La edad media de emancipación de los jóvenes sobrepasa los 30 años, a causa de los elevados precios de la vivienda y por los bajos salarios
La efervescencia del mercado de trabajo español y su resiliencia son un velo sobre la cruda realidad de la juventud. Sí, en los últimos tiempos hay carencias de ciertos perfiles laborales que facilitan el cambio de empleo y, por el momento, esta marcha continúa. Y también es cierto que los datos referidos a las personas jóvenes españolas reflejan un panorama sombrío.
El desempleo entre los menores de 25 años asciende al 28%. Se ha reducido en prácticamente 1,5 puntos desde el año pasado, lo cual representa una mejora. Pero eso no significa que "solo" veintiocho de cada cien jóvenes no trabajen. Ese porcentaje refiere a la proporción de personas que están inscritas como desempleados en los registros oficiales.
La tasa de empleo nos da una cifra más a considerar. Dicha tasa señala señala el porcentaje de personas que trabajan, incluyendo a todo ese grupo social y entre ellos a quienes estudian o aún no se han inscrito como desempleados. Pues bien, entre la población de entre 16 y 29 años, la tasa de empleo es del 42,9% en el caso de los hombres y del 38,9% entre las mujeres.
En cuanto al salario, se observan notables diferencias. Los datos de Eurostat que recoge el Consejo de la Juventud de España reflejan que el salario medio mensual de los jóvenes asciende a 1.089 euros. En el último año, esa cantidad subió un 4,6%, algo que también han analizado otros medios durante esta semana, como es el caso de Cinco Días y Business Insider.
En el problema de la emancipación de los jóvenes, cuya edad media supera los 30 años (30,3 exactamente), están las cuestiones del trabajo y la problemática de la vivienda. Como hemos visto, las condiciones laborales son precarias, si bien es cierto que los datos mejoran poco a poco. En el terreno de la vivienda, los problemas se acrecientan.
La vivienda, disparada
Capital se ha hecho eco de todo tipo de estudios que advierten de la complicada situación de la vivienda en España, que atañen a toda la población y, especialmente, a los jóvenes. El alquiler medio asciende a 921 euros mensuales, a lo que se suman los suministros como luz, agua, gas e internet, valorados en 141 euros. Con una simple resta se puede ver que a alguien que cobre el salario medio apenas le sobran 37 euros.
En vistas de que esta opción resulta inviable para un joven medio, existe la posibilidad de compartir piso y alquilar una habitación. El precio medio asciende a 282,19 euros, lo que representa el 25,9% del salario medio. Y si se opta por una hipoteca, la entrada media roza los 50.000 euros (49.852 euros), con mensualidades que superan los 661 euros.
Como se puede ver, es una cantidad inferior a la que se paga por un alquiler, pero con el hándicap de tener que reunir la entrada. De hecho, los datos de Pisos.com concluyen que los españoles, tanto jóvenes como el resto, deben ahorrar el 20% de su sueldo durante cinco años para poder pagar la entrada de un piso. Por eso, las dificultades para reunir una entrada empujan a optar por el mercado del alquiler. Es más, la caída del número de compraventas no está traduciéndose en un descenso de los precios y, por lo que concluye un estudio de Idealista, tampoco se producirá en 2024.
Si el problema empeora es por la negativa evolución de los precios de la vivienda. Mientras que el salario medio de los jóvenes se elevó un 4,6% en 2022, el alquiler medio aumentó un 7,55%. En principio, esta tendencia parece mantenerse, a la luz de que el mercado inmobiliario mantiene el dinamismo, especialmente en lo que atañe al alquiler.
Los datos de Fotocasa señalan que los precios por metro cuadrado de la vivienda en alquiler eran un 7% más altos en octubre en comparación con el mismo mes del año pasado. Es más, el incremento alcanza el 0,7% en un solo mes.