Hay países que estimulan al viajero. Chile es uno de ellos. Del hielo al fuego, del desierto a los glaciares, de las cumbres más altas de América hasta las playas más abiertas del Pacífico. Chile es un país de alargada silueta, con más de 4.350 kilómetros, a la sombra de los Andes, que le dan para desplegar un auténtico catálogo de paisajes, de climas y de experiencias desde el fuego de sus volcanes al hielo de sus glaciares, del árido y fantasmagórico desierto de Atacama a las frías soledades de la Tierra de Fuego, pasando por la bellísima región central de los lagos de la mítica Patagonia, con sus impresionantes Parques Naturales. Si a esto le unes una gastronomía de calidad, nuestro viaje queda para siempre en nuestro patrimonio del disfrute.
Su ubicación en el hemisferio sur convierte a este país en una opción perfecta para los meses de nuestro otoño e invierno. Si se comienza el viaje por el norte chileno, nos espera un desierto muy singular que oculta bajo su aridez grandes riquezas y tesoros arqueológicos precoloniales. Aislado, salvaje y caprichoso. Así es el Atacama, la región en la que apenas saben lo que es la lluvia.
El desierto de Atacama fascina por su desolada hermosura, interrumpida por los sorprendentes géiseres del Tatio (altitud de 4.320 m) que expulsan chorros de agua hirviendo -90º- a más de 10 metros de altura y con las fumarolas que desprenden columnas de vapor hasta 20 m de altura. Al fondo, una colección de volcanes nevados, como el Parinacota o el Licancabur, de hasta 6.000 metros de altura.
El centro turístico de esta región es San Pedro de Atacama, un pueblo rodeado de volcanes donde la frontera boliviana parece tocarse con la mano. No hay que dejar de acercarse a lugares tan sorprendentes como el Salar de Atacama: 3.000 km cuadrados de un antiguo lago de agua salada, hoy desecado y convertido en una gruesa costra de sal, donde se reflejan los últimos rayos del día. O como la cordillera de la Sal y el Valle de la Luna, otra de las joyas del desierto norteño, una gran planicie de lagos secos, a los cuales el sol hace variar sus tonos en mil formas.
La nueva propuesta para amantes de la aventura y los destinos diferentes es el norte del norte: Arica y Parinacota, la región al norte de Atacama, que es un auténtico paraíso para el senderismo, para el avistamiento de cetáceos en la costa y para acercarse a la cultura de los aymaras, anterior a la incaica. Por todo esto, el norte chileno se presenta como una fuente de riquezas minerales, y de parajes naturales de extrema belleza.
El otro gran escenario de la aventura chilena es el sur, previo paso por su capital. Santiago de Chile, con más de seis millones de habitantes, es una ciudad de clima suave y ambiente cortés en la que resulta agradable pasear por las avenidas donde se encuentran algunos de los edificios más significativos de la ciudad, como la Biblioteca Nacional, la Universidad Católica o el mítico Palacio de la Moneda. Desde el centro neurálgico, la ciudad se extiende en barriadas residenciales bajo la mirada permanente de los Andes, que ejerce como telón de fondo.
Santiago es ecléctica, con una huella colonial que tiene su máxima expresión en la plaza de Armas o en la Casa de la Moneda. No es una ciudad monumental, pero sí una pausa agradable para disfrutar de la buena comida, los maravillosos vinos chilenos y para hacer algunas compras. Desde Santiago, se puede uno acercar a Valparaíso, la ciudad más antigua de Chile. Con un aire portuario, sus calles ascienden zigzagueando por los cerros y unos curiosos funiculares de madera construidos a finales del siglo XIX llevarán hasta los barrios más altos. En uno de los cerros de Valparaíso se puede visitar ‘La Sebastiana’, una de las casas museo de Pablo Neruda, el poeta chileno por excelencia. A 10 kms de Valparaíso está Viña del Mar, que fue durante décadas el gran centro vacacional de Chile, con tres kilómetros y medio de maravillosas playas y barrios residenciales.
Y nos vamos hacia el sur, el gran marco de la aventura, un territorio virgen, de geografía fragmentada por una imaginativa naturaleza que ha creado islas, fiordos, lagos (como el de Llanquihue), fuentes termales, volcanes (como Osorno o Puyehue) y superficies cubiertas de hielo. Es un paisaje casi irreal, austero, pero que rebosa belleza. Chiloe puede ser uno de los lugares de referencia para unos días de descanso activo junto al mar en alguna de sus haciendas.
Entre las bellezas naturales de la Patagonia, no puede dejar de visitar el Parque Nacional Torres del Paine, al que se llega desde Puerto Natales. Sus espectaculares pilares de granito, bajo los que vive una impresionante fauna ,y los majestuosos lagos de aguas heladas, hacen de Torres del Paine la joya que culmina una naturaleza desbordante, donde conviven montañas y llanuras, bosques y tundras, lagos, ríos y glaciares. Es el territorio de la experiencia extrema, de la multiaventura, del contacto absoluto y vital con la naturaleza menos frecuentada por el hombre.
La aventura tiene múltiples caras y centenares de propuestas en Torres del Paine: desde caminar a la Cascada del Río Pingo o por el Valle del Francés, a la ascensión al Monte Ferrier, desde navegar por el glaciar Grey o entre los témpanos de hielo hasta descender en balsa por el río Grey o hacerlo en kayak de travesía. Hay propuestas en todo terreno, a pie y a caballo. Hay quien se anima a navegar en zodiac entre los témpanos de hielo y hay quien simplemente se conforma con fotografiar la privilegiada imagen de una naturaleza casi virgen.
Y siempre nos queda la opción más diferencial, Rapa Nui. La isla es uno de los principales destinos turísticos chilenos. Su naturaleza y la cultura ancestral de la etnia rapanui, cuyo más notable vestigio corresponde a enormes estatuas antropomorfas conocidas como moái. Para preservar dichas características, el pueblo rapanui administra desde 2016 el parque nacional Rapa Nui a través de la Comunidad Indígena Polinésica Ma'uHenua. Un lugar único que merece la pena ver una vez en la vida.
Laura Pugnaire de PANGEA The Travel Store recomienda:
Si alguna vez has soñado con un lugar en el que la naturaleza se despliega en su máxima expresión, donde los paisajes parecen salidos de una obra de arte y cada rincón te invita a detener el tiempo, entonces Chile es el destino que buscas. Desde los desiertos más áridos hasta glaciares imponentes, pasando por islas llenas de misticismo y carreteras que serpentean entre montañas y fiordos, Chile es una invitación constante a redescubrir la belleza del mundo natural.
Como agencia de viajes especializada en viajes de lujo, te invito a descubrir las experiencias más cautivadoras que puedes vivir en tu viaje a Chile.
Bajo el cielo más puro de San Pedro de Atacama: un encuentro con el universo
Imagínate un cielo tan claro en el que cada estrella parece estar al alcance de tu mano. En San Pedro de Atacama, este sueño se convierte en realidad. Situado en el corazón del desierto más árido del mundo, este lugar es famoso por tener uno de los cielos más limpios y despejados del planeta, ideal para una experiencia astronómica que te dejará sin palabras.
La noche comienza con una observación a simple vista, en la que la Vía Láctea se despliega como un manto de diamantes sobre ti. De la mano de un astrónomo profesional, descubrirás los secretos del cosmos a través de un telescopio de alta potencia, el más grande disponible para el turismo en Sudamérica. Cada estrella, cada planeta y constelación cobran vida ante tus ojos, revelando un universo lleno de misterios y maravillas. Y, para cerrar esta experiencia cósmica, un chocolate caliente bajo la inmensidad del cielo te recordará que, a veces, la grandeza del universo se encuentra en los pequeños placeres de la vida.
Rapa Nui: un viaje al corazón del misterio y la leyenda
Navegando más allá del continente, en medio del interminable Océano Pacífico, se encuentra Rapa Nui, un lugar en el que el tiempo parece haberse detenido y la magia ancestral todavía resuena en el aire.
Conocida por sus enigmáticos moáis, estas colosales estatuas de piedra volcánica, esculpidas por los antiguos habitantes de la isla, continúan guardando sus secretos. Cada moái, con su mirada fija hacia el horizonte, es un guardián silencioso de la historia y las tradiciones de la cultura Rapa Nui. Explorar este terreno sagrado, escuchar las leyendas que han pasado de generación en generación y sentir el espíritu de los ancestros entre los paisajes volcánicos y el mar infinito es una experiencia que va mucho más allá del turismo; es un viaje hacia el corazón de un pasado lleno de misticismo, en una de las islas más remotas y fascinantes del mundo.
Recorrer la Carretera Austral: un viaje por la Patagonia más salvaje y pura
Para aquellos que sueñan con perderse en la inmensidad de paisajes indómitos, la Carretera Austral en el sur de Chile es un camino que promete aventuras sin igual. Esta carretera, que se extiende a lo largo de más de mil kilómetros por la Patagonia Chilena, es una joya escondida donde la naturaleza despliega su fuerza y belleza en cada curva. Desde frondosos bosques y lagos cristalinos hasta montañas nevadas y fiordos que se adentran en la tierra, cada tramo del recorrido te invita a detenerte y absorber la serenidad y grandeza de este entorno.
Uno de los puntos culminantes de esta ruta es la visita a las Capillas de Mármol, formaciones rocosas esculpidas por siglos de olas azules del lago General Carrera, creando cuevas y columnas de un resplandeciente mármol blanco y celeste. Continuando hacia el sur, el glaciar San Rafael, el glaciar a nivel del mar más cercano al ecuador, te espera con su impresionante presencia, rodeado de un mar de icebergs flotantes. Navegar hasta él, sintiendo el crujido del hielo y el frío aire patagónico, te hará sentir como un verdadero explorador en un rincón del mundo que parece intocado por el tiempo.
Chile es un país de contrastes y maravillas, un lugar donde cada paisaje y experiencia te invita a descubrir una nueva faceta de la naturaleza y de ti mismo. Desde cielos estrellados que te conectan con el cosmos hasta islas cargadas de historia y carreteras que atraviesan algunos de los paisajes más impresionantes del planeta, Chile es un destino que se vive y se siente profundamente.
Nosotros estuvimos allí, exploramos cada rincón y ahora queremos compartirlo contigo. ¿Estás listo para descubrir Chile de una manera
única y emocionante?