La crisis energética reabre el debate sobre la actividad atómica del país, que vuelve a ser bien vista por la Unión Europea
El debate sobre la energía nuclear se encuentra abierto en España desde que en 2019 el Ejecutivo anunciase su planificación energética, y, por ende, la no inclusión de la energía nuclear en los futuros planes del gobierno español. Unos plazos que contemplan el comienzo del desmantelamiento de las centrales nucleares para el año 2027 y su cese en 2035.
Países como Bélgica están considerando la ampliación del cese de sus centrales debido a la actual crisis energética y la alta inflación que ya están generando unos costes sobrevenidos de más del 10%.Todo ello a pesar de estar en contra de la inversión en este tipo de energía como pueden ser también Alemania y España, ya que consideran que ésta frena el desarrollo de las energía renovables, aunque no se descarta un posible cambio de opinión tras las últimas noticias llegadas desde Europa.
Y es que esta medida choca frontalmente con las últimas adoptadas por parte de la Unión Europea, que acaba de reafirmar la inclusión como energía verde tanto a la nuclear como el gas para determinado tipo de actividades bajo condiciones dentro de actividades económicas medioambientalmente sostenibles. Ya tan solo faltaría la aprobación del Consejo Europeo para su entrada en vigor a partir del año 2023.
La medida ha sido tomada debido a la consideración de la energía nuclear como un papel fundamental en la transición energética que pueda contribuir a mitigar el cambio climático. La inclusión de tales actividades está limitada en el tiempo y ha de cumplir unos requisitos específicos.
El portavoz de Foro de la Industria Nuclear Española no cree que vaya a haber, de momento, una modificación del plan de cierre de las centrales nucleares españolas, “pero la inclusión de la energía nuclear en la taxonomía europea da que pensar, no solo a la ciudadanía sino a las instituciones, ya que toda Europa dice que la nuclear es necesaria”.
Energías verdes
La demarcación de este tipo de energía dentro de la taxonomía verde es de gran relevancia ya que un gran número de sumas destinadas a este tipo de energía, como subvenciones o distintas inversiones, podrán ser aplicadas en la actualidad a esta controvertida energía. Y es que la idea de la Unión Europea es de ayudar a las empresas a financiar su propia transición para lograr la neutralidad climática en 2050. La nueva normativa supondría que las centrales constituidas antes de 2045 obtengan la etiqueta verde en un movimiento que exige a los países invertir en reformas ecológicas, al menos el 37% de la financiación que reciben del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Según Foro de la Industria Nuclear Española, "la energía nuclear es esencial en la transición energética por la garantía de suministro eléctrico que ofrece al no depender de agentes externos y porque es una fuente que no emite CO2". Al contrario que el gas, que a pesar de ser un combustible que contamina un 40-50% menos que las de carbón y un 25-30% menos que las del fuel-oil, puede llegar a contaminar aguas y empeorar de una manera notable su calidad. Además, la energía nuclear no genera gases de efecto invernadero que destruyan la capa de ozono y por tanto contaminen a nuestro planeta.
Industria en España
El tejido de la industria nuclear es de un volumen considerable. Según el Foro Nuclear, "España cuenta con una industria nuclear capacitada, tecnológica y exportadora de servicios y productos a más de 40 países". Y es que el país cuenta con una inversión al año entre los 4.000 y 5.000 millones de euros, según la Sociedad Nuclear Española que habla de buena manera de la salud de esta industria en el país.
"España cuenta con potentes empresas de fabricación de combustible nuclear y grandes componentes, de ingeniería y servicios y consultoría", informa el Foro Nuclear acerca de los distintos tipos de negocios que se pueden observar alrededor de la industria atómica del país. Algunos ejemplos de este tipo de factoría de éxito puede ser la fábrica de elementos combustibles que la empresa Enusa Industria Avanzadas tiene en Juzbado (Salamanca) o el centro de almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad de El Cabril (Córdoba), que pertenece a Enresa.
Una red eléctrica nuclearizada
Cada hogar español consume 9 kilovatios/hora (kWh), un cantidad de electricidad que sin la energía nuclear no sería posible. Esto es debido a que una de cada cinco veces que un español enciende el interruptor de la luz está utilizando energía proveniente de la fusión atómica. A pesar de los sobrecostes que este tipo de energía puede llegar a producir en la economía española, el alto precio y demanda del gas sitúan una vez más a la energía nuclear española como una opción real, barata y de una rápida puesta en escena.
"Sin duda, esta energía es fundamental para nuestro país. Lleva aportando durante más de una década más del 20% de la electricidad que consumimos y lo hace dando estabilidad y seguridad al sistema eléctrico al funcionar prácticamente 24/7", escenifica el Foro Nuclear. Un funcionamiento ininterrumpido que podría paliar con la irregularidad observada en las energías renovables, que a pesar de ser la segunda mayor fuente de energía eléctrica de nuestro país, aún no producen lo suficiente como para poder depender en exclusiva de estas o tan siquiera poder eliminar de la ecuación a la energía atómica.