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Deportes

Jaime Nava (ex capitán de la Selección Española de Rugby): "El rugby es la otra universidad de la vida"

Jaime Nava reflexiona con Capital sobre la importancia de la constancia, la humildad y el control del ego, y cómo los valores de este juego se trasladan eficazmente al mundo empresarial

Jaime Nava (ex capitán de la Selección Española de Rugby): "El rugby es la otra universidad de la vida"
Por Marta Díaz de Santos

Su experiencia en el deporte profesional, como ex capitán de la selección española de rugby, ha moldeado su carrera como emprendedor y actor. Jaime Nava reflexiona con Capital sobre la importancia de la constancia, la humildad y el control del ego, y cómo los valores de este juego se trasladan eficazmente al mundo empresarial. Además, nos habla sobre su trabajo en proyectos sociales, su compromiso con el mundo audiovisual y sus nuevos retos.

Ha tenido una carrera muy diversa, ¿qué aspectos de su formación en gestión deportiva cree que han sido claves para su éxito como emprendedor?

Me gusta pensar que tengo diferentes facetas o caras. Respecto a lo del éxito, todavía está por verse… Llevo en esto ‘dos días’, como quien dice; pero sí creo que el mundo del deporte es capaz de proporcionar una serie de herramientas o códigos que quizás no podemos encontrar en la formación reglada, las llamadas soft skills, que tanto se empiezan a valorar hoy en día en las organizaciones y en la empresa privada.

El mundo de la gestión deportiva tiene muchas aristas, al igual que la consultoría. Casi te diría que, al haber estado en contacto durante este tiempo con el mundo de la gestión para deportes y deportistas de deportes más minoritarios, la paciencia se convierte en una gran virtud. Básicamente, porque los proyectos en este ámbito hay que trabajarlos y sudar por ellos el doble que en otros entornos. Esto, llevado al ámbito del emprendimiento y de startups que quieran tener su hueco en el mundo de la comunicación y el marketing, puede incluso suponer algo de ventaja.

Después de casi 20 años en el rugby profesional, ¿qué valores o lecciones ha llevado consigo al mundo empresarial?

El primero de todos es, sin duda, la constancia y la disciplina; incluso cuando llegan las nubes negras, lo cual, cuando eres autónomo y emprendedor, sucede bastante a menudo, y hay días en los que te preguntas para qué te habrás levantado de la cama. La otra gran lección es el valor de la humildad; y lo digo siendo plenamente consciente de que no soy precisamente una persona humilde.

Es muy difícil serlo en estos tiempos de enorme competitividad, pero el rugby sí que me ha enseñado algo muy importante, que es no alimentar demasiado a ese ‘animal’ que es el ego. El ego en el rugby está muy castigado, y este deporte me ha dejado lecciones inolvidables en momentos en que uno se cree que tiene todas las respuestas para este mundo.

"Toda organización necesita un proyecto bien definido y unos valores compartidos por el equipo"

¿Cómo fue la transición de ser capitán de la Selección Española de rugby a convertirte en actor y participar en programas de televisión?

Cualquier transición que tenga que ver con la retirada de un deportista profesional es dura y conlleva muchos altibajos. Hay que estar preparado para todo y ser consciente de que hay que cometer algunos errores antes de encontrar esos lugares en los que el deportista vuelve a sentirse seguro y cómodo. Ese lugar en el que el deportista vuelve a tener un propósito en su vida que sustituya aquello por lo que este ha estado dando sentido a su vida durante tantos años.

Comencé a trabajar en el mundo audiovisual (entretenimiento y ficción) de la manera más fortuita. Simplemente se me propuso participar en diferentes espacios y acepté. El mundo de la comunicación audiovisual me gusta desde siempre, y mi faceta de actor existe y está latente desde mi niñez. Así que, en los últimos dos años de mi carrera como deportista profesional, empecé a formarme en el ámbito de la interpretación, y pronto llegarían oportunidades.

Ya son siete años en el mundo audiovisual, y, a día de hoy sigo avanzando y formándome. La verdad que estoy muy contento con la opción de trabajar y estar en contacto con el ámbito audiovisual.

En su libro ‘Team!’ habla sobre la relación entre el rugby y la gestión empresarial. ¿De qué manera cree que este deporte puede ser una herramienta eficaz para los líderes corporativos?

Es eficaz desde el momento en el que te das cuenta de que el rugby es un escenario en el que tienes que manejar y navegar con situaciones y momentos muy diversos. Como los que nos podemos encontrar en el día a día de cualquier organización. En el rugby tienes que saber gestionarte en un entorno con otras personas, e incluso gestionarlas a ellas o hacerlas funcionar. Y, sobre todo, el rugby ayuda con la gestión de las emociones, algo que hoy en día es capital para los entornos tan cambiantes e inciertos que vivimos. Yo soy muy pesado, pero a mí me encanta decir y repetir hasta la saciedad que el rugby es la ‘otra universidad de la vida’.

"El muy difícil ser humilde en estos tiempos de alta competitividad"

Ha trabajado con marcas como Generali y Repsol. ¿Cómo adapta los valores del deporte a las necesidades y cultura de estas grandes organizaciones?

En realidad, no se trata de adaptar, sino de reforzar ese proyecto de cultura de esa determinada organización que se está intentando trabajar. Al final, yo no propongo ser un agente del cambio, sino, simplemente, un facilitador. Nada más. No me veo con la soltura suficiente, ni con los conocimientos apropiados para determinar qué es lo que tiene que cambiar o qué es lo que no está funcionando en una organización con años de experiencia y casos de éxito a sus espaldas en este o aquel sector.

Lo que sí que me gusta hacer es entender la idiosincrasia de la marca o de la empresa, conocer su proyecto de cultura y lo que buscan de las personas que forman parte de esos equipos de trabajo. Conocer cuáles son sus objetivos y si existe realmente un propósito; y ahí es cuando entran en juego esas herramientas o códigos que forman la ética de trabajo de esa empresa, que viene dada en forma de valores.

Hoy en día, toda organización necesita ese proyecto bien definido, incluyendo unos valores que el equipo comparta. Si no, es muy difícil que las cosas salgan. Sobre todo, cuando no sopla el viento a favor… Los proyectos sólidos no encuentran el sustento suficiente en los consejos de administración; lo encuentran en las personas que saben hacia dónde van y conocen el savoir faire en forma de esos valores corporativos.

¿Qué significó para usted ser nombrado embajador de la Real Federación Española de Rugby y de la ciudad de Alcobendas?

Para mí fue un privilegio y un honor haber sido embajador del rugby español durante este tiempo. Significó quizás seguir teniendo ese reconocimiento del rugby y de la gente que durante tantos años nos estuvo apoyando, a mí y a mis compañeros. Un apoyo para seguir trabajando para el rugby desde otro lugar que no fuera el terreno de juego. Sobre todo, diría que supuso un faro para mí en un momento en el que se me apagó el brillo de esa luz que fue mi carrera deportiva.

Su compromiso con proyectos sociales es evidente, especialmente con la asociación ‘Coloso con Pies de Barro’. ¿Qué le motivó a involucrarse en la lucha contra los abusos en el deporte?

Me motivó el conocer la historia de Sebastien Buehil, fundador de la asociación y ex jugador de rugby profesional con el que coincidí en mi etapa en Francia. Sebastien fue víctima de abusos siendo niño en el entorno de su club de rugby. ‘Coloso con Pies de Barro’ es un proyecto muy bonito del que me siento muy orgulloso. Colaboro con ellos siempre que puedo, en calidad de embajador, ofreciendo testimonio y para informar y sensibilizar sobre ciertos peligros que pueden surgir para los más jóvenes, para intentar protegerles al máximo al mismo tiempo que protegemos el deporte de la entrada de intrusos y depredadores.

Desgraciadamente el deporte es un entorno aún muy desprotegido en este sentido; en el que se generan relaciones de confianza de una manera muy natural y con un alto grado de confianza entre todos los actores que intervienen, y desde Coloso creemos que hay que informar y formar en ambos sentidos. Como dice mi querido amigo Jero García, ex boxeador profesional, formador y mediador: “Los niños no se tocan”.

"Debemos proteger el deporte de la entrada de intrusos y depredadores"

Finalmente, ¿qué proyectos futuros tiene en mente, tanto en el ámbito deportivo como en el mundo de la actuación y la comunicación?

Mi intención es seguir avanzando firme en el mundo audiovisual. En este último año, he estado trabajando algo menos en este ámbito, pero este business también funciona así. Es como una montaña rusa. En cualquier caso, estoy trabajando en proyectos propios que me hacen mucha ilusión y que tienen que ver con la comunicación audiovisual. No puedo olvidar tampoco lo que ya tenemos en marcha y que sigue funcionando con nuestras agencias All&Go y Arena Sports & Events.

Mi faceta como comunicador y conferenciante también me apasiona y disfruto muchísimo, y, en el mundo de la consultoría deportiva, estamos avanzando también mis socios y yo con paso firme. Una cosa tengo clara, y es que no tiene pinta que en lo que queda de año, y el 2025 que está a la vuelta de la esquina, me vaya a aburrir. 

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