Después de recorrer salas de museos en las que se admiran pinturas, esculturas, muebles, vestidos, sombreros, zapatos y joyas, es una excelente opción el poder sentarse alrededor de una mesa para descansar, compartir comida y bebida y, cómo no, comentar lo que se acaba de mirar y admirar
Primer museo, primer bar
Sin quererlo, porque no era su finalidad, las pinturas rupestres en cuevas y en espacios rocosos al aire libre podrían considerarse como las primeras pinacotecas de la humanidad. Sólo en España tenemos un muestrario excepcional de estas pinacotecas en las que se muestran figuras, colores y técnicas con miles de años de existencia que no por conocidas dejan de sorprendernos cuando las podemos admirar. Sus autores jamás pensarían el gran valor que tenían sus pinturas para poder investigar y estudiar sus costumbres, hábitos alimenticios, floras, fauna y creencias religiosas.
El primer museo que puede considerarse como tal, ya desaparecido, data del año 530 a.C. Mostraba la colección privada de la princesa Ennigaldi, hija del último rey de Imperio neobabilónico. No era público y sólo tenía acceso la élite de la sociedad de entonces. La princesa hizo acopio de piezas de todo tipo que tenían la peculiaridad de que todas ellas tenían un rótulo explicativo de su procedencia e historia del objeto.
En la ciudad de Alejandría (Egipto), famosa por su biblioteca, coexistió el llamado Museo de Alejandría, dedicado a las musas e ideado como una suerte de centro de estudio e investigación para pensadores, escritores y científicos de la época. Fue fundado por iniciativa de Ptolomeo I (siglo IV-III a.C.) y luego continuado por su hijo Ptolomeo II.
Siguiendo con la cronología, los siguientes museos fueron: Museos Capitolinos en Roma (1471); Museos Vaticanos en Ciudad de Vaticano (1506) y el Museo de las Armaduras Reales de Leeds (1545), que no tuvieron el carácter de públicos de verdad hasta pasado dos siglos, por lo que el primer museo que responde a una de las esencias de estos espacios, que es el ser accesible a todo aquel que quiera verlo, es el Museo Ashmolean en Oxford (1683).
Si una de las características de un museo es que esté abierto a todo el mundo, el primer bar o taberna también tenía la finalidad de socializar. ¿Cuál fue? No es posible conocer el nombre ni la carta que tenían, pero sí se sabe que en la cultura mesopotámica ya se celebraban banquetes y existían tabernas, lo que supone un avance con un marcado carácter social. Hacia el 3.000 a. C. hay constancia de que los sumerios celebraban banquetes relacionados con las festividades religiosas pero que también eran placenteros. Las tabernas estaban situadas en las aldeas mesopotámicas. Se bebía y se comía y estaban regentadas por mujeres.
Estos locales gastronómicos se citan en la Epopeya de Gilgamesh (narra la leyenda de Gilgamesh, un héroe que gobernó la ciudad de Uruk, escrita en tablillas de barro cocido y datada hacia el año 2000 a.C. y en el Código del rey Hammurabi de Babilonia (1792-1750 a. C.) se regula que en las tabernas se servirá cerveza, alcohol de dátiles fermentados y los alimentos debían provenir del huerto contiguo. Resulta curioso este apunte, ya que a finales del siglo xx surgió un movimiento llamado Km.0, en el que los restaurantes se comprometían a que un 40% de los alimentos frescos que servían o utilizaban en sus elaboraciones, tenían que ser procedentes de cultivos que estuvieran a una distancia no superior a 100 kilómetros de su local. En definitiva, potenciar los productos de la zona y favorecer a los agricultores.
Museo del Prado
Paseo del Prado s/n. (Madrid)
Abrió sus puertas en 1819 con el nombre de Real Museo de Pintura y Escultura con 311 pinturas de autores españoles de la Colección Real. En 1869 pasó a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura hasta renombrarse a su nombre actual. En sus salas se pueden admirar exposiciones fijas de los mejores artistas españoles e internacionales. Se considera el museo más importante en pintura europea. Igualmente, hay una gran variedad y rotación de exposiciones temporales, así como un calendario de actividades dirigidas al público en general y para personas con riesgo de inclusión.
Café Prado. Al lado de la cafetería del Museo está el restaurante. Después de disfrutar de algunas de las salas de esta maravillosa pinacoteca (ver todo el museo en un solo día es imposible), nada mejor que seguir en su entorno y reponer fuerzas. La cafetería ofrece los clásicos bocadillos, cafés, bollos y sándwiches. Para una comida más formal hay que acudir al restaurante.
Museo Guggenheim
Avenida Abandoibarra, 2 (Bilbao)
Este año 2022 cumple 25 años de su inauguración. Este museo de arte contemporáneo es el más llamativo, desde un punto de vista arquitectónico, de toda España. Diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry, toda su estructura exterior presenta formas curvilíneas y retorcidas. Está ubicado a orillas de la famosa ría de Bilbao y junto al puente de la Salve. Fue inaugurado el 18 de octubre de 1997.
El interior es muy diáfano y está distribuido en tres plantas. Aunque las obras que se exponen habitualmente son de arte contemporáneo de artistas locales e internacionales, lo cierto es que en algunas ocasiones han encontrado espacio exposiciones de pintura y escultura de siglos pasados. ¡No deja a nadie indiferente!
Una escultura que forma parte inseparable del museo es Puppy, un perro de trece metros de altura, cubierto de flores, diseñado por Koons, y que como todo buen perro, permanece vigilante y protector. Como indica su creador, “lo que quiero transmitir [con Puppy] es optimismo, confianza y seguridad”. Objetivo logrado.
Restaurante Nerua. Al cobijo del museo Guggenheim está este restaurante capitaneado por el chef Josean Alija y que cuenta con una estrella Michelín. Su cocina es, como cabe esperar, innovadora, pero parte de platos tradicionales vascos. En la actualidad sirve el Menú Muina, palabra que significa “núcleo, mello y esencia”.
Bistro Guggenheim. En la parte superior del Museo se encuentra este local. Dispone de carta, menú degustación, menú exprés y menú infantil.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Calle de Santa Isabel, 52 (Madrid)
Es un museo de arte del siglo XX y contemporáneo. Está ubicado en el edificio del antiguo Hospital General de Madrid, de estilo neoclásico del siglo XVIII, diseñado inicialmente por José de Hermosilla y continuado por el arquitecto italiano Francesco Sabatini y que en su honor se conoce como Edificio Sabatini. Se inauguró en el año 1992 y en el 2005 se ampliaron las instalaciones con el Edificio Nouvel.
Se pueden admirar obras de artistas españoles únicos del siglo XX como Picasso, Miró y Dalí, así como obras de arte surrealista, cubismo y otras corrientes pictóricas contemporáneas. También ha habido exposiciones temporales de pintores como Sorolla y Goya.
El Jardín de Arzábal. A pie del museo se encuentra la agradable terraza de Arzábal, gestionado por el grupo Arzábal, y en su interior hay dos espacios amplios. Su carta contiene platos que se pueden calificar de no estridentes y es apta para todos los públicos.
Museo del Traje
Avenida de Juan Herrera, 2 (Madrid)
El edificio se construyó en 1971 para acoger al Museo Español de Arte Contemporáneo y con esta finalidad se inauguró en 1975.
Es un museo rodeado de amplios jardines, muy diáfanos, y fácil de acceder y de visitar. Además de las exposiciones permanentes (histórica, contemporánea, tradicional, joyas y complementos), al cabo del año tiene numerosas exposiciones temporales y numerosas actividades como talleres y seminarios. Es también Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico.
Café de Oriente. La cafetería está gestionada por el Grupo Lezama. Está situada en la planta baja y dispone de una amplia terraza con el escenario natural del jardín del museo. Tanto la carta como el menú cuentan con platos innovadores que conviven con otros más tradicionales.
Museo del Romanticismo
Calle San Mateo, 10 (Madrid)
Situado en el palacete del Marqués de Matallana del año 1776, este delicioso museo recrea en sus diferentes estancias, cuadros y decoración la vida cotidiana de la alta burguesía del siglo XIX, incluida la pistola con la que se suicidó el escritor Mariano José de Larra. El romanticismo tuvo su cara y su cruz.
El Café del Jardín del Magnolio forma parte de este museo. El jardín tiene la estructura que seguían los cánones del modelo francés del S. XVIII, organizándose en cuatro calles separadas por parterres de distinto tamaño y con una fuente circular en su intersección. En cada uno de los parterres se ubica un árbol distinto, entre ellos el magnolio que da nombre al jardín. En este romántico espacio –no podía ser menos– se puede disfrutar de un café y de una amplia variedad de tartas caseras.
Museo Thyssen-Bornemisza
Paseo del Prado, 8 (Madrid)
Tras largas negociaciones con el Estado español, en el año 1992 se inauguró este museo ubicado en el que fue el emblemático Palacio de Villahermosa, que tras diferentes reformas y usos y antes de ser convertido en museo, no quedaba ni rastro de sus estancias. Sólo se mantiene intacta la fachada.
El museo acoge una colección de más de 700 obras pictóricas de autores extranjeros del último barón Thyssen-Bornesmiza que van desde el siglo XIII hasta la actualidad. En el 2004 se anexionaron dos edificios contiguos que, tras una profunda reforma exterior e interior, acogen 240 obras de la colección de Carmen Cervera, viuda del barón Thyssen. Es una magnífica pinacoteca y está entre las diez más visitadas en el mundo.
El Thyssen se encuentra muy cerca del maravilloso Museo del Prado y no lejos del vanguardista Museo de arte contemporáneo Reina Sofía.
Las Terrazas del Thyssen. Durante los meses del verano, la terraza–azotea está abierta para tomar una copa y también cuenta con un restaurante para cenas más formales. Sus vistas son excepcionales, sobre todo a la caída del sol. Dispone de una carta de elaboraciones muy selectas, así como una gran variedad de cócteles, cervezas y vinos.
La Cafetería-Restaurante. En el interior del museo está la cafetería-restaurante, abierto todo el año, donde se puede tomar desde un café, un aperitivo o comer unos sándwiches, hamburguesas y platos combinados. También cuenta con Terraza italiana, con solo cuatro mesas redondas, y que dispone de una carta corta pero atractiva con una selección de ensaladas, carnes, pescados y postres.
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
C/Guillem de Castro, 173 (Valencia)
La sede principal del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) se encuentra en el Centre Julio González, situado en un edificio de la calle Guillem de Castro. Este enclave tiene una estructura basada en la Dulwich Gallery de Londres, primer centro de arte contemporáneo de Europa, y es obra de los arquitectos Emilio Giménez y Carles Salvadores. Cuenta con dos espacios para las exposiciones: Centro Julio González (construido en 1989 y donde se ubican 11.322 obras que muestran las manifestaciones artísticas básicas del arte del siglo XX) y la Sala de la Muralla (dedicada a la fotografía y pintura). Especialmente recomendables son las obras de Sorolla expuestas, que ascienden a 100 cuadros y 600 dibujos.
Restaurante Mascaraque. Al frente de este renovado restaurante está José Luis Mascaraque. Su experiencia en cocinas nacionales e internacionales de gran prestigio hace que su cocina sea innovadora y con reminiscencias de la cocina francesa.
Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha de Cuenca
Calle del Río Gritos, 5 (Cuenca)
Un edificio moderno, construido en el año 2010 en el Cerro Molina, desde donde hay una panorámica espectacular de la ciudad de Cuenca, acoge una gran muestra de numerosos fósiles encontrados en su mayoría en los yacimientos de Las Hoyas y Lo Hueco en la provincia de Cuenca. Además, el visitante podrá ver en el exterior del museo varias figuras a tamaño natural de dinosaurios, reptiles y mamíferos encontrados en diferentes yacimientos de la comunidad castellano manchega.
Restaurante Natura Restaurante Bistró. A la sombra del pasado se encuentra este bonito restaurante con el gran atractivo de poder disfrutar desde su terraza de unas preciosas vistas. La oferta culinaria incluye platos vanguardistas, internacionales y nacionales, elaboraciones cuidadas con un servicio muy profesional. Forma parte de los restaurantes que van a participar y apoyar la candidatura de Cuenca como Capital Española de la Gastronomía en 2023.
Un museo de libros, cerámica, vidrio, vino y varias estrellas Michelín
Peralada Resort está situado en el corazón del Empordà, una de las zonas más bellas del norte de Cataluña. Un espacio único donde disfrutar de experiencias memorables alrededor del vino, la cultura y el ocio. Un legado erigido desde 1923 gracias al aprecio y la pasión por el Empordà de la familia Suqué Mateu.
Junto al castillo está el recinto histórico y cultural que acoge el museo, la biblioteca y las colecciones de arte, en el convento del Carmen del S. XIV encontramos el claustro y la iglesia gótica donde se celebran ceremonias religiosas y, en verano, conciertos y recitales de pequeño formato dentro del marco del Festival de Peralada. La Biblioteca del Castell, de belleza extraordinaria, contiene más de 100.000 volúmenes y colecciones únicas en el mundo como el millar de Don Quijotes diferentes. El museo del vidrio y de la cerámica y el museo del vino atesoran las grandes colecciones privadas llevadas a cabo por la Familia Suqué Mateu a lo largo de tres generaciones.
Restaurantes. La oferta gastronómica en este entorno de Perelada se materializa en el Castell Peralada Restaurant, galardonado con una Estrella Michelin y un Sol Repsol, dirigido por el chef Javier Martínez y el jefe de sala y sommelier Toni Gerez. O del Restaurante l’Olivera by Paco Pérez, donde el reconocido chef ampurdanés (con cinco estrellas Michelin) ha renovado toda la propuesta gastronómica del Hotel Peralada 5*. Paco Pérez también firma la carta de Shiro Peralada, en los jardines del Castell, y en el que fusiona la esencia de sus viajes en Asia con su amor por el Mediterráneo.