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Empresas

¿Es viable la semana laboral de cuatro días?

Por Redacción Capital

Capital habla con empresas que ya han implantado este modelo laboral total o parcialmente, así como con argumentos en contra de dicha medida

Abril de 1919. El presidente del Gobierno español, Álvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones, firmó el decreto que fijó como máxima la jornada laboral de ocho horas. 103 años después de que España se convirtiera en uno de los primeros países en dar forma legislativa a una reivindicación histórica que se estaba abriendo paso en todo el mundo, se estudia una semana laboral de cuatro días, una iniciativa que ya está en marcha en parte de Europa. Bélgica y Gran Bretaña, con experiencias piloto, son los últimos países en reducir el número de días laborables. 

El posible proyecto sigue adelante también en España y, aunque su debate parece haberse detenido, todo apunta a que sea solo una paralización momentánea. La jornada de cuatro días, según un análisis de Harvard Business Review, no dejará de contemplarse como un componente más para atraer el talento de los trabajadores más demandados: la flexibilidad de trabajar un día menos a la semana puede ser un condicionante más cuando el salario no cubre todas las expectativas. Según la publicación americana, “en el mercado actual, los empleadores ofrecen aumentos salariales para atraer y retener el talento. Sin embargo, si tenemos en cuenta cómo está aumentando la inflación, los empresarios se encontrarán con que la compensación que ofrecen valdrá cada vez menos en términos de poder adquisitivo para los empleados”. Ahí, señalan los expertos, y en las empresas que no tienen recursos financieros para competir por el talento solo a través de los salarios, adoptar semanas laborales por debajo de las 40 horas podría tener más peso.

Una empresa española pionera en implantar la jornada de cuatro días

A diferencia de la jornada laboral acordada recientemente en Bélgica, donde los trabajadores podrán restarse un día de trabajo, de cinco a cuatro, concentrando más horas diarias para no reducir el total de las semanales, la empresa jienense Software DELSOL, ha sido pionera en la implantación de la jornada de treinta y seis horas en invierno, y veintiocho en verano, repartidas en cuatro días. Ana Arroyo, responsable de Recursos Humanos de esta compañía fabricante de software de gestión que da soporte telefónico a otras empresas, en conversación con Capital, apunta que toda la plantilla, 182 trabajadores en la actualidad, disfruta de esta medida: “Llevamos muchos años en el mercado, desde 1993, pero ha sido en enero de 2020 cuando implantamos esta reducción de jornada, una medida de marketing gratuita que, la verdad, no esperábamos. Pero así ha sido porque nos convertimos en la primera empresa en apostar por la jornada laboral de cuatro días. No podíamos fijarnos en experiencias previas, solo antes había habido una prueba piloto en Finlandia”.

Ubicada en Mengíbar (Jaén), Software DELSOL aplica esta fórmula como una medida de conciliación: “Ya veníamos trabajando otras que afectaban a personas que tenían cargas familiares, pero no había ninguna que englobara a todo el mundo. Y esta fórmula surgió a raíz de eso después de los resultados de una encuesta que hacemos anualmente para medir el pulso a la empresa, y saber en qué situación se encuentra, a través de la opinión de los trabajadores. Ahí detectamos la demanda de estos de contar con más tiempo libre para conciliar. Y así surgió la idea. Hoy, a la vista de resultados, creo que sería inviable volver atrás. La verdad es que funciona y nos hemos adaptado muy bien. La filosofía de la empresa es trabajar cuatro días a la semana, pero tengo que recalcar que estamos abiertos todos los días. El servicio al cliente se sigue dando de lunes a viernes. Hay departamentos que no tienen contacto directo con clientes, como el de desarrollo, el de administración o el de marketing, y trabajan de lunes a jueves. Pero en otras áreas, como la comercial o el departamento de atención al cliente, sí lo tienen y, por eso, en ellos tuvimos que crear grupos de rotación para que cada semana vayan descansando un día, además del fin de semana. Esto supone dejar de tener una media de 30 personas al día en la empresa”.

Sería inviable volver atrás, la jornada de cuatro días funciona y nos hemos adaptado muy bien

Ana Arroyo, responsable de RR.HH. de Software DELSOL

Además de una importante planificación, para que el servicio que ofrecen no se viera mermado fue necesaria inversión: “Tuvimos que aumentar la plantilla un 20% con objeto de seguir teniendo personal suficiente para prestar el servicio. Pero, después de dos años, se ha demostrado que es positivo para todo: para el trabajador que, más contento, es más productivo; también para reducir el absentismo porque refuerzas el compromiso del trabajador con la empresa. Los beneficios son muchos. Observamos que el candidato a un puesto de trabajo viene buscando eso y esto nos permite retener talento y captarlo también. A día de hoy podemos afirmar que Software DELSOL consigue un cierre al año de un 20% de crecimiento de facturación, lo cual nos indica que vamos por el buen camino. Y lo mismo sucede con un indicador que siempre nos preocupa mucho a las empresas: el absentismo. Hemos comprobado, pese a la pandemia que también nos afectó, cómo nuestro absentismo del 2019 al 2020 se redujo en casi un 20%, un dato espectacular, lo cual repercute en esa productividad. Las dos premisas claras para que esta medida sea bien aceptada por el trabajador son: que el salario no se vea reducido, porque si no entendemos que no sería una medida de conciliación, y que el número de horas sí se reduzca. Así lo hemos hecho y no cabe duda de que así sí se puede conciliar”.

Las lagunas de la iniciativa

Después de liderar un estudio sobre este tipo de jornada, Francisco Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, es menos optimista sobre las posibilidades de su implantación: “Comprobamos que mayoritariamente las empresas no consideran viable este sistema de trabajo de cuatro días y remuneración de cinco. No lo ven viable bien porque no tienen margen financiero para encajar ese sobrecoste de un 20%, bien porque no tienen eficiencias tecnológicas que permitan incrementar la productividad en un 20% para neutralizar el mayor coste financiero o bien porque, a partir del supuesto de que tienen que dar servicio a clientes como mínimo durante los 5 días laborables, ven poco probable encontrar trabajadores que estén dispuestos a cubrir un día a la semana para sustituir a las personas con reducción de la semana laboral”.

Blasco insiste a Capital en las lagunas de la iniciativa que dificultan, a su parecer, su implantación generalizada: “Realmente no hay ningún país actualmente que tenga implantada, con carácter general, la jornada de cuatro días. Incluso la pionera iniciativa de la primera ministra de Finlandia de establecerla nunca vio la luz. Esta medida solo es viable en empresas que puedan mecanizar o robotizar procesos que sustituyan a personal, manteniendo productividad, y que ese menor tiempo de trabajo se neutralice, una vez descontadas esas inversiones, con la mayor productividad”.

La crisis económica, consecuencia de la pandemia y agravada por la guerra en Ucrania, hace que, según el director de Adecco Group Institute, la implantación generalizada de la jornada de cuatro días se vea hoy más lejana: “En estos momentos no parece que sea una medida previsible ni viable, ya que el incremento de los costes en las empresas, por los salarios y los precios de la energía, y la ralentización de la recuperación económica pueden disuadir de este tipo de iniciativas”.

Pese a los resultados de la medida en Software DELSOL, Ana Arroyo añade: “Entendemos que esto no es café para todos. Nosotros nos hemos adaptado a nuestras necesidades que no son, lógicamente, las mismas para todas las empresas. También tenemos la gran suerte de ser una empresa tecnológica donde se crece porque nos estamos adaptando con rapidez a lo que demanda el mercado, como desarrollando programas y subiéndolos a la nube. Quizás en una cadena de producción, por ejemplo, sea más complicado aplicar medidas así. Tal vez haya que explorar distintas fórmulas porque cada empresa es un mundo”.  

La apuesta por la flexibilidad: recorte voluntario de jornada con reducción de sueldo

BigBuy es una plataforma mayorista especializada en abastecer de multitud de productos a clientes que venden en el canal online por toda Europa. Especialistas en dropshipping y en la venta al por mayor, con un millón y medio de envíos al año, cuenta con 300 trabajadores.

Después de diez años de desarrollo empresarial, uno de sus dos fundadores y CEO, Salvador Esteve, explica a Capital cómo han apostado por una jornada variable, según la elección de cada trabajador: “Podemos decir que hemos dado con la fórmula perfecta para facilitar la conciliación familiar, se trata de una jornada totalmente flexible. Cada trabajador puede elegir semana a semana, en función de sus necesidades y objetivos, hacer jornada de 4 días, intensiva o partida. Todo ello, fusionado con teletrabajo y algún día presencial. El horario de entrada y salida también es flexible.

De esta manera, recalca Esteve, "estamos más cerca de la jornada de cuatro días belga, que apuesta por la flexibilidad y la responsabilidad de cada trabajador, que de la jornada de cuatro días que se propone en España". En BigBuy, el número de horas que trabajan los empleados varía. Algunos hacen 32, otros 40, y su salario es distinto según las horas trabajadas. Cada empleado organiza su jornada de manera flexible para cumplir ese número de horas y alcanzar sus objetivos. La clave está en la organización.

"Nosotros no estamos de acuerdo con la obligatoriedad de bajar la jornada laboral a 32 horas. Desde nuestro punto de vista, la opción ideal sería poder ofrecer a cada empleado lo que necesite, sean 32 o 40 horas semanales. Habría que informar y formar a los empresarios acerca de todas las posibilidades y de metodologías ágiles, y que cada empresa implante un enfoque más flexible, cada una a su ritmo y con sus peculiaridades”. Tres puntos de vistas para una misma pregunta cuya respuesta, por el momento, sigue dependiendo de cada pensamiento empresarial.

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