Cristina Sánchez (Pacto Mundial de la ONU España): “No podemos desvincular el futuro empresarial del futuro del planeta”
Mivi Clavera (Dirse): “Hay que ir más allá de las partidas destinadas a sostenibilidad y convertirla en la brújula empresarial”
Belén Viloria (B Corp): “La sociedad espera que las empresas respondan a los retos sociales y ambientales de nuestro presente, exigiéndoles un compromiso en forma de acciones”
Juan Alfaro (Club de Excelencia en Sostenibilidad): “Ser sostenible te posiciona frente al mercado con, generalmente, ventajas competitivas”
Mónica Chao (WAS): “Son las empresas las que crean riqueza, las que generan el empleo y las que tienen que estar implicadas en que esto ocurra”
La sostenibilidad se ha convertido en una obligación de todos y cada uno de los que conforman el tejido empresarial y la economía a lo largo y ancho del planeta. Y es que ganarle el pulso a la vertiginosa velocidad a la que avanza el cambio climático ya no es solo una tarea de gobiernos e instituciones, sino de todos y para todos.
Por ello, y para conocer en profundidad hacia dónde avanza la sostenibilidad en las compañías españolas, Capital conversa con la directora ejecutiva de Pacto Mundial de la ONU España, Cristina Sánchez; la directora general de la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (Dirse), Miwi Clavera; la CEO del movimiento B Corp, Belén Viloria; la fundadora y presidenta de Woman Action Sustainability (WAS) y Top Voice LinkedIn 2022, Mónica Chao; y el secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad, Juan Alfaro.
La inversión empresarial en sostenibilidad
El 62% de las empresas españolas dedica hasta un 10% de su presupuesto en I+D+i a desarrollar proyectos de innovación en la sostenibilidad, pero solo dos de cada diez llegan a un 20%, según un estudio realizado por Ayming.
En este sentido, la CEO del movimiento B Corp, Belén Viloria, sostiene que las empresas deben asumir su compromiso y trabajar para mejorar su impacto social, económico y ambiental. Pero, si realmente lo que se quiere conseguir es que las compañías españolas marquen la diferencia, “es importante que la sostenibilidad vaya más allá de proyectos concretos, abarcando toda la actividad e impregnando el ADN de la compañía, su propósito o razón de ser”.
Y es que, continúa, un propósito sostenible debe ser aquel que permita orientar un negocio hacia la creación de un triple impacto, incrementando al mismo tiempo su atractivo y competitividad: “Hay que ir más allá de las partidas destinadas a presupuestos para proyectos de sostenibilidad y convertir la sostenibilidad en la brújula empresarial, porque solo así podremos transformar la economía para beneficiar a todas las personas, comunidades y el planeta”.
“Las empresas comprometidas con la sostenibilidad han logrado unos resultados un 11% superiores a los de sus competidoras”
Cristina Sánchez (Pacto Mundial de la ONU España)
Si comparamos estos datos de presupuesto en I+D+I con los propios datos del estudio a nivel internacional, que marcan que un 78% de las empresas asigna entre un 1% y un 20% de su presupuesto anual a innovación sostenible, de los cuales, casi un tercio asigna entre un 11% y un 20%, evidentemente, España no está en la mejor posición. “España nunca ha destacado por su inversión en esta materia”, apunta la directora general de la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (Dirse), Miwi Clavera.
Así, explica que, tanto la innovación como la sostenibilidad, están dejando de ser percibidas como una ventaja competitiva, para ser consideradas como una cuestión de supervivencia.
De hecho, la falta de financiación es uno de los temas claves que van a tratarse en la COP28 de este mismo mes. Según expone Funds People, las estimaciones del sector sugieren que se necesitan unos 8,8 billones de dólares en inversiones acumuladas en la naturaleza de aquí a 2050 para garantizar la gestión del riesgo de la biodiversidad.
Actualmente, esta cifra global de inversión anual es de sólo 146.000 millones de dólares. Por ello, se necesitará financiación para que los países se adapten al cambio climático y a la pérdida de naturaleza ya en marcha y esto deberá concretarse en la COP28.
Según Miwi Clavera, para que crezcan estas cifras, se tendría que trabajar en varios frentes a la vez: la financiación, tanto pública (a través de subvenciones o exenciones fiscales), como privada, en unas condiciones ventajosas y la regulación, a través del desarrollo de leyes en materia de sostenibilidad que ya existen a nivel europeo, de manera que sea más clara su implementación y extenderlas a otros continentes.
“España nunca ha destacado por su inversión en esta materia”
Mivi Clavera (Dirse)
Por otro lado, existe tensión entre el corto y el largo plazo, entendiendo esto como el hecho de favorecer el enfoque de dirección de las empresas que incentive el largo versus el corto plazo, por ejemplo, incorporando criterios ASG en la retribución variable de la alta dirección y la colaboración, tanto público-privada como entre empresas para poder hacer economías de escala en los proyectos de investigación.
Al hilo, la fundadora y presidenta de Woman Action Sustainability (WAS) y Top Voice LinkedIn 2022, Mónica Chao, reitera que hay una necesidad de aumentar la innovación en I+D+i en términos generales, porque “las grandes innovaciones vienen en torno a la transformación sostenible, la reducción del consumo de recursos, la investigación sobre nuevos materiales o en torno a cómo reincorporar los residuos de nuevos procesos”.
Y esto, prosigue, es necesario para no quedarnos atrás con lo que está pasando en otras zonas geográficas. Es clave, por tanto, invertir en innovación en tecnología y en desarrollo tecnológico, pero también en innovación de nuevas formas de pensar y nuevas formas de hacer.
En este caso, Mónica Chao recuerda a Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, quien, en una de las últimas cartas que enviaba a sus accionistas, decía que los próximos mil unicornios serán las compañías que van a transformar el mundo.
¿Una inversión necesaria para la supervivencia de las empresas o del planeta?
En palabras de Belén Viloria (B Corp), debemos tener en cuenta que, en los últimos siglos, la economía ha crecido de manera exponencial, llevando bienestar y progreso a millones de personas. Sin embargo, hoy constatamos que se ha hecho con consecuencias e impacto negativo en el medioambiente, sin tener en cuenta el bienestar de las comunidades y las personas.
“Sin duda, el modelo económico y empresarial tradicional se ha vuelto insostenible. Ha llegado el momento de promover un nuevo modelo que integre la preservación del medioambiente y el bienestar social, junto con la transparencia y la gobernanza, como elementos clave de su modelo de negocio”, subraya Viloria.
De hecho, como señala Miwi Clavera (Dirse), se puede decir que no tiene sentido enfrentar la sostenibilidad empresarial a la del planeta, ya que las empresas no pueden sobrevivir en un planeta insostenible y la sociedad depende del papel que juegue el sector privado, maximizando sus impactos positivos y minimizando los negativos.
Algo en lo que también coincide el secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad, Juan Alfaro, quien cree que las empresas invierten en sostenibilidad porque es un fenómeno que no tiene marcha atrás: “Es un planteamiento inteligente, porque hablamos de competitividad. Ser sostenible te posiciona frente al mercado con, generalmente, ventajas competitivas, por lo que se es más rentable económicamente”. Todo ello, evidentemente, da respuesta también a la situación que vive actualmente el planeta, por lo que sería un ‘win-win’.
“La economía ha crecido de manera exponencial, con consecuencias e impacto negativo en el medioambiente, sin tener en cuenta el bienestar de las comunidades y personas”
Belén Viloria (B Corp)
La directora ejecutiva de Pacto Mundial de la ONU España, Cristina Sánchez, apunta que no se trata de una inversión para la supervivencia de las empresas o del planeta, sino que son dos caras de una misma moneda. Es decir, la inversión en innovación es esencial tanto para la supervivencia de las empresas, como para la del planeta y “es importante trasladar el mensaje de que no podemos desvincular el futuro empresarial del futuro del planeta”.
Así, plantea que, para que las empresas prosperen, necesitamos un medioambiente saludable y el sector empresarial ya es consciente de ello. En este contexto, la innovación se posiciona como una palanca para hacer frente a los desafíos del desarrollo sostenible y ya prácticamente la mitad de las empresas españolas está llevando a cabo algún tipo de innovación con un enfoque de sostenibilidad y ODS.
Por ello, la directora ejecutiva de Pacto Mundial de la ONU España considera que esto no es algo exclusivo de las grandes empresas o de ciertos sectores, sino que puede ser asumido por todo el tejido empresarial.
Porque priorizar la sostenibilidad es apostar por tener futuro, “sostenerse”, perdurar en el tiempo. En el caso de las empresas, aclara Belén Viloria (B Corp), esto requiere tener un equilibrio entre el valor económico que generas y el valor que aportas a la sociedad y el planeta, ya que ninguna empresa es viable en un mundo que se extingue-
“La sostenibilidad ya está implicada en la estrategia de negocio de las compañías y estos temas ya no se discuten”
Juan Alfaro (Club de Excelencia en Sostenibilidad)
“Vivimos en una sociedad que se rige por parámetros económicos y las empresas son las responsables del 82% de la generación de riqueza en el mundo, así que resulta impensable una transformación real que no pase por transformarlas a ellas. Es imperativo que las organizaciones no solo busquen beneficios económicos, sino que también consideren su impacto en las personas, las comunidades y el planeta”, argumenta, a lo que añade que, en este sentido, la sociedad espera que las empresas respondan a los retos sociales y ambientales de nuestro presente, exigiéndoles un compromiso en forma de acciones
Es resumen, tal y como reitera Mónica Chao (WAS), para que una empresa subsista en el largo plazo tiene que generar beneficios, es decir, su cuenta de resultados tiene que funcionar. ¿Y qué es lo que está pasando ahora? Que las empresas se están dando cuenta de que para que los resultados vayan bien hay que integrar un componente social y uno medioambiental.
“Cuando integras los componentes sociales y medioambientales alcanzas una mayor eficiencia y obtienes una serie de beneficios que vienen en cadena al añadir esta variable en la ecuación. Solamente lograremos una transformación sustentable si las empresas están implicadas en esto. Son las empresas las que crean riqueza, las que generan el empleo y las que tienen que estar implicadas en que esto ocurra”, explica la experta en sostenibilidad y Top Voice LinkedIn 2022.
¿Se es más rentable por ser sostenible?
Aunque no se puede afirmar de manera categórica que todas las empresas que trabajen en sostenibilidad crecerán económicamente en mayor medida, sí existe un cierto consenso en que el trabajo en sostenibilidad impacta de forma positiva en indicadores con un componente económico, como la productividad, la reducción de riesgos económicos y la rentabilidad.
Así lo entiende la directora ejecutiva de Pacto Mundial de la ONU España, organización que recientemente estudió esta relación entre la rentabilidad económica y los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). En el informe se detalla que, en el ámbito empresarial, durante los últimos años se ha observado una creciente tendencia en la incorporación de la Agenda 2030 y sus 17 ODS como eje central en las estrategias de negocio.
En resumen, las empresas que priorizan la sostenibilidad y toman medidas concretas en áreas clave obtienen ventajas competitivas y muestran un compromiso claro con un futuro sostenible y próspero para todos. “Las compañías que han asumido un fuerte compromiso con la sostenibilidad han logrado unos resultados un 11% superiores a los de sus competidoras en el mercado de valores”, subraya Sánchez (Pacto Mundial de la ONU España).
Y es que los grandes desafíos económicos, sociales y ambientales del presente han puesto de manifiesto la necesidad de dar un giro a nuestro modelo social, económico y productivo. Las empresas ya no pueden mirar hacia otro lado y la sociedad espera de ellas que sean agentes de cambio que, más allá de generar beneficios económicos, contribuyan al bienestar colectivo.
De hecho, la sociedad está premiando estas acciones. Un informe elaborado por Deloitte y la Fundación Entorno destaca que el 92% de los consumidores elegiría, a igualdad de calidad y precio, una opción sostenible, y un 75% estaría dispuesto a pagar un 10% más. Además, ya en 2019, el 80% de las personas entre 25 y 34 años quería trabajar en empresas comprometidas.
“Las grandes innovaciones vienen en torno a la transformación sostenible”
Mónica Chao (WAS)
Y esto es, indudablemente, un deber de las empresas. “Ser sostenibles es una obligación para las empresas, porque así se establece en diferentes niveles a través de leyes, reglamentos y directivas, tanto a nivel internacional, como nacional”, reitera la directora general de la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (Dirse).
Además, continúa, también es una oportunidad para que las compañías mejoren y crezcan, ya que la rentabilidad puede venir por la vía de la reducción de costes, como, por ejemplo, en materia de eficiencia energética; por la obtención de financiación en mejores condiciones para identificar nuevas oportunidades de negocio o para distinguirse de sus competidores.
“Por todo ello, es un deber para las empresas que quieran ser viables en el tiempo adoptar un modelo de gestión de la excelencia basado en la sostenibilidad”, expone Miwi Clavera (Dirse).
En palabras del secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad y, a modo de conclusión, cabe destacar que la sostenibilidad ya está implicada en la estrategia de negocio de las compañías y, afortunadamente, estos temas ya no se discuten.