Donald Trump ha endurecido su discurso sobre los conflictos en Ucrania e Israel, posicionándose con una perspectiva que resalta la prioridad de "América Primero". El expresidente estadounidense ha dejado claro que, si regresa a la Casa Blanca, su enfoque será distinto al actual en cuanto a la asistencia de Estados Unidos a Ucrania.
Trump considera que la ayuda masiva de Washington hacia Ucrania ha llegado a un punto insostenible y, en su opinión, es "excesiva" frente a las necesidades internas de EE. UU. Durante un reciente mitin, se refirió al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como "el mejor vendedor de todos los tiempos", en alusión a la capacidad de Zelenski para asegurar grandes sumas de ayuda estadounidense.
Donald Trump se proclama vencedor en las elecciones estadounidenses y regresará a la Casa Blanca
Según analistas, esta postura genera preocupación entre los aliados de Ucrania, que han interpretado las palabras de Trump como una posible advertencia de un cambio radical en la política exterior si él retorna a la presidencia.
Ante esta eventualidad, algunos socios de la OTAN ya están considerando estrategias para asegurar la continuidad del apoyo a Ucrania de manera más independiente, en caso de que la administración estadounidense tome un giro aislacionista.
Por otro lado, Trump se ha expresado en términos de un apoyo inquebrantable hacia Israel, país al que considera un socio fundamental en Medio Oriente. Ha criticado a la administración Biden por su presunto enfoque laxo en cuanto al conflicto en Gaza y ha insistido en que, bajo su liderazgo, se fortalecerían aún más los lazos entre EE.UU. e Israel.
Trump también ha subrayado la importancia de garantizar la seguridad de Israel mediante una política exterior contundente y menos sujeta a restricciones diplomáticas.
Con ambos conflictos, el expresidente mantiene su enfoque de política exterior pragmática y de baja intervención, enfatizando que la administración republicana abordaría estos temas bajo un enfoque menos intervencionista y orientado hacia las necesidades nacionales.
La perspectiva de un retorno de Trump a la Casa Blanca plantea un escenario en el que Estados Unidos podría reorientar sus recursos internacionales, lo que genera incertidumbre en sus aliados, tanto en Europa del Este como en el Medio Oriente.