Los precios de la electricidad, que disminuyeron menos que en febrero de 2021, han llevado al IPC a tasas récord en más de tres décadas
El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,8% en febrero en relación al mes anterior y elevó su tasa interanual 1,5 puntos, hasta el 7,6%, su tasa más alta en casi 36 años, concretamente desde diciembre de 1986, según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por Europa Press.
La tasa interanual del IPC registrada en febrero (7,6%) es dos décimas superior a la avanzada a finales del mes pasado por el INE (7,4%). En el caso de la tasa mensual (+0,8%), el dato definitivo también es dos décimas superior al que adelantó Estadística (+0,6%).
Con el dato de febrero, el IPC interanual encadena su decimoquinta tasa positiva consecutiva y suma tres meses seguidos en tasas superiores al 6%, niveles que no se veían en tres décadas.
Según Estadística, la subida interanual del IPC hasta el 7,6% se debe a los precios de la electricidad, que disminuyeron menos que en febrero de 2021; al incremento de los precios de la restauración, y al encarecimiento del gasóleo para calefacción, de los carburantes, de los automóviles y de algunos alimentos, como legumbres y hortalizas; leche, queso y huevos, y pan y cereales.
Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó en febrero el 8,5%, nueve décimas más que la tasa general del 7,6%. Así lo refleja el IPC a impuestos constantes que el INE también publica en el marco de esta estadística.
La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en febrero seis décimas, hasta el 3%, con lo que se sitúa más de 4,5 puntos por debajo de la tasa del IPC general. Es la tasa más elevada de la subyacente desde septiembre de 2008.
En tasa mensual, el IPC aumentó un 0,8% respecto al mes anterior, en contraste con el retroceso del 0,4% que experimentó en enero, por la subida de los precios de los carburantes, de los combustibles para calefacción, de las frutas y otros productos alimenticios, y de la restauración.
En el último año, la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua se han encarecido un 51,7%; los aceites y grases han elevado sus precios un 28,1% y el transporte personal es un 13,3% más caro por el mayor coste de los carburantes.