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Economía

Alemania, al borde de la recesión

A pesar de ser históricamente una economía resiliente, el país ha mostrado signos de debilidad en los últimos trimestres. Analizamos la situación actual

Por Marta Díaz de Santos

Alemania, la mayor economía de Europa, se enfrenta a un panorama económico preocupante, con señales crecientes de que podría estar a las puertas de una recesión. Diversos indicadores apuntan a una desaceleración que amenaza su estabilidad interna y, como consecuencia, también la del conjunto de la Unión Europea.

Los expertos en la materia no se cansan de advertir y revisar a la baja las proyecciones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) alemán, que se prevé podría experimentar una contracción del 0,2% en 2024. Esta situación es consecuencia de una combinación de factores, entre los que destacan el aumento de los costes de la energía, las altas tasas de inflación y la incertidumbre global que persiste debido a tensiones geopolíticas y problemas en las cadenas de suministro.

A pesar de ser históricamente una economía resiliente, el país ha mostrado signos de debilidad en los últimos trimestres. La demanda interna ha disminuido, y sectores clave como la industria automotriz y la manufactura se han visto particularmente afectados. La confianza de los consumidores ha bajado, lo que se traduce en una menor propensión al gasto. Además de las crisis coyunturales, los problemas estructurales del país también están en el punto de mira. Alemania enfrenta una transición necesaria hacia tecnologías más sostenibles, pero este cambio está generando tensiones en el corto plazo. 

El euro se muestra fuerte después de la divulgación de sus datos de inflación y los resultados de crecimiento del Reino Unido. Por otro lado, Las empresas se enfrentan a la doble presión de modernizarse y adaptarse a nuevas regulaciones ambientales, mientras tratan de mantener su competitividad en un mercado global cada vez más desafiante. Las políticas de austeridad implementadas en años anteriores también han dejado a la economía con menos margen de maniobra. La falta de inversión en infraestructura y la escasez de mano de obra cualificada son obstáculos que limitan el potencial de crecimiento.

Pero la situación económica de Alemania tiene repercusiones significativas para el resto de Europa. Como motor económico de la Unión Europea, cualquier desaceleración en Alemania podría arrastrar a otras economías europeas. Los países vecinos dependen en gran medida del comercio con Alemania, y una caída en la demanda alemana podría provocar un efecto dominó que afectaría la recuperación post-pandemia en Europa.

¿Mayor confianza en los inversores alemanes?

La confianza de los inversores en Alemania ha experimentado en octubre su primer aumento desde junio, impulsada por la expectativa de recortes en las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (esta información proviene del indicador del Centro de Investigaciones Económicas Europeas de Leibniz, ZEW). En concreto, el índice se ha ubicado en 13,1 puntos en octubre, en comparación con los 3,6 puntos registrados en septiembre, marcando así el primer aumento del ZEW desde junio.

Sin embargo, a pesar de este optimismo entre los inversores alemanes, la valoración de la situación económica actual en Alemania ha vuelto a deteriorarse, cayendo a -86,9 puntos desde los -84,5 de septiembre. "A pesar de que la situación actual era muy mala, el sentimiento económico sobre Alemania ha mejorado en la última encuesta. A ello contribuyen las expectativas de una inflación estable y la perspectiva asociada de nuevos recortes de los tipos de interés por parte del BCE", ha explicado el presidente del ZEW, Achim Wambach.

El economista también ha señalado el impacto positivo de las señales que provienen de los mercados de exportación de Alemania, ya que las expectativas económicas para la eurozona, Estados Unidos y China han mejorado notablemente. "Estos acontecimientos han podido influir en el incremento de las expectativas económicas para Alemania", agregó. Respecto a la eurozona, el informe de octubre revela una mejora en la confianza de los inversores alemanes, con el índice de sentimiento económico aumentando a 20,1 puntos, en comparación con los 9,3 puntos de septiembre. Sin embargo, la evaluación de la situación económica actual ha sufrido un leve retroceso, cayendo a -40,8 puntos frente a los -40,4 del mes anterior.

La semana pasada, el Gobierno alemán redujo sus previsiones de crecimiento para la mayor economía de Europa, anticipando ahora una contracción del PIB del 0,2% en 2024, tras una caída del 0,3% en 2023. Si las proyecciones del Gobierno se materializan, Alemania enfrentaría por primera vez en más de dos décadas dos años consecutivos de recesión, tras experimentar una contracción del 0,2% en 2002 y del 0,5% en 2003, siendo el único país del G7 en recesión este año. Para el año próximo, Berlín espera que el PIB crezca un 1,1% y que la expansión se acelere al 1,6% en 2026.

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