Una cantidad relevante de expertos cree que puede mantenerse la productividad en un tiempo más limitado
La semana laboral de cuatro días es una idea que está ganando terreno en varios países, incluyendo el Reino Unido, donde algunas empresas han decidido experimentar con ella y el 95% de los expertos han concluido que la productividad se había mantenido, o incluso aumentado. Surge como una alternativa al modelo tradicional de cinco días de trabajo a la semana. Esta idea se basa en la creencia de que, trabajando menos horas, los empleados pueden ser más productivos y tener una mejor calidad de vida.
¿Dónde está la trampa?
Sin embargo, también existen algunas desventajas en relación con esta idea. En primer lugar, la implementación de una semana laboral de cuatro días puede generar mayores costos para las empresas, ya que tendrían que contratar más personal para cubrir las horas que quedan sin cubrir. O la dificultad algunas empresas y sectores de adaptarse a una jornada de trabajo más corta sin reducir la producción o los ingresos.
A pesar de ello, ese último punto el gobierno de España ha incluido en su presupuesto diez millones de euros para financiar el programa en todo el país. Un plan piloto en el que seleccionan a unas empresas para reducir las horas, a cambio recibirán entre dos mil y tres mil euros por cada trabajador. Pero ojo, las compañías seleccionadas no pueden reducir el sueldo de los empleados ni imponerles teletrabajo los días de descanso.
Otras dificultades pueden ser para los propios empleados al intentar ajustarse a una semana laboral más intensa en los días de trabajo, lo que puede llevar a una mayor fatiga y estrés. Tendrán que adaptarse lo antes posible a este sistema para que no afecte negativamente a los números de la empresa. Sin olvidar que algunos trabajos requieren una atención constante, por lo que puede no ser viable reducir las horas en algunos sectores.
¿Probamos?
En cuanto a España, como decimos, el gobierno ya está en ello. La implantación de una semana laboral de cuatro días podría tener cabida en ciertas empresas, aunque su factibilidad dependería en gran medida del sector en el que se encuentren. Algunas empresas españolas ya han comenzado a experimentar con esta idea y con éxito. Motivo por el que otros negocios están empezando a plantearse implementar este nuevo formato laboral, mientras otras no le dan ninguna oportunidad, como es el caso de Telefónica.
El Ministerio de Industria y Comercio planteó un programa piloto dirigido a pymes del sector industrial que quieran formar parte del experimento. Las empresas que participen deberán implantar la nueva jornada durante, al menos, dos años, durante los cuales recibirán una ayuda económica de hasta 200.000 euros.
En general, podría ser una opción interesante para empresas con un alto nivel de innovación, creatividad y colaboración, ya que el tiempo extra podría dedicarse a actividades que potencien estas habilidades. En el caso de los autónomos y pequeños locales, este modelo laboral de cuatro días podría resultar más complicado, porque el éxito de sus negocios depende en gran medida de su propia implicación y esfuerzo. Sin embargo, algunos expertos han señalado que esta idea puede ser especialmente relevante para ellos, que a menudo tienen jornadas laborales más largas y menos flexibilidad en sus horarios.