El Banco Popular de China reduce tipos para los préstamos a empresas, mientras la Reserva Federal y el Banco Central Europeo podrían afrontar sus últimas subidas
La elevada inflación puso en alerta en Europa y Estados Unidos a los organismos que controlan el dinero. Si bien al principio se decía que el aumento de precios sería transitorio, a causa de la reactivación del consumo y ciertos cuellos de botella en la industria, la guerra en Ucrania alargó una escalada que los bancos centrales trataron de abordar.
En apenas un año, el Banco Central Europeo (BCE) ha pasado de tipos de interés en cero hasta alcanzar el 4,25%, mientras que la Reserva Federal (Fed) ha llegado hasta el 5,5%. Ambos organismos se plantean una pausa en esta estrategia de subidas, de forma que el efecto en los intereses bancarios haga su efecto y presione los precios a la baja.
En medio de esta escalada, China vive una situación particular, con una evolución propia en el consumo y la industria que contrasta con lo que se vive en Occidente. Mientras el hemisferio Oeste se debate entre la resiliencia económica y la caída del consumo a causa de la subida de los tipos de interés, en el gigante asiático los datos llaman a la alerta.
Aunque no se trata de una caída de la economía, si se puede hablar de una ralentización de su crecimiento. La Oficina Nacional de Estadística ha dado a conocer en las últimas semanas que la producción industrial creció en julio un 3,7%, por debajo del dato esperado por los analistas e inferior al 4,4% que se registró en jnio.
Por su parte, si bien las ventas minoristas se incrementaron un 2,5% en julio, este es el menor aumento desde finales de 2022. La Oficina asiática habla de una demanda interna "insuficiente", por lo que pide esfuerzos para que el consumo se expanda.
Otra consideración merece el sector inmobiliario, con empresas como Evergrande en problemas. Dicha compañía ya fue protagonista de las noticias hace dos veranos por su dificultad de afrontar las deudas. Ahora se declara en bancarrota en Estados Unidos. Mientras, la también china Country Garden está sufriendo la corrección de sus acciones.
Country Garden achaca su situación a un "período de dificultades sin precedentes con múltiples factores desfavorables". A su vez, se puede hablar de las elevadas cifras de desempleo juvenil, superiores al 20%, que reflejan la debilidad de la economía china. De hecho, el país ha prohibido la publicación de los datos de paro entre los jóvenes.
La actuación del BPC
Si los lectores se fijan, esta debilidad puede llegar a recordar a la salida de la Gran Recesión en Europa. Por ello, la reacción ha sido similar, tal y como se puede ver en las decisiones del Banco Popular de China (BPC), que ha adoptado cambios en sus tipos de interés con el objetivo de estimular la demanda y la actividad económica de las empresas.
En primer lugar, cabe mencionar el recorte del tipo de interés de sus préstamos bancarios. Este indicador, que afecta a los préstamos a un año, se reduce hasta el 2,5%, 15 puntos básicos menos. Así, se trata de la menor cifra desde 2020.
Por otra parte, este lunes se ha dado a conocer la reducción de diez puntos básicos de la tasa referencial para créditos (LPR en inglés). De esa forma, pasa del 3,55% al 3,45%. Esta tasa afecta especialmente a las empresas y sirve para fijar el precio de los nuevos créditos. Se trata de la segunda bajada que acomete el BPC, tras la que ejecutó en junio de este año, de otros diez puntos básicos.
No obstante, desde el mercado se ha recibido con sorpresa esta decisión, dado que se esperaba una bajada mayor ante las sucesivas cifras que se van dando a conocer. Sin embargo, el organismo ha decidido no actuar sobre los la LPR a cinco años, que se usa como referencia para los préstamos hipotecarios. Esta tasa se mantiene en el 4,2%.