mar me hizo replantearme mi futuro y decidí emprender, de forma espontánea. En concreto, estaba viajando con Luis, mi actual socio, a Panamá y, ya en el avión, nos dimos cuenta de que nuestros billetes habían costado diferente. Así que nos surgió la duda de si sería posible utilizar esta diferencia de precios en favor de los consumidores, y así nació el concepto de Trappit.
Recuerdo perfectamente esas primeras reuniones, en las que Luis y yo nos sentábamos y nos mirábamos a la cara, pensando que teníamos una buena idea, pero nos preguntábamos, ¿y ahora qué? Tener una idea no basta, son necesarios unos conocimientos y una experiencia para reconocer su potencial y comenzar a trabajar en ella, verle las posibilidades y contar con toda la ayuda posible.
Los principios fueron duros mientras convencíamos a posibles inversores sobre la viabilidad del proyecto, pero la evolución de Trappit, afortunadamente, ha sido muy positiva. De hecho, la experiencia con Trappit fue tan positiva, que Luis y yo fundamos LUDA Partners.
Hablar de éxitos siempre es positivo y alentador, pero ¿qué nos puedes decir sobre los fracasos, las caídas, las decepciones… tan mal vistas en nuestro país?
Unos de los puntos que más me costó asimilar es que los resultados eran únicamente responsabilidad nuestra. Los fracasos solo lo son si no sacas nada de ellos, y todos los emprendedores son personas que se enfrentan a situaciones complicadas. Toman decisiones muy arriesgadas, pero que día a día asumen ese riesgo. Los fracasos te ayudan a saber dónde has fallado, son la base del progreso y el camino que lleva al éxito.
También es importante saber que, si tienes éxito, eso no significa que estés exento de fracasar en el futuro. Estar arriba no es sinónimo de relajarse, el emprendedor vive en un mundo de constante cambio e innovación y hay que saber adaptarse y evolucionar.
¿Qué significa el espíritu emprendedor para ti?
Emprender es una forma de vida, es hacer de tu trabajo una de tus pasiones. Es crear algo de la nada, vivir en un reto constante. Esto es algo que comparto con el resto de mis socios de LUDA Partners, una de las razones por las que trabajamos tan bien juntos.
Pero el emprendimiento también significa trabajo y perseverancia, no hay un éxito asegurado al final del camino. Puedes haber seguido todos los pasos y, al final, no tener éxito, pero esto no debe desanimar.
Por último, creo que el emprendimiento es también una forma de conocerte a ti mismo. Exploras tus límites, aprendes a confiar en tu instinto, sigues un camino de aprendizaje continuo en el que constantemente sales de tu zona de confort y creces.
Los emprendedores encuentran decenas de trabas en este país para salir adelante. ¿Qué le pedirías a las distintas Administraciones para acabar con tantas dificultades?
España lidera el ranking mundial del miedo al fracaso como principal obstáculo a la hora de emprender. Debemos cambiar esa mentalidad y crear un ambiente adecuado para la creatividad y, ya luego, fomentar que dicha innovación encuentre la financiación necesaria.
Se está avanzando mucho y cada vez hay más herramientas de financiación. Se ha aprobado un proyecto de ley centrado en startups con el objetivo de atraer inversión, talento y emprendimiento, pero aún queda mucho por hacer. Hay un miedo al cambio que lleva a muchas startups a no ser capaces de explotar todo el potencial y mucha gente no puede aprovechar los beneficios disponibles.
Deberíamos quizás apostar por facilitar la inversión extranjera, que a día de hoy conlleva una complejidad y burocracia que no tienen otros países europeos, y que provoca el efecto contrario, desmotivar la inversión. Lo segundo que pediría tiene que ver con la financiación, todavía hay mucha burocracia que eliminar. Hay que apostar más por el talento propio, porque éste siempre se acaba convirtiendo en riqueza para un país.
¿Cómo valoras el ecosistema emprendedor en España en estos momentos?
El talento en España es de primer nivel mundial, se juntan muchos factores que nos permiten posicionarnos como uno de los grandes países del emprendimiento. Los técnicos son de muy alto nivel, nacen grandes ideas y hay cada día una mayor inquietud. No olvidemos que España es un país donde han nacido grandísimas empresas y hay startups que, a día de hoy, ya suponen verdaderas referencias globales.
El ecosistema emprendedor en nuestro país está creciendo mucho y en los últimos años, según el informe Spanish Tech Ecosystem, se ha multiplicado por cinco, alcanzando en 2021 un valor de 46.000 millones de euros, frente a los 10.000 millones de 2015. Además, contamos con varios unicornios y otros potenciales que estoy seguro que van a salir en nada.
Aunque, a día de hoy, existe una enorme capacidad de emprendimiento, se sigue necesitando acceder a más capital local e internacional, así como abordar desafíos clave relacionados con el talento.
Tu último proyecto es Luda Partners (2017), háblanos sobre él...
En LUDA Partners queremos acompañar a las farmacias en el proceso de digitalización que ya han emprendido ofreciendo soluciones innovadoras a varios desafíos que tiene el sector. Creemos que la tecnología es una aliada fundamental para ayudar a que el sector farmacéutico siga siendo uno de los referentes de nuestro país.
LUDA Partners, en primer lugar, genera la oportunidad de que las farmacias entren dentro del circuito de venta online de productos de parafarmacia y de bienestar. Nuestra herramienta se encarga de que los pedidos online a los laboratorios sean gestionados por las farmacias adscritas a LUDA Partners, con lo que tanto la venta como la dispensación corren a cuenta de la farmacia más cercana al paciente que ha comprado el producto.
En segundo lugar, la venta del producto no sale fuera del canal farmacia, lo que es un indudable beneficio para el sector. LUDA Partners también es una herramienta para mejorar la fidelidad de los pacientes, ya que permite que un farmacéutico busque un medicamento o producto de parafarmacia concretos de los que no disponga en ese momento, en la farmacia más cercana.
¿Qué ha supuesto la pandemia para ti, tanto a nivel personal como profesional? ¿Qué has aprendido de ello?
Estoy seguro de que a nadie le ha dejado indiferente esta situación. Tanto a nivel personal como profesional, ha supuesto un verdadero cambio, y nos ha puesto a todos en nuestro lugar. Podría hablar de una lección de humildad. La pandemia, además, me ha enseñado a darle importancia a aquellas cosas que realmente lo merecen y hasta dónde llegan nuestros límites y la capacidad de adaptarnos a estas circunstancias tan imprevisibles.
Desde el punto de vista personal, trabajar en el proyecto de LUDA Partners desde casa fue todo un desafío, sacando adelante una solución para un sector que se convirtió en el eje de nuestra sociedad y que, personalmente, creo que ha demostrado su enorme fortaleza y profesionalidad. A nivel profesional, me ha supuesto una validación adicional el haber decidido aportar algo al sector sanitario y hemos aprendido a ver a la tecnología como la gran aliada que es.
¿Qué consejos (motivadores) darías a otros futuros emprendedores?
En primer lugar, me gusta siempre transmitir fortaleza y ánimo para afrontar un nuevo reto. Emprender es muy duro, por lo que siempre recomiendo confiar y creer en uno mismo, así como rodearse de grandes personas en el equipo, como afortunadamente yo he hecho. Y, sobre todo, no hay que rendirse si las cosas no salen bien. Nos levantamos, aprendemos de nuestros errores y procuramos no repetirlos.